martes, 21 de abril de 2015

Lección 61, Grado Segundo, Orden Primera (La Confessio Fraternitatis III)


O bien: 

Confesión de la Insigne fraternidad de la muy honrada Rosa-Cruz dirigida a los hombres de ciencia de Europa, año 1615.

Paz, Tolerancia y Verdad

"En negrita el Texto de la Confessio traducción de los editores Muñoz Moya y Montraveta, en rojo las indicaciones de Aralba. Hemos cortado los grandes párrafos para introducir los comentarios".

Quinto Capítulo

No tenemos nada contra el que se queja de nuestra discreción, de que ofrezcamos por doquier nuestros tesoros sin la menor distinción de que en este asunto no prefiramos en absoluto a la gente piadosa, de ciencia, sabios, o incluso a las altas personas principescas, sobre el hombre de la calle. Su causa no es vil ni mala. Sin embargo, pretendemos rotundamente que nuestros arcanos y nuestros misterios no alcancen al común de los hombres pese a que la Fama, editada en cinco lenguas, sea conocida de todos.

A pesar de que tanto la Fama como la Confessio van dirigidas a los grandes personajes de su época así como a los hombres de ciencia; sin embargo aquí nos indica con claridad que no hay una tal preferencia por tales títulos y gallardías sino que lo más importante es que el conocimiento de la Fraternidad alcance a los individuos de la sociedad que se encuentren preparados para recibirlos. 

Con la indicación de que la Fama fue editada en cinco idiomas nos muestra, ahora sí, con claridad que detrás de los manifiestos, independientemente de su autoría, se debía de encontrar algún tipo de sociedad o grupo humano perfectamente organizado.

Sabemos bien, por una parte, que los espíritus vulgares, necios y estúpidos, la desprecian, o  bien no se preocupan lo más mínimo por ella; que no es una solicitud humana la que nos ayuda a apreciar y reconocer la dignidad de los postulantes a nuestra fraternidad, sino la regla de nuestras iluminaciones y revelaciones. En consecuencia, aunque los gritos y el clamor de los indignos sean mil veces repetidos, aunque se ofrezcan y presenten mil veces a vosotros. Dios ha querido que nuestros oídos no escuchen a ninguno. Y, además su nube nos ha tomado bajo su sombra para que ninguno de nosotros, sus servidores, pueda ser forzado ni obligado. Nadie, a menos que posea los ojos del águila, puede vernos ni reconocernos.

Este pasaje podemos tomarlo de una forma alegórica dado que nos quiere hacer ver que las enseñanzas rosacruces serán opacas para aquellos que no se encuentran en su sintonía y que, sin embargo serán claras y transparentes para todos aquellos que sean llamados en su interior y por lo tanto se encuentren preparados con independencia de su razón u origen social. Los ojos del águila viene a ser una premonición de uno de los símbolos representativos del Grado de Caballero Rosacruz de la Masonería.

Si la Fama ha debido ser redactada en todas las lenguas conocidas es para no sustraer dicha ciencia a los que Dios, por ignorantes que sean, no ha excluido de la felicidad de una hermandad que debe ser subdividida y compartimentada en grados diferentes. Los habitantes de Damcar, en Arabia, tienen una política completamente diferente a la de los otros árabes porque están gobernados por espíritus sabios y razonables a los que el rey ha conferido un poder legislativo particular. A ejemplo suyo, estamos encargados de organizar el gobierno en Europa (poseemos una descripción de él establecida por nuestro padre Cristiano) una vez que se realice y se cumpla lo que debe suceder anteriormente: cuando resuene públicamente el timbre claro, alto y fuerte de nuestra trompeta: cuando las predicciones, rumoreadas ya por migajas, sobre un porvenir que se presagia mediante figuras y símbolos secretos, llenen la tierra entera, proclamadas libre y públicamente.

No es baladí que aquí se mencione la distribución en diversos grados y que en el siguiente siglo, el XVIII, este atributo sería una de las señas de identidad de su principal hija espiritual: la Francmasonería

Vimos, en la Fama, que esa llamada iba dirigida preferentemente, de forma patriótica, a Alemania, a sus dirigentes y sus sabios; pero ahora se amplía, esa misma llamada, a todos los pueblos de la Tierra porque entienden, los creadores del Movimiento, que todos los hombres preparados, allá donde se encuentren, son merecedores de su atención.

Por otro lado aquí, vemos con meridiana claridad, que la Fraternidad Rosacruz no solo aspira a transformar la Ciencia y la Religión sino también a proporcionar a la humanidad un gobierno; es decir, una Política más racional, democrática y universal.

También observamos que la Fraternidad se encuentra estrechamente relacionada con la emblemática hermética de la época y que contiene, en su interioridad, la profecía bíblica de su triunfo sobre la maldad y lo vulgar.

Ved como en los tiempos precedentes nuestros espíritus henchidos de Dios han combatido, secretamente con una gran prudencia, la tiranía del Papa hasta que la mayor seriedad y un celo ardiente lo arrojaron de su sede y de Alemania para pisotearlo en buena y debida forma. A nuestro tiempo está reservada su ruina definitiva: nuestras garras lo despedazarán literalmente. La voz y el rugido de un león anunciarán el fin de sus rebuznos de asno. Acontecimientos cuya revelación y noticia ya han llegado convenientemente a los oídos de varios hombres de ciencia alemanes cuyos escritos, parabienes y felicitaciones, son un testimonio suficiente.

Este pasaje nos muestra la redundancia de los pensadores rosacruces en torno a la figura, posiblemente odiada, del Jefe de la Iglesia Católico Romana. Fijaos que no decimos contra la Iglesia o sus miembros y feligreses, dado que como hemos visto, de forma repetida, los manifiestos rosacruces pertenecen a un movimiento heredero de la milicia crucífera evangélica de Simón Estudión y que pretendiera un ecumenismo, en lo  esencial, entre todo el pueblo de Cristo. 

En el pasaje anterior comprobamos como la emblemática tiene cierta relación con la Rosacruz; aquí se nos confirma que detrás de la Fraternidad ya se encontraban personajes de cierta importancia y entre ellos varios científicos. Al menos que el mensaje de la Fama había tocado su espíritu.

Sexto Capítulo

Podríamos aquí mismo ponernos a considerar en su conjunto el tiempo que ha pasado desde 1378, (1+3+7+8=19=1+9=10=1+0=1) año de nuestro bien amado padre Christian Rosenkreutz, hasta nuestros días. También nos agradaría describir las transformaciones del mundo de las que ha sido testigo durante los 106 (1+0+6=7)  años de su existencia y las experiencias de las que nuestros hermanos y yo mismo hemos sido herederos tras su bienaventurado pasaje. Pero la concisión que nos hemos propuesto como objetivo no nos lo permite actualmente y remitimos a más tarde una exposición adecuada. Basta actualmente a los que no desdeñan nuestra memoria, que hayamos rozado la descripción de las vías que facilitan un estrechamiento de los lazos de parentesco que nos unen a ellos.

Dado que, desde un principio, hemos considerado acertadamente de la alegoría existencial de Christian Rosentkreuts como un prototipo de la herencia renacentista, no vamos a perder tiempo en volver sobre lo mismo; pero sí consideraremos sus cifras dada su importancia fundamental. En 1378 se encuentran cuatro números de suma importancia dado que el 1 representa a Dios, el 3 su ser trinitario, el 7 su perfección y el 8 su eternidad sin principio ni fin. Como no podía ser de otro modo la suma gemátrica de dichos números nos devuelve al 1 que no es otra cosa que la unidad del conjunto del Ser Divino.

Por otro lado, su simbólicos 106 años de existencia nos indica que es la unidad del 1 a través del 0 o la nada del caos que crea al Ser Humano, el 6 de su sexto día de la creación y de la estrella de David que representa la unidad del hombre en su masculinidad, mediante el triángulo con su vértice hacia arriba y feminidad con el triángulo cuyo vértice mira hacia abajo; pero lo más importante de esta cifra es su resultado o suma, dado que nos muestra de nuevo el 7 de la perfección y que es uno de los atributos intrínsecos del Creador, de Dios, del Señor. 

Como en el Génesis se indica el Hombre, como Ser Humano completo,  fue creado a imagen y semejanza de su creador y aunque lo que hay ahora solo sea una simple caricatura del proyecto definitivo, su destino se encuentra a su diestra sino a ocupar su divino sitial.

Ciertamente aquél a quien ha sido dado contemplar y aplicar en su enseñanza las grandes letras y caracteres que Dios, el Señor, ha grabado sobre el edificio del cielo y de la tierra, y cuyo renovamiento constante opera a medida que alternan los reinos, éste está ya muy próximo de nosotros aunque no lo conozcamos. Y sabemos que no despreciará nuestro llamamiento porque no temerá ser engañado pues hay una promesa de la que públicamente hacemos profesión: no deben defraudarse las esperanzas de aquellos que se presentan a nosotros aspirando a nuestra comunidad bajo el sello del silencio.

Quizá. Aquí, algunos puedan ver algún tipo de referencia a la kábala o lenguaje divino del pueblo hebreo; pero esa sería una visión simplista y errónea; dado que recordemos que el sagrado Padre Christián, en su peregrinaje original, se dirigía a Tierra Santa; pero que tras la muerte de su acompañante se desvió hacia Damkar. Con ello no pretendemos infravalorar a la divina kábala sino situarla en su verdadero lugar dentro del Movimiento Rosacruz.

Aquí se está refiriendo a la Memoria Akashika de Gaia, de la Tierra, del Mundo o del propio Universo y que se encuentra grabada en todas y cada una de las partículas que lo componen y entre la que se encontraría nuestro propio código genético. De nuevo, de algún modo, la Confessio aún sin nombrarlo nos vuelve a referenciar de forma indirecta el Libro de la Naturaleza.

El Reino Original se encuentra tan cerca de nosotros como el hálito que surge de nosotros con la respiración; es como si ya se intuyese de que ese otro Mundo, de donde proviene todo, el arquetípico o de las ideas de Platón  contuviese en su interior al que conocemos como la Realidad.

Por otro lado, se nos dice que todo aquel que se encuentre espiritualmente preparado será receptivo a la llamada de la Rosacruz y esa espiritualidad, al parecer, va acompañada de la discreción y la prudencia que simboliza el silencio. 

Por el contrario, lo que decimos y testimoniamos respecto a los malvados y a los hipócritas y a aquellos que no tienen otro objetivo que la curiosidad, es esto: descubrirnos, entregarnos para perdernos, más aún, forzarnos la mano sin y contra la voluntad de Dios, es imposible. Él es quien servirá como cimiento para el castigo cuyo anuncio es la Fama. Sus impías maquinaciones se volverán contra sus autores y nuestros tesoros permanecerán, por el contrario, absolutamente inviolables hasta que el león llegue para reivindicar, tomar y recibir los tesoros que servirán para la consagración de su reino.

Dado que la Fraternidad tiene su origen en el Mundo Original o de Dios, también está protegida, tanto ella como sus miembros, por el paraguas electromagnético de esa potencia divina siendo por tanto refractaria a cualquier tipo de ataque exterior que pretendiese desacreditar su origen y esencia divina. Por lo tanto, todo aquel individuo o institución que ha pretendido utilizar los símbolos rosacruces para desacreditarla, por el contario, han resultado influidos por ésta y, de algún modo, llevados hacia el redil de la Verdad. 

Es por dicha circunstancia que a pesar de haber sido atacada por todos los medios posibles e incluso haber sido suplantado, su nombre, con diferentes chiringuitos iniciáticos; es que éstos, infectados por la divina enfermedad rosacruz terminan siendo alquímicamente transformados y convertidos sus miembros en nuestros hermanos buscadores de la Verdad. 
         
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba