"El Hombre Superior, el Hombre Interior y el Mediador o Cristo Redentor"
A primera vista, tras leer la "Invocación a la Llama", del Maestro Krum Heller; podría parecer que se refiere a tres personajes bien diferenciados; pero esto no es así, solo se trata de un solo Ser al que se lo define mediante tres particularidades.
Nuestro verdadero Ser es:
1.- Un Hombre Superior del que mostramos, una imagen externa, en la forma visible de nuestra Personalidad.
2.- El Hombre Interior que todos llevamos dentro y que es el verdadero Ser.
3.- El Mediador o Cristo Redentor y que es nuestro vínculo con Dios, en tanto que Cristo es el mismo Dios y el único que posee la Capacidad de asimilar la Conciencia del conjunto de nuestra Personalidad; es decir, de provocar nuestra salvación.
Así, ese Hombre Superior que es nuestro verdadero Ser, vive en el interior de nuestro hombre personalidad revestido de carne, sangre y huesos; siendo, por ello, que se lo denomine como el Hombre Interior y cuyo nombre es Cristo, el Redentor.
No se trata de tres seres distintos, viviendo el uno dentro del otro como si se tratase de una muñeca rusa. Son cualidades diferenciadas, la manifestación trinitaria, de un mismo Ser y que poseen, en potencia, todos los seres humanos. Unas cualidades que deben despertar y desarrollarse; en tanto que si no se hace, no podría existir redención ni, por lo tanto, un retorno al Hogar Celeste.
Es un Hombre Superior porque su Alma Divina trasciende, infinitamente, la del alma humana que supone la Personalidad. Es un Hombre Interior porque vive, latente su esencia, en lo más profundo de todas las células del hombre personalidad y es Cristo, el Redentor, en tanto que es Dios mismo; el único que puede mediar; es decir interceder entre Dios y el Hombre, en cuanto es Hombre y es Dios al mismo tiempo. Es el único que tiene el Poder de deshacer el desaguisado del mundo caótico e ilusorio, en el que vive el hombre personalidad, con el fin de devolvernos a la Realidad Divina que, a todos, nos rodea y que somos incapaces de ver.
El hombre personalidad funciona como la cáscara de una nuez que protege, de forma temporal, al fruto o semilla que lleva en su interior; así, se trata del contenedor del Hombre Superior, que también es el Interior, por motivos obvios; pero lo más importante de todo, es Cristo, el único que puede mediar entre Dios y el Hombre, con el fin de redimir y devolverlo a su condición Divina de Eternidad, más que perdida olvidada.
Es como si el hombre personalidad fuese una triste pesadilla temporal que sufriera el Hombre Espiritual, que deberá de volver a la Vida en cuanto despierte; pero nadie puede despertarlo desde el exterior y es por ello que, al Eterno Durmiente, el Hombre Verdadero, el Hombre Superior, al Hombre Interior, en suma, no le queda otra que despertar por sí mismo y lo único que puede hacerlo es su parte Divina, su parte dormida, su parte latente, Cristo el Señor y Dios de nuestro Corazón.
Aralba R+C