Herencia R+ de la M:.
Paz, Tolerancia y Verdad
Paz, Tolerancia y Verdad
Este Trabajo es el
comentario de un extracto del Libro Iluminismo Rosacruz de Frances Amelia
Yates.
El Movimiento, no sabemos si Organización, Rosacruz fue
liderado, entre otros, por Valentín Andreae, Cristopher Besold y otros.
Fracasado el Proyecto, dado que el monarca Ingles no quiso entrar en conflicto
con la corona española, a pesar de estar casada su hija Isabel con Federico el
Elector Palatino primero y efímero Rey de Bohemia después, cruzó el charco de
manos del Dr. Robert Flud, cuya influencia sería decisiva junto a Elías Asmole
en la transformación de la masonería operativa británica, con masones aceptados,
en la puramente especulativa que ha llegado hasta nuestros días.
Y aquí es donde nuestra nueva perspectiva histórica –sigue
exponiendo Yates-, puede ayudar indicando lo que quizá es un campo de
investigación completamente virgen. En la Haya hubo movimientos rosacruces
desde 1622, respecto a los cuales se conoce una cierta cantidad de material
pero se podría encontrar mucho más. Es muy posible que la masonería organizada
haya encontrado en la Haya las condiciones adecuadas para crecer, tal vez
independientemente del movimiento rosacruz o en conjunto con él, en aquella
atmósfera de fidelidad a una causa perdida cuya figura central, después de la
muerte del ex rey de Bohemia, era su real viuda la ex reina, Isabel Estuardo,
quien durante tanto tiempo tuvo su Corte en la Haya.
Los miembros de la Casa Estuardo tuvieron la tendencia a ser
vehículos de la masonería, como sin ir más lejos lo demuestra la masonería que
en el siglo XVIII rodeaba a los pretendientes Estuardo al trono británico. Pero
quizá hay un miembro de esa Familia cuyo ambiente no ha sido suficientemente
estudiado desde este punto de vista: Isabel, ex reina de Bohemia.
Isabel
Estuardo tenía un carácter muy fuerte y posiblemente ejerció su gran influencia
para conservar vivo una especie de monarquismo aceptable hasta para los
parlamentaristas; este monarquismo tenía algo en común con el de un exiliado
bohemio como Comenius, y también fue causa de la facilidad con que se llevó a
cabo la restauración de Carlos II en el trono. La fácil transición regresiva de
la revolución a la monarquía siempre ha sido motivo de conjuras, y se ha
sospechado que la masonería no fue ajena a ella.
Por otro lado, los nuevos paradigmas surgidos del
renacimiento se trasladaron del movimiento rosacruz a las nuevas instituciones
científicas como la Royal Society británica, con lo cual quedaba constituido,
de forma física, el conocido como Colegio Invisible, antaño de los rosacruces.
Nuestras investigaciones históricas –matiza Yates-, pues
indican que la teoría de J.G. Buhle tiene algo de verdad, aunque no como él
cree. Seguramente, el fenómeno europeo de la masonería tuvo relación íntima con
el movimiento rosacruz.
De todas formas, esta declaración nebulosa y provisional,
está todavía muy lejos de resolver el problema, pues es evidente que los dos
movimientos no fueron idénticos, aunque probablemente tuvieron relación entre
sí. La masonería combina una concepción esotérica de la religión con enseñanzas
éticas y el énfasis en la filantropía, y de esta manera sigue el esquema de los
hermanos R.C. Pero se aleja de este esquema, como ha observado Arthur Edward
Waite, en cuanto que no tiene interés en reformar las artes y las ciencias, ni
en la investigación científica ni en la alquimia, ni en la magia, entre otras
muchas diferencias.
De la gran reserva de fuerza espiritual e intelectual y de
visión moral y reformadora representada por los manifiestos rosacruces, la
masonería tomó un aspecto; los demás se concentraron en la Real Sociedad, en el
movimiento alquímico y en otros muchos lugares. El Tema del Libro el Iluminismo
Rosacruz –concluye Frances Amelia Yates-, es el Iluminismo Rosacruz, la
Ilustración Rosacruz en su conjunto y en sus numerosas y multiformes
manifestaciones, y en menor grado la canalización de algunos de sus aspectos
hacia sociedades secretas, pues el interés en éstas ha tendido a opacar la
importancia del Tema principal.
Nunca sabremos, por ejemplo, si Francis Bacon
fue una especie de francmasón primitivo; ni es necesario porque no tiene la
menor importancia que sepamos tal cosa. Es mucho más importante identificar la
influencia que ejercieron las ideas rosacruces que inventar la afiliación de
cualquier personaje a una Sociedad Secreta.
Con todo, el tema estudiado en este capítulo dedicado a la
relación masonería-rosacruz, el tema del secreto tiene su importancia porque
conecta al Renacimiento con la iniciación de la revolución científica. Los
grandes pensadores matemáticos y científicos del siglo XVII tenían muy
presentes las tradiciones renacentistas del pensamiento esotérico, de la
continuidad mística a partir de la sabiduría hebraica o egipcia, y de la fusión
de Moisés con Hermes Trimegisto, que tanto fascinaron al Renacimiento.
Estas tradiciones sobrevivieron a lo largo de aquel periodo
mediante las sociedades secretas, especialmente en la masonería. De ahí que no
podamos comprender totalmente a los primeros miembros de la Royal Society si no
tenemos en cuenta las influencias esotéricas renacentistas que sobrevivían en
sus antecedentes formativos.
Por debajo o más allá de su filiación religiosa normal, veían
al Gran Arquitecto del Universo, concepción religiosa totalizadora en la cual
quedaba comprendido, y a la vez se alentaba, el impulso científico de explorar
la Obra del Arquitecto. Y estos antecedentes esotéricos de los que no se
hablaba, o sea, secretos, eran una herencia del renacimiento, de aquellas
tradiciones de la magia y la cábala del misticismo hermético o hebraico que era
la base del neoplatonismo desarrollado por el Renacimiento italiano.
Podemos ahora considerar la Fama un manifiesto perfecto,
porque allí se combina en efecto la proclama del avance de la ciencia en una
edad nueva e ilustrada con la sutil insinuación de la invisibilidad como
característica distintiva de los Hermanos de la Rosacruz.
Para concluir, nosotros mismos, diremos que el gnosticismo en
Europa había sido ocultado en el arca del conocimiento templario primero y de
rosacruces y masones después.
El 17 de noviembre de 1875 Madame Blavasky y el Coronel
Olcoth fundaron la Sociedad Teosófica en Nueva York, tras haber acometido
múltiples viajes por el lejano Oriente, donde recabó la mayor parte de su
conocimiento esotérico que supo bien aliñar a su erudición en filosofía griega.
De todos es conocida la profunda relación que la Vieja Dama rusa tuvo con las
organizaciones masónicas hasta el punto de que dentro de la propia Sociedad
Teosófica surgiría una Obediencia propia, la Co masonería; que de algún modo
fue el origen de la masonería mixta.
La propia Elena Petrovna Blavasky repitió, hasta la
saciedad, que en el arcón simbólico de la masonería se encontraba oculta la
sabiduría arcana; no es de extrañar por tanto que existan dos corriente rosicrucianas
que aunque en el fondo persigan un mismo fin, sin embargo, sus métodos difieren
en su esencia temporal. No es que haya dos métodos rosacruces diferentes sino
dos formas de ver la Realidad. Una masónica ritualista “dentro de la
Francmasonería” o para masónica “en el seno de las criaturas generadas por la
Golden Dawn (Aurora Dorada)” y otra mística proveniente de su previa inmersión
en el pensamiento teosófico, como es el caso de las escuelas espirituales
surgidas del Maestro y visionario Rudolph Steiner.
Esta Verdad, la Verdad de la Rosacruz, es la que ha venido
siendo preservada con el correr de la Historia desde el origen de los tiempos,
porque no podía ser de otro modo dado que la llevamos grabada a sangre y fuego
dentro de lo más íntimo de nuestro ADN. Solo la Verdad y solo con la Verdad por
delante es que podremos llegar a todos y cada uno de los individuos en que está
fragmentada la Naturaleza humana y el propio Cosmos.
Cualquier construcción que esté fundamentada sobre los
cimientos del engaño está condenada a su extinción catastrófica. Tan solo la
Verdad está capacitada para abrirse camino, como un ariete, a través de los
graníticos muros de la intransigencia constituida por un Sistema autodefensivo
que viene trabajando, desde el principio de los tiempos, en la manipulación de
nuestras mentes; sobre todo de las de los más jóvenes miembros de nuestra
Especie.
El engaño, la falsedad, la mentira, están mantenidos por una
fuerza de carácter centrífugo, carente de apego positivo alguno. Por el
contrario, la Verdad nos viene asistida por la fuerza centrípeta del apego
conocida como Amor. Tan solo el Amor puede romper las más férreas corazas y
hacer que la Luz de la Gnosis despierte al inmortal Ave Fénix que mora en
nuestro más profundo interior.
*
En L:.V:.X:. Luz, Verdad
y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro
Cuerpo material.
Aralba