Paz, Tolerancia y Verdad
No podemos hablar aquí de la
diferente opinión de las muchas organizaciones rosicrucianas que existen; pero
sí nos centraremos en lo que entendía, al respecto, el Movimiento Rosacruz en
su origen.
La Rosacruz no es una religión, a
pesar de que nace al amparo de la Reforma Protestante y pretendiera, como ya
vimos, una confederación evangélica mundial. Nació como un medio ecuménico de
diálogo entre los divididos cristianos; por lo tanto sí que podemos indicar que
a pesar de no ser alguna religión, sí que tiene orígenes cristianos a pesar de
sus reconocidas influencias de Oriente Medio.
La mayoría de la supuesta doctrina
rosicruciana que circula, en nuestros días, proviene de influencias más del
oriente lejano que del oriente medio y que fueron traídas a occidente por
grupos como La Sociedad Teosófica y, por lo tanto, poco o nada tiene que ver
con aquello que pensaran los primitivos rosicrucianos. Podríamos decir que el
verdadero rosacrucismo, tras nuestro estudio de los manifiestos rosacruces, posee
una doctrina muy básica; pero bien definida. A saber, creían en Jesucristo y en
los evangelios teniendo al Papa de Roma y a Mahoma como diversas encarnaciones
de Satán.
Por otro lado, también tenemos
que indicar que la verdadera Rosacruz no es ninguna escuela de Alquimia, Magia,
Cábala, Tarot, Astrología o Numerología. Ciertamente se ocultaron, en dichas terminología y símbolos, ciertos conocimientos heréticos extraordinariamente
comprensibles y simples, que podrían haberles costado a algunos de los
rosicrucianos, de haber ido abiertamente, la hoguera; pero eso no quiere decir
que dichas vías de conocimiento no fuesen otra cosa que el medio de transmitir
una información cristiano-gnóstica auténtica y que fuera perseguida, con
ahínco, por la Iglesia de Roma. En los propios manifiestos se habla en contra
de la Alquimia operativa, lo cual podría parecer contradictorio con lo expuesto
en las Bodas Químicas de Cristian Rosentkreutz, salvo que la simbología
utilizada ocultara, como así sucede, una verdad más trascendente.
El querer eliminar la
religiosidad cristiana de la Rosacruz con el fin de intentar llegar a un
público más amplio es una soberana estupidez que no hay forma de ocultar por
mucho que se intente encubrir con supuestas artimañas pseudo-ocultistas. No
obstante, haciendo honor a la verdad, dado el carácter ecuménico y
multidisciplinar con el que nació, sería muy atrevido de nuestra parte decir
que la Rosacruz es una Religión.
En absoluto, dado que como Movimiento que era pretendía el diálogo y el acuerdo, de las diferentes iglesias, en torno a la doctrina más esencial del Cristianismo. Por lo tanto, incluir extrañas doctrinas ajenas a la cristiandad estaría en contradicción con el espíritu que inspiró a los creadores del Rosacrucismo; del mismo modo que lo estaban, en su día, la doctrina de la intercesión de los santos, de la propia inmaculada concepción de la siempre Virgen María, o la transubstanciación de Cristo en la Hostia Consagrada.
En absoluto, dado que como Movimiento que era pretendía el diálogo y el acuerdo, de las diferentes iglesias, en torno a la doctrina más esencial del Cristianismo. Por lo tanto, incluir extrañas doctrinas ajenas a la cristiandad estaría en contradicción con el espíritu que inspiró a los creadores del Rosacrucismo; del mismo modo que lo estaban, en su día, la doctrina de la intercesión de los santos, de la propia inmaculada concepción de la siempre Virgen María, o la transubstanciación de Cristo en la Hostia Consagrada.
La simple doctrina de los
rosacruces incluía tanto la creencia en Dios Padre como en la de su Hijo
Jesucristo que habría venido al Mundo para redimir los pecados del Mundo; así
como para mostrarnos el medio de hacernos como él, conscientes Hijos de Dios y trascender
mediante la resurrección tras la muerte. Hablaban del nacimiento del Hombre Nuevo
mediante la aceptación de Cristo en el Corazón.
Nada nuevo que no incluyese la sencilla
doctrina de los antiguos valdenses y que habían sido rebautizados, en el pasado
por la Inquisición, como cátaros o albigenses y que predicaran la doctrina
originaria del Jesús Histórico: Sed buenos y haced el bien a vuestro alrededor;
dado que todos, sin excepción, somos hijos de Dios y por lo tanto hermanos.
Creed en Dios Padre que nos envió a su Hijo Jesucristo para mostrarnos el
camino de regreso a nuestra verdadera morada celeste y para hacernos conscientes
de que nosotros, del mismo modo que Jesús, también somos hijos de Dios y por lo
tanto Hermanos en Cristo.
Que tan solo mediante la
conversión o nacer de nuevo es posible desprendernos de las cadenas de la
materia. El único mandamiento, a excepción del Amor, había sido que se predicara
dicha verdad , el Amor, entre todos los pueblos de la Tierra. Por lo tanto todos los
verdaderos cristianos, los rosacruces no son otra cosa que cristianos ecuménicos,
deberían de predicar el desnudo Evangelio de Cristo, sin florituras ni añadidos humanos, para la conversión de todos
los pueblos del mundo y el nacimiento, como hijos de Dios, de todos los hombre
y mujeres de la Tierra.
Si consideramos que Jesús alcanzó
la naturaleza de Dios, aquí es donde se encuentra la herejía por la que hubo
tan tremenda persecución, el hombre como Hermano de Jesús e hijo de Dios
también debería alcanzar dicha condición; es decir de ser un Dios en formación pasar a ser un verdadero Dios. Nada
muy diferente de lo que la serpiente dijera a Adán y Eva en el Paraíso perdido, entre el Eúfrates y el Tigris, cuando junto al Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal los tentó con su
simbólico fruto y les dijo parecidas palabras: Si comiéreis de este fruto seréis como Dios.
Aceptar a Cristo en el Corazón no
es simplemente creer en la existencia de un Jesús Histórico; sino en hacernos
conscientes de la verdad predicada en el Evangelio de Jesús. Aquí, la creencia
no sirve de gran cosa, sino la aceptación plena mediante la Fe, Gnosis o Conocimiento
propio e interno de que todos somos uno con Cristo y por lo tanto con el Padre
hacedor de los universos.
Se trata de despertar al niño
Jesús que todos llevamos dentro, durmiendo enterrado en nuestro corazón,
alimentarlo con lo único que poseemos, nuestra Personalidad, la leche de la que
hablaba Pablo y dejárlo crecer en nuestro interior mientras que nuestra
Personalidad mengua, hasta entronarlo, como al Rey que es, en el Trono de la
Cabeza y convertirlo en el único director de nuestras vidas. A ese proceso místico
se lo conoce como el nuevo nacimiento y cualquier psicodrama iniciático
anterior al evento no deja de ser otra cosa que un estudio previo o entrega de
la llave que abra la puerta de nuestro corazón a la benéfica influencia de los
neutrinos, Metanoia Celestial, que nos llega del Pleroma.
El transmitir este conocimiento
gnóstico es un deber de todo verdadero cristiano y por lo tanto de cualquiera
que se considere un verdadero estudiante rosacruz. La transmisión de esta cosa
tan simple fue lo que llevó a muchos verdaderos e iluminados cristianos al martirio, la
tortura y la hoguera; a ser mancillados su prestigio y memoria acusándolos de brujos y hechiceras, siervos
del diablo y adoradores de Satanás.
Fue por esta doctrina tan simple
y fácil de entender por lo que tantos y tantos pasaron a mejor vida de la mano
de la cruel inquisición y por lo que tuvo que ocultarse, la Verdad, en los más intrincados
jeroglíficos que tenían a su disposición; desde la astrología de los antiguos
sumerios, pasando por las barajas de naipes de los antiguos hindúes, la numerología pitagórica, la cábala
de la tradición judía o la alquimia de chinos y árabes. Obras complicadísimas
de interpretar y en cuyo seno se encuentra ésta Verdad: Queridos Hermanos, sois
dioses dormidos y tenéis que despertar a esa verdad. Tomad las riendas de
vuestras vidas y de la Naturaleza y cumplid con vuestro escrito Destino.
Dicho esto ¿Qué podemos hablar
respecto a la Reencarnación?
La Reencarnación es una doctrina
ajena al cristianismo y por lo tanto de la Rosacruz original y verdadera. Cada
cual puede creer en lo que le venga en gana; siempre y cuando respete la doctrina
básica, esencial y ecuménica; pero dicho esto, no podemos dejar de decir que se trata de
una Doctrina errónea o incompleta y de la que existen infinidad de interpretaciones.
Hablamos de la supuesta Muerte en
la lección anterior y allí dijimos que todo en este Mundo es Bipolar y, muy
importante, cíclico; por lo tanto hay una existencia continua, sin
interrupción, que se da en dos mundos complementarios de materia y antimateria.
A éste, donde vivimos, lo denominamos de forma incorrecta como de materia y al
desconocido como de Antimateria; pero lo cierto es que los verdaderos universos
de Materia y Antimateria eternas e incorruptibles son el Eón Positivo Sophía y
el anti Eón Negativo Sophía. Nosotros vivimos en una especie e islote al borde
de la Galaxia material de Sophía y denominado como Sistema Solar compuesto de una gran parte de
Materia junto con una diminuta parte de antimateria; pero la suficiente como
para convertirnos a todos los que aquí vivimos en mortales, a nivel corporal;
nunca a nivel de espíritu.
Nuestro Espíritu, cuando el cuerpo
es desechado por aquél, prosigue su existencia en los planos más sutiles de la
antimateria y cuando se encuentra preparado para regresar en un nuevo ciclo, ya
veremos con más detenimiento dicho proceso, acumula materia del mundo para
formarse un nuevo cuerpo; pero tengan en cuenta que no existe reencarnación de
la consciencia y por lo tanto de lo que se viene a conocer como la
Personalidad.
De algún modo lo que nace es un nuevo Ser, aunque el Espíritu eterno sea el mismo que viviera con anterioridad en otro cuerpo distinto. El Espíritu como parte que es del Demiurgo, también lo es del Eón Sophía y por lo tanto del Pleroma; es decir forma parte de la Corte Celestial de los inmortales y como un titiritero que moviese su marioneta, mueve los diversos cuerpos, consciencias y personalidades que le corresponden en cada ciclo de existencia, sea esta de Materia, de Antimateria o de Materia-Antimateria.
De algún modo lo que nace es un nuevo Ser, aunque el Espíritu eterno sea el mismo que viviera con anterioridad en otro cuerpo distinto. El Espíritu como parte que es del Demiurgo, también lo es del Eón Sophía y por lo tanto del Pleroma; es decir forma parte de la Corte Celestial de los inmortales y como un titiritero que moviese su marioneta, mueve los diversos cuerpos, consciencias y personalidades que le corresponden en cada ciclo de existencia, sea esta de Materia, de Antimateria o de Materia-Antimateria.
Por lo tanto, se trata de una
estupidez supina detenernos en una doctrina intrascendente como la reencarnación,
dado que no nos afecta en nada. Para cada Personalidad, cada Conciencia, solo
existe una Vida que hay que aprovechar al máximo para que se convierta en
certeza aquello dicho por Jesús. Aquel que por mí diere su vida la
ganará y quien se aferre a ella la perderá.
Si somos capaces de que nuestra
Personalidad reconozca que ha tocado fondo y que debe ponerse al servicio del
Niño Jesús que mora en nuestro Corazón, según ella vaya menguando su esencia irá
alimentando al Redentor y, de algún modo, la Personalidad queda asimilada por
el Cristo que como majestuosa rosa nace en nuestro Corazón. Es entonces, con
ese nacimiento del Hombre nuevo que, a pesar de haber muerto, por decirlo así,
la Personalidad, sin embargo ha renacido en Jesús.
Ésta no desaparece, se mantiene en su consciencia y con toda su memoria y eso solo sucede una sola vez porque después de eso, el Hombre retorna a su verdadero Hogar Celeste. Las supuestas reencarnaciones anteriores ¿Qué importancia pueden tener si no somos nosotros? Aquellos que murieron eran otras cosas y dejaron de ser, su memoria fue absorbida por el Espíritu en la Memoria de la Naturaleza y solo será simple información; sin embargo el nacido de nuevo no es ni más ni menos que el Dios que nunca dejó de ser.
Ésta no desaparece, se mantiene en su consciencia y con toda su memoria y eso solo sucede una sola vez porque después de eso, el Hombre retorna a su verdadero Hogar Celeste. Las supuestas reencarnaciones anteriores ¿Qué importancia pueden tener si no somos nosotros? Aquellos que murieron eran otras cosas y dejaron de ser, su memoria fue absorbida por el Espíritu en la Memoria de la Naturaleza y solo será simple información; sin embargo el nacido de nuevo no es ni más ni menos que el Dios que nunca dejó de ser.
Después de dicho todo lo cual,
decidme a mí ¿La Rosacruz es una Religión? Y contestadme ¿Qué sentido tiene la
doctrina de la Reencarnación si en nada nos afecta como Ser Divino?
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.
Aralba