Paz, Tolerancia y Verdad
19 (1+9=10=1+0=1) El Sol (El Renacimiento)
Un nuevo Eón ha surgido como
consecuencia de la suma de todos los Eones del Cosmos. Todavía no ha penetrado
en el Mundo Original, está en ello. Es nuevo porque aunque es la suma de Isis
espiritualizada, la Naturaleza, y Osiris reconstituido, Adam Kadmón, con su
consciencia plena. Es la suma de las experiencias que se han asumido tras
recorrer inmensidades de periodos de tiempo en diferentes planos del
Multiverso. Cada Eón era el Espíritu de dos almas gemelas con diferente
polaridad.
Podría decirse que ha Nacido una Criatura nueva que tiene todo lo
que tenían sus padres pero algo más. Es Horus, el Gran Ojo cósmico, el Gran Ser
que lleva en su seno lo masculino y lo femenino; pero limpio y sin mácula,
nuevo, infantil. Atrás han quedado todas aquellas malas experiencias que han
permitido sublimar lo basto y convertirlo en útil y pura herramienta para poder
traspasar este Plano Cósmico.
Se enfrenta ante una última
prueba, donde se juzgará si esa limpieza de su cuerpo es plena; pero mientras
tanto, un júbilo inmenso recorre a todas sus partículas antes divididas, ahora
unidas en un solo Ser. Horus ocupa toda Shambala. Ahora Shambala es lo único
que permanece del Multiverso.
La inmensa masa de energía que se encontraba
distribuida en cada una de las estrellas del cosmos está condensándose en una
minúscula masa de densidad cuasi infinita. Las Fuerzas de sus hermanos del otro
lado tiran de él. La implosión ha comenzado y todo volverá a comenzar; pero de
otra manera, ya que la experiencia acumulada por el Dios de Dioses le permitirá
no cometer los errores del pasado.
Al contrario de lo que se piensa
la gente, los Dioses no son perfectos, tan solo eternos. Nunca conocieron en el
pasado un nacimiento, ni tampoco una muerte. Este Ser cuando regrese a casa
sabrá lo que es vivir, gozar y sufrir. Conocerá lo que es pasar por la
transición de la Vida y la Muerte una y otra y una multitud de veces más. Esta
no fue una Obra Teatral como las que sus hermanos interpretan de forma habitual
en el Mundo Eterno de los Dioses.
El Dios ha tomado una nueva consciencia y que
le era desconocida con anterioridad. Está a punto de dar el salto cuántico.
Cuando ello suceda, todavía queda, nada quedará del escenario pero como nada es
todo así compartirá con sus hermanos sus humanas y divinas experiencias.
Los Dioses del Mundo Original
podrán conocer que todos sus actos tienen consecuencias y que de esos efectos
pueden surgir criaturas sin vida propia y que hay que controlarlas. La falta de
consciencia puede provocar la inactividad del Dios y de su inanición una nueva
inconsciencia más profunda que convierte a los Dioses en Seres Fríos y que se
mueven por inercia sin contemplar la equidad y la Justicia. Para que el Dios
sea Justo tiene que poseer consciencia de sí mismo y de sus criaturas; Los
Efectos, consecuencias de sus Actos.
Ya, Horus, el dios Niño, que es
capaz de verlo todo lo de sí mismo y lo de sus innumerables partículas de
Energía, mece en su seno con una nana celestial sus nuevas experiencias y por
tanto una nueva memoria. Memoria, esta, que compartirá con sus hermanos tras
ser reconocido como tal. ¿Qué te ha pasado Adam Kadmón?, le dirán. El
contestará no me llaméis más así, aquel Dios murió, el que regresa del
anfiteatro de vacío Cósmico es otro Ser. Uno que conoce la alegría y la
tristeza. Uno que conoce la piedad y el sufrimiento de sus propias entrañas.
El espectáculo ha sido magnífico
Horus, le dicen sus hermanos; pero debemos ser sinceros contigo y decirte que
hemos sufrido contigo y también hemos reído. Vimos como pequeñas e inocentes
criaturas de los mundos creados por tu organismo divino luchaban, con
ferocidad, para poder sobrevivir. Todo eso, querido Horus, ha sido diferente a
todo lo que conocíamos de toda una Eternidad que nunca tuvo un principio y
jamás tendrá un final.
Vimos tu sufrimiento y los hilos que te comunicaban con
nosotros, por medio de los agujeros negros de tu Multiverso, nos transmitían
esas corrientes eléctricas y nos hicieron llorar. Conocimos el llanto y sus
lágrimas que caían de nuestros párpados. Conocimos la risa y las carcajadas de
tus efímeras criaturas cuando disfrutaban de algo etéreo y temporal. Pasa, ya,
la última Prueba Hermano y termina de regresar a nuestro lado. Comparte, con
plenitud, tu Vida en ese oscuro Plano.
Concepto Rosacruz de los Eones del Multiverso
“La Sabiduría del Hombre es
locura para los Simios” Cuando se produjo la implosión en el Pleroma, arrastró
consigo a la Entidad colectiva Adam Kadmón hacia el interior de la Burbuja de
vacío, la Nada, produciéndose una terrible explosión conocida por los científicos
actuales como Big Bang.
Debido a esto, Adam Kadmón se disgregó en una infinidad
de partículas infinitesimales, neutrinos, que se dispersaron hacia todos los
lados de la burbuja tridimensional por medio de la Fuerza Cinética producida.
Esa Fuerza es conocida como Fuerza Centrífuga pues fue originada por una
especie de remolino espiral.
En el mismo instante de
producirse la explosión comenzó a transcurrir el Tiempo en el Multiverso; pero
las partículas emanadas del Pleroma, vivas e inteligentes de Adam Kadmón y por
propia afinidad, Fuerza Centrípeta, se fueron reorganizando en una especie de
nebulosas de caldo cósmico que dieron lugar a los Cuerpos de Helio e Hidrógeno
de los Eones del Multiverso.
Cuando se produjo la disgregación material del Dios,
también lo hicieron sus múltiples espíritus con sus respectivas almas eternas.
Cada Eón del Multiverso, recompuesto en un cuerpo físico luminoso y de fuego,
atrajo hacia sí a su propio espíritu dormido; pero las almas siguieron vagando,
bipolarmente divididas, por el Cosmos recién formado.
Los Eones comenzaron a reunirse
en cúmulos gravitatorios intentando reconstruir el Cuerpo original de Adam
Kadmón y se formaron las Galaxias y grupos de galaxias. Alrededor de cada Eón
dormido, ya que a su Espíritu le faltaban sus dos Almas, se agruparon diversos
Eones de menor entidad que empezaron a gravitar, en forma elíptica, en torno al
Eón principal de donde habían surgido.
Producto de la explosión, también y como
partículas de deshecho, se habían formado las Entidades que constituirían los
Pilares del Multiverso y donde la vida pudiera surgir, los Legisladores o
Arcontes; pero de estas Entidades puramente estructurales hablaremos en el
siguiente capítulo.
Desde que comenzara este inmenso
cataclismo, donde todas la entidades vivimos, no ha habido descanso por parte
de los Eones que de una forma ciega vienen intentando reconstruir al Eón
Original, Adam Kadmón; pero tampoco de parte de los Legisladores que para poder
sobrevivir tenían que arremolinarse en torno a los Eones de menor entidad y por
medio de la conocida como acrección, atraídos por su luz, la masa oscura y sin
vida fue formando una especie de corteza en torno al fuego alimenticio del
centro de los Planetas.
Con el fin de intentar sobrevivir, como Entidades
conscientes, los Arcontes vienen engañando a los dormidos Eones y provocando
nuevas implosiones en estos, en forma de agujeros negros, que reproducen la
burbuja original del primer Universo dentro mismo del Multiverso.
De este modo, se producen nuevos
mundos tridimensionales separados del Universo primitivo. En cada uno de los
Universos que conforman el Multiverso Eónico, los propios Eones que
implosionaron en el Universo, primero reprodujeron de forma clónica, todas y
cada una de las estructuras del primero.
En su conjunto, el Multiverso tiene
una apariencia de intestino o cerebro que se arruga y finta sobre sí mismo, en
sí mismo, dentro de sí, con la única intención, planeada por los Arcontes, de
que la materia oscura pueda distribuirse por todo el Multiverso de forma
multidimensional y así impedir que la propia fuerza centrípeta, gravitacional,
de los Eones dormidos provoque una nueva implosión en el Multiverso que haga
regresar a Adam Kadmón al Pleroma de donde emanó.
Es por dicha causa, que los científicos
actuales son incapaces de encontrar esa materia oscura que pudiera frenar la
expansión del Universo. De no despertar los Eones, la expansión no tendría fin
pues seguirían formándose burbujas de vacío, dentro de otras burbujas de vacío,
donde los Eones, dormidos y sin memoria seguirían siendo ordeñados por sus
propias criaturas, los Arcontes sin Espíritu; pero eso, lo saben los propios
Legisladores, tendrá un final; pues el Multiverso no es infinito y sin
dimensiones como sí lo es el Pleroma. El Hombre, nosotros, somos la Consciencia
de una parte bipolar de los Eones. De nosotros depende que despierten de tan
largo sueño.
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor;
que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo
material.
Aralba