jueves, 29 de octubre de 2015

Lección 74, Grado Segundo, Orden Primera Mundo Profano // Mundo Iniciático (Escuela de Conspiración)


Paz, Tolerancia y Verdad

Desde tiempo inmemorial, al entrar en cualquier sociedad iniciática se te indica que fuera de las puertas del Templo se encuentra el Mundo Profano y que todo lo que allí se haya conseguido, no sirve de nada en el Mundo Iniciático; pero ¿hasta qué punto eso es cierto y cuáles podrían ser las consecuencias de la interacción  entre dos mundos tan diferentes?

En teoría alguien que fuese un alto cargo del gobierno de la nación con una carrera educativa y profesional impresionante, al entrar en una escuela iniciática debería estar a la misma altura que otro que, a nivel profano, poseyese la más básica de las educaciones; pero eso, después del trasiego que nos ha supuesto pasar por diferentes escuelas de Iniciación, no parece que suceda en absoluto.

Pareciera que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Quizá sea algo característico de la condición humana; pero lo cierto es que la mayoría de las organizaciones iniciáticas parecen querer arroparse con personas que posean algún tipo de pedigrí, como pudieran ser algún título nobiliario, cargos como funcionarios de la Administración del estado y/o algún título universitario de alto nivel.

Lo que sucede, con esta anomalía, es que las personas que ostentan dichas características profanas pasan por los grados de iniciación con excesiva rapidez sin haberse impregnado, lo suficiente, con el espíritu iniciático y así tenemos que en un breve espacio de tiempo son esos mal iniciados quienes ocupan cargos de relevancia en las escuelas iniciáticas y con el paso del tiempo estas terminan degradando su verdadero cometido espiritual y convirtiéndose en simples escuelas de conspiración donde, al parecer, lo importante es conseguir el mayor número posible de seguidores para alcanzar la cúspide de la Escuela, el ¿Poder?

Es evidente que esa actitud de guerra por alcanzar el poder es una terrible piedra de tropiezo para aquellos iniciados que se encuentran allí por un verdadero crecimiento espiritual y más tarde o temprano, son estos, los verdaderos iniciados quienes terminan abandonando la Institución que, con el paso del tiempo, terminará convirtiéndose en otra cosa muy diferente a una Orden Iniciática de índole espiritual.

Es importante que los iniciados de buena voluntad sean conscientes de este problema, que se da en todas las instituciones humanas cuando se mezclan los dos universos, el mundo profano y el mundo iniciático, con el fin de que sepan discernir cuales son las prioridades de una Institución Iniciática: Si ¿conseguir publicidad, por poseer entre sus filas a gentes de gran renombre en el mundo profano? o ¿mantener puro y sin mácula el egregor iniciático que le fuera concedida a la Escuela por sus fundadores?

El problema no es del profano ignorante que se acerca a una Escuela de Misterios solicitando su iniciación con un alto grado de soberbia sino de los iniciados que permiten que la contaminación del mundo profano, los metales, penetren y se asienten para siempre en sus templos y capillas, por el módico precio de adquirir una especial publicidad en el exterior de sus atrios.

Nuestro humilde consejo para los dirigentes de las escuelas de iniciación, si alguien lo quiere seguir, es que vayan despacito y con ojo avizor por la senda labrada por la Iniciación y que no se dejen deslumbrar por el brillo y boato de títulos y capacidad económica del mundo profano. Con ello no indicamos, en absoluto, que aquellos que posean dichas lisonjas profanas no puedan iniciarse en una Escuela de Misterios. Lo único que queremos decir es que esas personas sean tratadas del mismo modo que cualquier otro postulante que llame a las puertas de nuestros templos y sigan el mismo, doloroso y largo periodo iniciático que los demás sin algún tipo de privilegio del cual, a la larga, se tendrían que arrepentir.

Recuerden todos: El Conocimiento del Mundo Profano tiene suma utilidad en el exterior de nuestros templos, cuando penetran en ellos interfieren con el egregor espiritual transformándolo en otra cosa muy diferente y es por ello que en muchos, quizá demasiado casos, de dichos templos en lugar de encontrar una gran fuerza espiritual iniciática, lo que se encuentra es una poderosa fuerza de muy baja vibración que hace que las guerras intestinas acaparen la mayor parte de los trabajos que se realizan tras sus puertas, convirtiéndose en verdaderos antros y escuelas de conspiración.


En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.



ARALBA RC