lunes, 25 de mayo de 2015

Lección 71, Grado Segundo, Orden Primera (Rosacruz y Masonería Hoy y …)


Paz, Tolerancia y Verdad

Suponemos que nuestros alumnos habituales o lectores ocasionales, tras la lectura de las lecciones anteriores, habrán descubierto sus propias respuestas. 

Conclusiones por otro lado que serán lógicas y sujetas a la razón del método científico, salvo que su mente esté sujeta a las fantasías y elucubraciones propias de un Sistema educacional manipulador e inmoral que prefiere que circulen, de forma libre, cuentos sin alguna consistencia a que se conozca la única verdad.

Bien sabe el lector, se dijo con anterioridad, que no emprenderemos el Comentario de las Bodas Químicas, el tercero y último de los manifiestos rosacruces originales, y de algún modo le será comprensible dado que hasta el próximo año, 2016, no se cumplirán los 400 años de su publicación en 1616; por lo tanto, salvo que surja algo extraordinario y que sea útil para los estudiantes, pondremos aquí nuestro punto y aparte dejando también, el estudio de la Rosacruz de la masonería escocesa, para el próximo ejercicio lectivo.

No sabemos si, entre líneas, los lectores se han percatado de un asunto de trascendental importancia y que nos ha estado rondando la cabeza mientras ideábamos estas lecciones y las transcribíamos a la pantalla del ordenador: Que de algún modo, existen al menos dos rosacruces legítimas y otras muchas que no serían más que hijas putativas de aquellas.

Una Rosacruz original protestante, de mano del Círculo de Tubingia liderada por Andreae, y otra Rosacruz católica, como respuesta de parte de Jesuitas como Atanasius Kirtchner. La segunda fue como una especie de respuesta a la primera con el fin de desacreditarla y desactivarla. Estamos convencidos que ninguna de las dos tuvieron presencia física salvo en el ámbito de lo escrito, lo literario y emblemático.

El símbolo de la primera no era otro que la figura de una rosa roja con una cruz en su interior, representando al cristo que vive dentro de la naturaleza pasional del cuerpo humano. La simbología de la segunda no es otra que el pelícano alimentando, con la sangre de su pecho, a sus siete polluelos; no representando otra cosa que el sacrifico del redentor para salvar a la humanidad. La primera tiene una intención crística y la segunda redencionista de los siete vehículos del Ser Humano.

Crística en tanto en cuando se nos indica que la ilusoria materia de carácter pasional representada por la rosa roja, tan preciada en la antigua Roma, posee algo divino en su interior que debe transmutar al hombre. Redencionista la segunda, dado que nos muestra al Cristo tal y como nos es mostrado, de forma cruelmente lanceado a modo de cordero sacrificial, por la Iglesia de Roma; pero el tiempo ha querido que el crisol de la historia termine unificando ambas rosacruces en una sola gnóstica y que fuera transmitida hasta el hombre actual mediante el arcón de sabiduría que supone la franc-masonería.

Bajo el paraguas del compás, representación del Gran Arquitecto del Universo, el nuevo simbolismo nos mostraría una cruz en la que florecen rosas y a cuyo pie se encuentra el pelícano sacrificial de cuya sangre se nutren sus criaturas y sustituyendo la natural escuadra se encuentra el emblema I.N.R.I., (IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM) que en el fondo significa lo mismo que dicha herramienta de arquitectura; pero en cuyo significado simbólico y oculto no entraremos por razones obvias.

Es con el nacimiento de la masonería especulativa actual, en el siglo XVIII, que esta síntesis tiene lugar y de donde surgirían, con posterioridad y bajo el amparo de las logias masónicas, diferentes movimientos para-masónicos con el fin de que las mujeres pudieran tener acceso.

Se habla de la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema como algún tipo de Obediencia masónica independiente del resto del corpus hermético del arte real que es la Masonería; pero entendemos que se trata de un absoluto error dado que lo que nos ha quedado de aquella Institución ha sido bien poco, a pesar de que, en siglos posteriores, influyese en la constitución de diferentes órganos colaterales de la masonería denominados como rosicrucianos así como en las instituciones para-masónicas mencionadas. La Rosa Cruz de Oro más que una Obediencia fue una especie de Logia de Investigación que asumió el nombre de Rosacruz de Oro como podía haber tomado otro diferente; pero de carácter esotérico y cuya principal función era el estudio de la alquimia y de las otras artes herméticas y esotéricas.

Sea como fuere, desde el comienzo, el Movimiento Rosacruz se movió en paralelo a la historia de la sagrada Institución de la Masonería; pero saliéndose del tiesto de ésta por resultarle opresiva en el sentido de que la Rosacruz posee, de forma intrínseca, un poderoso contenido bipolar, masculino y femenino. De este crucial hecho se dieron cuenta diferentes hermanos masones y dado que la masonería Regular, hasta la actualidad, no permite la permanencia de las mujeres entre sus filas, decidieron sacarla al exterior de las férreas fronteras de dicha masonería dogmática y convertirla, en unos casos, en una suerte de para-masonería, la Golden Dawn y sus secuerlas y  en otros provocó la transformación de ciertas obediencias con el fin de que pudieran estar al alcance de sus hermanas, las féminas.

Por otro lado el tinte de la Rosacruz protestante original se mantiene en la colateralidad de las Sociedades Rosicrucianas de la Masonería Regular, dependientes de la Gran Logia de Inglaterra y la Católica, jesuítica, ha llegado hasta nosotros de la mano del Rito Escocés Rectificado, dentro del férreo brazo masónico masculino y de su para-masonería, el martinismo, abierta a las mujeres.

Estimamos que llegados a este punto, el lector se habrá percatado que lo que tenemos en la actualidad como rosacrucismo, en cualquiera de sus múltiples versiones, nada tiene que ver con lo que fuese su génesis original sino que se trata más bien de una especie de cóctel sincrético que comenzó con la interacción de la verdadera Rosacruz Original que jamás tuvo una constitución organizativa real con la contra-reforma jesuítica que, en un principio, intentara combatirla, como movimiento reformista, pero que al final pareciera haber sido fagocitada por la belleza de la primera y hermanadas en una suerte de matrimonio de los opuestos.

Pero ¿dónde se produce, con mayor fortuna, ese sincretismo ecuménico entre la Rosacruz y la Masonería? En la masonería conocida como escocista o Rito Escocés Antiguo y Aceptado o el Francés y que, en los últimos tiempos, de parte de algunas obediencias están perfectamente abiertos a la pertenencia, por igual y sin distinción, de hombres como de mujeres.

Entre las conocidas como masonerías de York o de Emulación y sus masonerías colaterales, paralelas léanse a modo de ejemplo, La Marca, El Arco, Real, Templarios o las sociedades rosicrucianas como la S.R.I.A. (Sociedad Rosicruciana in Anglia), donde es necesario pertenecer a las diferentes organizaciones para conocer sus símbolos y misterios, y el Sistema secuencial del R.E.A.A., (Rito Escocés Antiguo y Aceptado) o el Egipcio de Memphis Mizraim, donde el acceso a los misterios y alegorías es secuencial, no necesitando pertenecer a diferentes órganos colaterales y donde el Espíritu rosicruciano está presente desde el primer grado de la masonería simbólica hasta el más elevado de los rangos caballerescos y administrativos, existen diferencias mucho más allá de las meramente adquisitivas.

Sirva esto como ejemplo a seguir por aquellos que aún persisten en el error de no permitir la pertenencia de la mujer a la masonería muy a pesar de que sus Iglesias originarias, de donde surgieron en el Siglo XVIII, más concretamente en 1717 con los landmarks promulgados por el pastor presbiteriano Anderson, ya poseen mujeres ministras, predicadoras y pastoras (Sacerdotisas en suma). Esta paradoja que los iguala, en intransigencia, a la Iglesia de Roma es algo que impide el natural crecimiento de una Orden que propugna la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad  dentro de un ambiente laico y a-dogmático; pero que abre sus trabajos a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.

Si la masonería, en lo tradicional, se revierte a sus orígenes; pero no pierde de vista el natural progreso de la humanidad, retomará el espíritu rosacruz que nunca ha estado fuera de sus fronteras y abrirá sus puertas para que lo femenino penetre hasta lo más profundo de sus entrañas, sirviendo para la humanidad en lo que originalmente se constituyó: Como un movimiento ecuménico dirigido al entendimiento de todos los seres humanos sin algún tipo de distinción de género o ideología de cualquier tipo, sean estas de tipo religiosa o política.

Si después de tantísimos años de búsqueda y estudio nos encontramos en el seno de la Institución de los Maestros Canteros, y no en alguna institución para-masónica rosicruciana, es porque, desde un comienzo, sentimos la radiación espiritual de la rosacruz hasta en los más íntimos cimientos de la Institución, muy a pesar de que una gran mayoría de sus miembros no hayan sido capaces de percibirlo.

Y se encuentra íntegra en tanto en cuanto su simbolismo permanece virgen de cualquier tipo de dogmatismo o interesada interpretación, dejando a cada uno de los iniciados que los arquetipos subjetivos hablen libremente al corazón individual de los trabajadores y estudiantes, sorteando libremente las naturales fronteras del pensamiento objetivo.

Por el contrario, quien penetra en la Masonería con la intención de prosperar económicamente o medrar mediante algún tipo de prebendas gracias a relacionarse con gentes de una cierta alcurnia o nivel social, se encuentra en un auténtico error y no solo hace daño a la Institución sino a sí mismo y, si consigue sus objetivos, será por pura casualidad y poco o nada ayudará en la construcción del Templo Universal de la Humanidad.

Quien busca solo camaradería o una especie de club social donde relacionarse con sus semejantes, aún debe abrir los ojos al verdadero objetivo constructor de la Sagrada Institución. ¿Dónde se encuentra el Espíritu de la Rosacruz? Tú ya tienes la respuesta.


S.R.I.A.


La SRIA es una Orden masónica colateral, asentada principalmente en los países anglosajones y donde sus miembros deben ser, de forma ineludible, Maestros Masones Regulares y creyentes de la Religión Cristiana en cualquiera de sus variantes, sean católicos, protestantes, gnósticos, etc.

En los diferentes países anglófonos toma una nomenclatura un tanto diferente; así en Inglaterra es SRIA, en Escocia SRIS, en Canadá SRIC y en Estados Unidos SRIAm (Societas Rosacruciana in América) o MSRICF (Masonic Societas Rosacruciana in Civitatibus Foederatis)

Dado que se trata de una Fraternidad surgida de la conocida como Regularidad Masónica, sus miembros son exclusivamente masculinos y sus reuniones, como las de los Supremos Consejos y otras sociedades colaterales como Templarios o Arco Real se desarrollan en los mismos templos masónicos de las logias azules.

La Historia oficial de la SRIA se remonta al año de 1867 y, hoy en día, la Orden puede tener alrededor de unos 3000 miembros repartidos por todo el orbe.

Los objetivos de la SRIA están dirigidos, como el de toda Institución Masónica, al bienestar de la ciudadanía y al estudio científico de los grandes problemas que afectan a la humanidad; siempre desde el punto de vista de la moral cristiana.

Vestimenta Societas Rosacruciana in Anglia

Por otro lado, también se dedican al estudio pormenorizado de las antiguas artes herméticas y que han venido siendo transcritas, mediante libros, desde la más profunda antigüedad. Entre esta Sabiduría Antigua podría citarse la Alquimia, la Simbología y haciendo especial énfasis en la Cábala.

Para subir de Grado, se requiere de los Hermanos Rosacrucianos un riguroso trabajo operativo de las diferentes facetas de lo comentado en el párrafo anterior, constituyendo éstos trabajos auténticas tesinas dignas del más riguroso de los doctorados.

Al Soberano Gran Maestro o Supremo Gran Comendador, en la SRIA, se lo denomina como Mago Supremo y es el Responsable del conjunto de la Organización Masónica Rosacruciana.


El orden de sus Grados está inspirado en el Árbol cabalístico de los sephirot, mediante un sistema del árbol de la Vida zigzagueante bien conocido como del Rayo Relampagueante y la Serpiente de Nechustan.



La SRIA está constituida de tres órdenes conformadas así mismo por cuatro grados la primera, tres la segunda y, por último dos la tercera en el siguiente orden:


Primera Orden o de Aprendizaje
1 .- Zelator
2 .-Theoricus
3 .-Practicus
4 .-Philosophus

Segunda Orden o de Compañerazgo
5 .- Adeptus Minor
6 .- Adeptus Mayor
7 .- Adeptus Exemptus

Tercera orden o de Maestrazgo
8 .- Magister Templi
9 .- Magus


Es muy probable que la SRIA sea la continuadora o al menos esté inspirada en la antigua Obediencia Masónica teutona de la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema, y cuya efímera vida histórica se concretaría en las dos últimas décadas del Siglo XVIII.

Por otro lado, es importante decir que muchas organizaciones para-masónicas están inspiradas si no copiadas de la SRIA tanto en sus objetivos como rituales e incluso en el nombre de sus grados. 

La más antigua de ellas sería la Golden Dawn, creada en 1888 y cuyos tres miembros fundadores, Mathers, Wescot y Woodman habían sido masones activos de esta Fraternidad Masónica de Inspiración Cristiana; pero otros grupos como la A.A., la O.T.O. o la propia AMORC (Antiqua y Mística Orden Rosae Crucis) que fuera fundada en 1915 por el Estadounidense Spencer Lewis, basan su estructura en la propia de la SRIA., aumentando algunos grados más, hasta constituir 12 o 13 en total.

Correspondencia de Grados entre instituciones masónicas

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.

Aralba