Paz, Tolerancia y Verdad
Linajes, Cartas
patente y Diplomas
Existen
diversos modos de acercarse a las entidades esotéricas; la credulidad es uno de
ellos, el otro es el escepticismo y uno de los más utilizados, el riguroso análisis
histórico.
Mediante
el primero, se nos cuentan diversas historias de muy difícil comprobación y ya
sea porque el Instructor nos merece respeto o porque sus enseñanzas son
sostenidas por cierta lógica, nos lo creemos. Conforme va pasando el tiempo,
esa creencia va enraizando dentro de nosotros hasta convertirse en una especie de sólida fe
inamovible.
La
segunda opción es utilizada por todos aquellos, incrédulos, que consideran que
el esoterismo es una chaladura digna de estúpidos y creen que un estudio
pormenorizado de dichas cuestiones es una lamentable pérdida de tiempo.
Por
último tenemos la posición intermedia que, sin desacreditar la verdad que
pudieran contener las diversas instituciones, sin embargo buscan un soporte
histórico que sustente las enseñanzas esotéricas y aquí es donde entran los
linajes, las cartas patente y los diplomas. Porque, seamos claros, no puede
existir la Historia si no existe una documentación plausible.
Pero
aquí el buscador sincero se encuentra a expensas de timadores y falsificadores;
es decir, auténticos profesionales de la estafa.
A
nivel Iniciático interno, los linajes, patentes y diplomas solo son válidos a
título profano y de cara al futuro análisis de la Historia; porque nos podemos
encontrar con distintas circunstancias:
Que tanto los linajes, las patentes y los diplomas sean auténticos; pero no soporten una verdadera iniciación espiritual. Que no existan ni linajes patentes o diplomas impresos en medio alguno; pero los instructores sean unos verdaderos iniciados poseedores de un auténtico linaje en las lides del Espíritu y, por último, que tanto linajes, patentes y diplomas sean falsos de solemnidad y, por lo tanto, no sustenten nada de nada.
Que tanto los linajes, las patentes y los diplomas sean auténticos; pero no soporten una verdadera iniciación espiritual. Que no existan ni linajes patentes o diplomas impresos en medio alguno; pero los instructores sean unos verdaderos iniciados poseedores de un auténtico linaje en las lides del Espíritu y, por último, que tanto linajes, patentes y diplomas sean falsos de solemnidad y, por lo tanto, no sustenten nada de nada.
En
el primer caso puede que no haya mala voluntad; pero lo cierto es que los
buscadores y alumnos no encontrarán lo que andan buscando pues el contenedor
está vacío. Como mucho podrán ir escalando posiciones y recibiendo diplomas
completamente auténticos pero sin valor espiritual y que no se corresponden
con la iniciación efectiva.
Del
segundo, muchos buscadores desconfiarán al no existir soporte documental alguno
y pasarán de largo como los depredadores lo hacen de una presa debidamente
camuflada. Solo los auténticos buscadores cuya frecuencia vibratoria se
encuentre en resonancia con los instructores sabrán valorar aquello que solo se
puede demostrar en los planos espirituales.
El
tercer grupo no posee valor iniciático alguno, dado que no solo la caja está
vacía sino que se encuentra rellena de pedruscos y escoria sin valor alguno, que
para lo único que servirán es para confundir más a los caminantes y así perderse por callejones sin salida o senderos que solo conducen al punto de partida.
Es
por dicha causa, la importancia que tiene que los buscadores no se conformen con
lo primero que se les presenta sino que es importante indagar, aunque solo sea
en la superficie, en la historia de las diferentes escuelas, órdenes y
fraternidades con el fin de que no perdamos ni nuestro dinero ni nuestro
valioso tiempo.
Muchos
de los que se encuentran en el primer grupo se sienten respaldados por la Historia
y les supone algo similar a títulos de nobleza; pero cuando han escalado hasta
el último peldaño descubren que solo tienen una serie de palabras, señas y
ritos con un valor intrínseco soportado por certificados y diplomas que algún dinero les habrá costado; pero
que ellos no han sabido discernir y, con mucha probabilidad, continuarán su
ingente búsqueda en organizaciones colaterales o amigas que les seguirán aportando
nuevos documentos y grados a cambio de más tiempo y más dinero; pero que
tampoco serán capaces de conducirles a la Verdad que con tanta ansia han estado
buscando.
De
tanto en cuando, algunos buscadores dan con instructores iniciados que se
mueven en diversas organizaciones o, por el contrario, trabajan en solitario
divulgando los caminos que conducen a la verdad. Aquí no existen linajes
escritos sino linajes espirituales, no existen cartas patente legitimadoras
sino bellas obras por las cuales se les puede reconocer.
Estas obras pueden ser una
simple sonrisa o un voluminoso trabajo literario. Generalmente, estos
instructores ni cobran dinero por sus enseñanzas ni proporcionan legajo alguno
que pudiera demostrar que nos encontramos en posesión de algún tipo de
Iniciación teatral, del tipo que sea.
El
tercero de los casos es extremadamente peligroso para los buscadores; dado que
se trata del Camino de la Contra Iniciación. Aquí lo que se puede encontrar son
sucedáneos e imitaciones sin valor alguno; pero que además habrán sido pagados
a buen precio y también, con mucha probabilidad, habremos tenido que regalar
nuestro tiempo con el fin de llenar las alforjas de nuestro amado estafador.
Sabemos
que los caminos de la Sabiduría son inescrutables y que sus perlas pueden
hallarse revueltas entre los excrementos de los puercos; pero por sus obras
podemos conocerlos y en nuestras manos está ocupar un poquito de tiempo en
indagar si hay verdad o engaño detrás del lugar al que hemos llegado.
Descubrir
legajos falsos y linajes rimbombantes no es tan difícil, dado que dicho falsos
maestros recargan sus currículos, con este tipo de auto inventadas lisonjas;
además de hacer retrotraer su inventado linaje hasta épocas pretéritas, donde no
llegando la Historia escrita, la verdad oculta tan solo podría alcanzarse por
algún tipo de extraña arqueología que también debería aceptarse como una mera
creencia.
Por
lo tanto, mi humilde consejo al sincero buscador es que no ceje en la búsqueda
y, en ese arduo camino, no deje de estudiar todo lo referente al camino que
desea emprender, incluso las veredas colaterales para, llegado el caso,
poder discernir si estamos ante algo auténtico y verdadero o ante uno de los
muchos caminos que no conducen a parte alguna.
Tenga
por cierto el buscador que si no pierde la paciencia, todo lo que en el camino
haya investigado, le servirá en su futuro iniciático. Será preferible esperar
pacientemente, en el lugar que hayamos determinado, a que aparezca el Maestro que
movernos en zigzag y perder nuestro tren cuando este ineludiblemente pase.
Vosotros
veréis, Queridos amigos, si preferís lo verdaderamente espiritual y que se
grabará a sangre y fuego dentro de vuestro código genético o lo rimbombantemente falso
escrito, en un bello papel, con letras de pan de oro y que el tiempo y la polilla terminarán
por devorar.
Los
papeles pueden servir para que nuestros nietos puedan fardar con sus amigos de
que su abuelo consiguió esto o lo otro; pero más que papeles que terminan por
perderse y no significar nada, es haber dejado huella en nuestra familia y
conocidos. Ellos hablarán del abuelo, de su erudición y sabiduría mientras los
nietos escuchan callados y llenos de una bendita curiosidad.
Ni
siquiera lo anterior es importante sino lo que podamos llevarnos de este Mundo.
Solo la Iniciación, la verdadera Iniciación Espiritual, podrá servirnos de
carruaje para elevarnos a los planos del Espíritu y traspasar los túneles que
nos separan de nuestro verdadero hogar, el Mundo Original.
Nadie,
en ese trayecto, nos pedirá salvoconducto impreso alguno, sino que la Esfinge dirigirá
su mano hacia nuestro Corazón y este responderá a sus interrogantes con las palabras
impresas que se encuentren en lo más profundo de nuestro Ser interno.
Dicho
todo lo anterior, que cada cual haga de su capa un sallo y si es engañado, líbreme
Dios de ser responsable de su mala fortuna y allá cada cual con su consciencia.
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.
ARALBA RC