viernes, 1 de septiembre de 2023

El Tatwametro 2

 "El Tatwametro 2"



-o las vibraciones del Éter-


“Lo que conocemos de una manera definida acerca del Éter, es el coeficiente de transmisión de las ondas y todas las consecuencias que de esto se deducen. 

Sabemos también que tiene propiedades semejantes a la inercia y la elasticidad, que se patentizan en la electricidad y el magnetismo y que la combinación de estas dos propiedades da nacimiento a la perturbación especial que estimula la retina y es responsable de todo lo que se observa en la telegrafía inalámbrica”.

Todo viene del Éter, todo vuelve al Éter. ---Tal es la conclusión de M. Tillieux. Lo ponderable se compone de astros, cuerpos terrestres, moléculas, átomos y electrones. Lo imponderable es el Éter: campo eléctrico, naturaleza del Éter, sus tensiones, su energía cinética o campo magnético, inercia o inducción electromagnética y oscilaciones. En el mundo material todo vive en el Éter, todo vuelve al Éter.

Einstein rechaza el éter y acepta la materialización de la energía. Si llamara él a eso éter resultaría lo mismo, cuestión de palabras.

La primera frase bíblica en hebreo es la palabra “bereschit”, que, mal traducida, ha dado origen a la versión bíblica en distintos idiomas, que dice "en el principio creó Dios los Cielos y la Tierra". Haber puesto la preposición “él” hace creer a todo el mundo, y así lo sostienen todas las religiones, poniendo el principio como condición de comienzo, calidad de tiempo, siendo que en realidad se refiere a un principio sustancial.

La astronomía moderna prueba que todos los astros, todos los cuerpos que pueblan el espacio infinito salieron de una sustancia que hasta hoy día se estudia en las nebulosas, a la cual se le ha dado el nombre de “nebulión”. Ese nebulión analizado por el espectro análisis, contiene sustancias aun para nosotros desconocidas. De las sustancias conocidas parece tener en primer lugar la siliza, y por eso el descubridor de la plasmogenia cree ver en esta sustancia el substratum de todas las cosas.

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PRANA 

La ciencia ha hecho suyas las ideas antiguas de los Rosa-Cruz sobre la fuerza universal, llamándola hoy día éter, pero para nosotros, como dejo indicado, el éter es solamente efecto; tras él existe una fuerza que Haeckel llama espíritu y los indios Prana, como principio positivo, y Akash como principio negativo; es la primera parte sustancial en la forma más sutil. Prana representa la fuerza modelante del Universo, es la energía absoluta. Prana es movimiento, vibración, pesantez, luz, calor, electricidad, magnetismo, etc., todo en su forma primordial. 

Prana es la vida del éter. Tomada esta palabra del sánscrito, se traduciría por energía absoluta. Sin Prana no podría haber nada vivo en la naturaleza. Su aspecto positivo y su aspecto negativo es Akash. Prana y Akash están en la misma relación que los ácidos con las bases. 

AHay algo infinito como causa misma de todas las cosas y por pertenecer nosotros a la esfera finita no podemos comprender. Nuestro entendimiento principia con Prana. Prana entonces obra, modificándose, como Akash, y Akash, modificándose, obra como éter, y el éter, modificándose, se desintegra en una serie de Tatúas, a los que da origen.

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TATWAS 

El Universo visible como el invisible no es más que efecto del éter, se le ha tenido que concretar primero en cinco y por último en siete vibraciones que llamamos Tatwas. El astro rey, el Sol, al cual se atribuye la paternidad de la Tierra y de los otros planetas que pertenecen a su sistema, hace llegar su energía por medio de los rayos que, al atravesar el éter, les tiene que pasar exactamente igual que el rayo de las tempestades, acumulando sustancias al paso, que le desvían constantemente hasta llegar a nosotros. La longitud del zig-zag del rayo está siempre en razón directa con su potencialidad. Los rayos solares son fijos y por eso se puede fijar el tiempo exacto en el efecto de su vibración, y así es, pues, que durante dos horas cada Tatwa vibra durante 24 minutos en su tono principal. 

Según la escuela teosófica Rosa-Cruz, el cuerpo humano tiene siete estados, y evidentemente tiene que haber también siete Tatwas, para que cada uno corresponda ya al cuerpo "físico", que es Prithvi; ya al cuerpo astral "de Deseos", Aspas; a la mente inferior "Mente Concreta", igual a Tejas; al cuerpo causal superior "Mente abstracta", Vayu, y al Akash, que son el Anupadaka y el Adi Tatwa, que es el principio eterno del mundo divino. 

Como veremos más tarde, cada Tatwa tiene un color y está en correspondencia con algún planeta. El color de "Anupadaka" es amarillo oro; el "Adi" es azul. El planeta que corresponde a Anupadaka es Mercurio, y a Adi, Júpiter; en ellos se logra el estado de éxtasis o Samadhi. 

No es conveniente aquí aun extenderse sobre Anupadaka y Adi. El chela que puede recibir instrucciones sobre esto ya tiene que tener facilidades para separarse de su cuerpo astral y trasladarse con él a los centros de reunión de los Rosa-Cruz en el mundo invisible "Templo del Espíritu Santo en Shambala" y poder actuar sobre las personas cuando duermen. 

Cuando escribí en México mi primer libro sobre los Tatwas, allá en el año 1911, llevaba mucho escrito sobre estos dos Tatwas y rompí las cuartillas al releer el manuscrito. Hoy casi tendría la misma intención, pero no he querido dejar de mencionar a los lectores, recomendándoles además mi novela iniciática “Rosa Cruz”, editada por la casa Maucci, de Barcelona, para una vez que hayan sorprendido algunos de los secretos iniciáticos que encierra esta obra, al parecer sin importancia, volver a tratar este asunto en particular. 

* * * 

Hagamos una composición de lugar e imaginemos que tenemos una barra de hierro, que calentamos con lámparas de Bunsen y puesto en un lado un pirómetro. Supongamos que la barra sea de un metro de largo; ella está compuesta, sin genero de duda, de átomos. Resulta que ninguno de ellos toca al otro. 

Esta barra de hierro solo aparentemente es maciza, porque nuestros ojos son incapaces de ver el espacio que hay entre los átomos. Si tuviéramos un microscopio apropiado y suficientemente potente para ver los átomos, veríamos que el espacio intra-atómico es relativamente tan grande como el que hay en el espacio de un planeta a otro. Igual ocurre cuando vemos la corriente de un río.

Las mismas cataratas del Niágara, solo parece una corriente continua, pero ella está formada por millones y millones de gotas que jamás se tocan. En nuestra barra de hierro hay un mundo microscópico de átomos fijos. Estos átomos son puntos centrales en un mar de éter y entonces la vibración del átomo tendrá que comunicarse al éter que le rodea y así se comunica las impresiones de un átomo a otro, repercutiendo por el Universo entero. 

Si miramos las manecillas del pirómetro vemos que, al calentarse, la barra de hierro se va alargando; esto quiere decir que los átomos etéreos ya vibran más ligeros, y entonces necesitan más espacio y lo que hace separar más los átomos fijos uno de otro. Después la barra de hierro se ha puesto también más blanda y si aumentara la temperatura, veríamos que se doblaría. Si aproximamos la mano a la barra, sentimos calor; esto se explica porque cada átomo no solo está envuelto en éter, sino también de aire, y la comunicación va hasta la mano. Es el grado de vibración que hace sentir en nuestros nervios calor, y éstos no tienen más que ir a comunicarse con el cerebro. 

Cuando el calor llega a setecientos grados, el hierro se convierte en color rojo. ¿Y por qué? Porque las vibraciones etéreas de los átomos dentro de la barra llegan a 412 millones, que son precisamente las vibraciones que corresponden al color rojo. Si suben más llegan al blanco y entonces, fijémonos bien, no solo tenemos calor, sino también luz y hay un acorde ya de vibraciones de calor y luz, pero al mismo tiempo se sentirá ruido y entonces habrá el trío "luz, calor y sonido". 

Ya vemos que todo no es más que vibración del éter. Sillermann es el físico de renombre universal que ha comprobado también que la envoltura etérea de la atmósfera tiene diferente grado de vibración. Y así vemos por de pronto que estas tres vibraciones, corresponden a la vista, para la luz; al oído, para el sonido, y al tacto, para sentir calor. 

Hemos dicho que solo vemos el conjunto de los átomos pero no el espacio entre ellos, y si meditamos bien sobre esto, veremos que había una barra de hierro visible y otra, por deficiencia de nuestros ojos, invisible; así que son dos barras de hierro. Igual sucede con nuestro cuerpo: al lado del material tenemos un cuerpo astral invisible, que solo aprende a manejar el Rosa-Cruz. 

Es lo invisible lo que produce lo visible y esto es algo que podemos extender a todas las cosas del mundo, y así tenemos el mundo invisible de los Rosa-Cruz. En el mundo invisible hay todas las formas que a veces podemos evocar e imitar aquí. 

Rochas, por medio de láminas vibratorias llenas de polvos ligeros o untados con líquidos viscosos, obtuvo figuras de flores o de árboles, y observa que cada nota de la escala produce una figura geométrica, deduciendo que todo es armonía en el Universo, que todas las formas son moldes de sonidos u otras vibraciones musicales. 

El éter será entonces el medio eterno donde resuena el coral maravilloso y solemne del infinito. Pero volvamos a nuestra barra de hierro, que mediante el calor se ha fundido primero y después, convertida en gas, se fue al aire, y aunque los componentes se han esparcido por el ambiente mediante el calor, el hierro sigue existiendo en forma coloidal, que atraído después de otros átomos de hierro formará parte de rieles, vigas, etc. 

Es un constante deshacerse y un eterno producirse en la naturaleza. Para hacer esta labor la naturaleza requiere siglos. Ruthersford ha calculado que para producir ciertas sustancias materiales se necesitan por lo bajo de años 500.000.000

No es necesario tampoco que el hierro siempre sea hierro; la alquimia opera en todas partes modificando en sí y en sus ligas metálicas, sufriendo cambios físicos y químicos, buscando constantemente un equilibrio, tienen un periodo de actividad y de fatiga. 

Los átomos en los metales se ayudan como los fagocitos en el cuerpo humano. Si estiramos un alambre, se adelgaza en una parte; entonces, las moléculas acuden a ese lugar y se aglomeran allí para reforzarle hasta que se ponga resistente. 

Si se pone un cilindro de plomo sobre un disco de oro y se hace hervir durante mucho tiempo, el oro se funde en parte y se va al plomo. Sabemos que el oro solo se funde a 1.200°C y el plomo a 330, pero los cuerpos emigran. 

Los Tatwas y sus efectos conocidos y defendidos por los Rosa-Cruz durante siglos, pero negados con porfía perversa por los hombres de academia, ha tenido su confirmación reciente por los estudios del profesor Cazzamalli, de la Universidad de Milán, quien desde 1923 estudió las ondas cerebrales tanto en su calidad de receptoras como de emisión, logrando grandiosos resultados con ondas de 20 metros. 

Los fenómenos observados con ondas de 120 metros fueron más débiles. Cazzamalli comprueba que las histéricas y los hipnotizados tenían más poder de recepción, mientras que las personas tratadas de antemano con pases magnéticos eran más potentes para emitir. 

Berendt, en Alemania, siguiendo las experiencias notó cierto ruido, como en el teléfono, que cambiaba cada 24 minutos, que dice no poderse explicar. Se ve, pues, que a diario la ciencia comprueba los principios y estudios de los RosaCruz. “Nihil novum sub sole”, lo único es que "para las cosas antiguas se inventan nombres nuevos". Es posible que Cazzamalli ni conozca el nombre de Tatwa; sin embargo, con sus estudios y los ha confirmado por Berendt los resuelve científicamente. 

Todo hombre que consigue dominar en absoluto el Prana y con ello los Tatwas se hace dueño de su destino. Para él no hay enfermedad, vejez, pena ni preocupación; todo sufrimiento terrenal, para él ya no existe; ningún enemigo tiene poder sobre aquel; nada hay que ignore. El que ha reconocido y sabe manejar lo que es Prana y Tatwas, lo tiene reconocido todo, y los secretos más íntimos de la Naturaleza se le revelan. 

ASolo el que domina el Tatwa ha abierto su ojo interno, ha despertado aquel sentido, por mediación del cual, se comprenden las relaciones intimas del Universo. ¿Qué es para él un veneno mortal? Bástale hacer circular Tatwa antídoto en su organismo y ese veneno pierde sus efectos. No teme las epidemias; para él no hay contagio, puede transitar en medio de los coléricos, entre los apestados; sin ser contaminado por esos azotes; Prana y Tatwa le escudan, se ha enseñoreado de todas las enfermedades. Jamás se expone a decepciones, pues está en condiciones de leer en la mente de un prójimo, como en un libro abierto. ¿Qué es para él la pobreza? El poder de la concentración, guiado por el correspondiente Tatwa, le lleva todo lo necesario... Conoce el porvenir y puede calcular el de los demás. Ninguna desgracia puede acontecerle estando armando con esos poderes. Así como puede defenderse contra todos los achaques de la vida, le es dado poder ayudar a sus semejantes. Puede curar enfermedades, heridas, aliviar los dolores del cuerpo y del alma; pero solo cuando su alma propia está sana, cuando está en armonía con el Universo, entonces su poder será una bendición para él y para los demás; compartiría lo recibido en forma de domador convirtiéndose en uno de los eslabones de aquella cadena que está destinada a elevar a la humanidad siempre hacia el estado de dicha infinita que se escapa a nuestro entendimiento y que solo es sentida intuitivamente por los hombres puros en las horas sublimes de la iluminación espiritual. 

Pero advierto también infelices, "desgraciados de aquellos que aun envueltos en las redes de Maya se apoderan de estas fuerzas". La antorcha de la luz eterna de la verdad, será en su mano un fuego destructor que Dañará no solo a ellos, sino a todos los que se les aproximen. 

Aquellos que enseñan a la humanidad el uso de los Tatwas, sin impulsarla a elevarse a un nivel moral más alto, obran sin conciencia. Se asemejan a los padres irreflexivos que permiten a los niños inconscientes el jugar con fuego. Estos no los alumbran, solo incendian, reduciendo a cenizas, civilizaciones, países y ciudades. 

Así obraría esta ciencia si fuera la propiedad común de tantos egoístas que, con sus pasiones, solo abren heridas sin poderlas curar. Por suerte, la Providencia ha puesto aquí un valladar. Para salvarlo se necesita de una poderosa fuerza de voluntad (no tenacidad o testarudez), sino una paciencia mayor y cierto altruismo. Pero donde encontramos estas tres virtudes reunidas?  en muy pocos hombres. Solo en aquellos que siguen la ruta de los RosaCruz. 

Solo en aquellos donde realmente florece la rosa en la cruz. Sucede que los mejores son difamados y calumniados por los hipócritas, los verdaderos magos negros que con sus calumnias despiertan fuerzas negativas en el Astral, pero el Guru sabe a quien puede sin cuidado ser conferidos estos poderes, cuyo uso los pondrá por encima de los demás hombres. 

Muchos tendrán la voluntad honrada de purificarse, mientras desarrollan en sí estos poderes y así estas facultades en sus manos podrán esparcir bendiciones. Empero la mayor parte, que solo empiezan guiados por la curiosidad o por otros motivos aun menos nobles, abandonara esa pobre empresa, porque la misma embriaguez de la vida los adormece, los debilita y los incapacita para todo. 

Suele suceder que algunos profanos llegan a forzar las puertas del Misterio, los guardianes del umbral Rosa-Cruz se dejan sorprender para luego nulificar. Estos son los magos negros que invaden las leyes armónicas, perturbándolas, ocasionando pena y dolor por donde pasan, hasta sucumbir en su propia obra fatal. Hay hombres así y cuando uno los encuentra conviene huir de ellos. Son tanto más peligrosos cuanto que pueden engañar al abrigo de sus poderes. Generalmente son lobos con piel de oveja y les es fácil penetrar en los círculos de los incautos. 

Entre los ocultistas y llamados teósofos, encuentran la mayoría de sus victimas. A veces llevan la túnica del maestro, cuando no merecen anudar la cinta del zapato del más modesto de los ocultistas. Esto no impide que sean vistos con veneración, que sus palabras sean aceptadas como evangelios; se tiene en gran honor ser su discípulo, sin sospechar que así se les vende el alma y la libertad, convirtiéndose el discípulo en esclavo involuntario y en instrumento ciego de sus pasiones. 

Todos estos buscan intereses personales, "piden dinero". Huida de toda sociedad iniciática que cobra para ser admitido. Estas sociedades se componen de los que dan y de los que reciben. Los que han hecho de la teosofía un modo de vivir, sin otro trabajo que especulando directa o indirectamente con ella, recibirán su castigo kármico. 

La "verdadera y única" Orden Rosa-Cruz no admite dinero a sus asociados. Por fortuna, los magos negros son muy raros; más raros de lo que generalmente se supone. Sin embargo, sería una enorme injusticia excluir de la iniciación en estos poderes a muchos que se sienten impulsados a intentar el desarrollo de los mismos, solo porque existen seres que abusan de ellos. 

Es deber de los que saben, hacer ver que por nada se detiene mas el progreso que por no llamar la atención sobre las fuerzas psíquicas, que constituyen en el hombre un supremo bien. Solamente son instrumentos con los que se puede utilizar los principios Pránicos Tatwicos conscientes y absolutamente. Pero también es obligación repetir siempre, y constantemente, que estas fuerzas son espadas de doble filo, y que solo pueden ser manejadas por seres puros, por los que gozan de paz, los libres, los fuertes y los virtuosos. 

El que solo aspira a las riquezas, poderes, placeres, honores y satisfacción de sus pasiones, es decir, aquel cuya ambición de sus pasiones, es decir aquel cuya ambición solo radica en este mundo el que vive envuelto en pasiones bajas, que no trate de despertar esas fuerzas latentes con buen fin, recibirá el consiguiente castigo, pues así como son para el puro emanaciones del cielo, pueden convertirse para el impuro en demonios, espíritus del infierno. 

Esto no quiere significar que el que con el desarrollo adquiere poderes y el dominio de los Tatwas, no los emplee en mejorar su posición social y pecuniaria; esto no seria Magia negra mientras lo limite prudentemente, mientras haga caridad y bien y no se deje dominar por su suerte material. Estos límites son fáciles de conocer para aquel que se siente impulsado a practicar el bien. No se pueden tachar de malas las acciones cuando sirven para adelantar; perfeccionarse a sí mismo o al prójimo, es noble siempre que la intención no tenga miras ocultas, móviles egoístas. 

Muchas veces creemos ver un hombre animado para una buena acción y más tarde, al investigar el móvil se descubre un fondo de egoísmo, la esperanza de una recompensa y otras fases de egoísmo. Ahora, no hay que olvidar que el que detiene en su adelanto a otros, se daña a sí mismo, pues entonces hiere la ley del amor; y así atrasan el desarrollo de las buenas costumbres, así atrasan el desarrollo de los demás, que se ven obligados a imitar las acciones malas. Desde este punto de vista le es permitido al pobre tratar de mejorar su situación o posición, para que nunca le falte lo necesario y esté asegurado contra toda eventualidad de miseria. 

Un comerciante en pequeño puede usar sus fuerzas psíquicas para levantar su comercio, que le garantice una existencia holgada. Pero no lo debe conseguir perjudicando a los demás. Lo que venda debe ser bueno y servir al comprador. No debe tampoco perjudicar intencionalmente a un competidor y, por ultimo debe de cuidar que su ego interno no se ahogue en sus ambiciones. Su negocio no debe formar su objeto único, sino el medio para vivir bien, pues el que sobrepasa estos limites se convierte en Mago negro. 

La advertencia de no abusar de las fuerzas ocultas del universo no puede repetirse bastante. El que pretende jugar con los poderes elevados, se producirá daño en cuerpo y alma, no solo aquí sino en los mundos ultra materiales. 

Vemos, pues, que el Universo está formado por dos principios fundamentales: Prana y Akash.

Prana es el más elevado, que da forma y materia al Universo; es, pues, energía absoluta; y repito Prana es movimiento, pesantez, fluido nervioso, magnetismo, electricidad, pensamiento y, en general, toda fuerza en estado primitivo. 

Podemos considerar los pensamientos como la manifestación pránica más elevada. Akash es una modificación de Prana. Este principio puede tomarse por lo omnipresente, penetrante; todo lo que tiene forma y aspecto debe su evolución a Akash. Además, los cuerpos celestes, el aire y los líquidos, todos los cuerpos sólidos, todo ser viviente debe su existencia al gran creador Akash. 

Por la influencia pránica, Akash se convierte en materia. Imaginemos el Universo como un inmenso océano de éter, es decir, no en el sentido de nuestro éter material, sino como Akash densificado, e imaginémonos además a ese Akash puesto en movimiento (vibración) por la influencia pránica; entonces tendremos la explicación de los diferentes estados de la materia. Este proceso ocasiona la existencia de diversas modalidades de esta materia ya más sutiles, ya más densas. El ejemplo que he puesto de la barra de hierro hará comprender esto fácilmente. Las modalidades más sutiles no son, generalmente, sensibles, es decir, no las podemos percibir por nuestros cinco sentidos, sino por medio de un sexto: el sentido psíquico. Me refiero a Ida y Anupadaka. 

Por nuestra cultura, por nuestro modo de ver las cosas modernas, no se sabía nada de este sentido central, ni se quiere saber nada de él. La humanidad se ve, por lo tanto, privada del mayor bien, porque ese sentido es la luz, la única capaz de iluminar la oscuridad en que nos encontramos sumergidos. Este sentido se ve oprimido y deprimido de una manera sistemática y a la fuerza nos vemos cegados y obligados a marchar a tientas. Por eso es fácil explicar por qué existe para nosotros solo lo tangible, es decir, lo que podemos coger con las manos, la parte más grosera de la materia. 

Nos hemos convertido en ciudadanos de un país de tinieblas y marchamos a tientas. El orgullo y la vanidad de nuestras así llamadas verdades científicas nos tienen cegados y arrojados a la oscuridad, y, por tanto, somos dignos de lastima con todo nuestro bagaje de cultura moderna tan ensalzada. 

El sol de vida espiritual, el fuego central de los Rosa Cruz, nos alumbra constantemente, pero somos incapaces de verlo. ¿Qué diríamos de un hombre pobre, que repentinamente supiese que en el sótano de su casa se hallaba un gran tesoro, el cual a éste le asegurase la existencia, pero que al avisarle él levantara los hombros y moviera negativamente la cabeza, dejando el tesoro encerrado y siguiendo sufriendo sus miserias? Así le pasa a la humanidad actual con sus fuerzas latentes, sus poderes internos, con los tesoros espirituales de la cadena de la Rosa-Cruz. 

El sentido interno, cuyo desarrollo nos daría una existencia mejor, se queda oculto y entre tanto la luz de la verdad sigue agotándose y la vida se hace a diario más sombría y triste. Estamos apegados  a la materia grosera. Nos dejamos arrastrar por las pasiones materiales. Solo conocemos vibraciones muy lentas. Imaginémonos el mar de éter como una esfera infinita; las vibraciones, alejadas de los límites, tienen que ser forzosamente lentas; allí se desarrolla la materia grosera y sus distintos grados de densidad.

Estas vibraciones las comprendemos solo en parte, aunque cierto círculo científico pretenda haber encontrado en estas vibraciones el principio, el todo universal. 

Abriendo los ojos del espíritu encontramos que mientras más podemos llegar al centro de nuestros sentimientos, reconocemos, descubrimos vibraciones más finas, más rápidas; nos encontramos en un mundo sutilmente espiritual. 

El conocimiento de la existencia de estas formas sutiles no solo depende del conocimiento subjetivo del que lo desarrolla, sino que puede ser comprobado por la experiencia de la ciencia exacta y eso por hombres sin prejuicios que, atrevido, se salen de la vía común guiados por una sed insaciable de verdad. 

La influencia pránica ocasiona una división del Akash en otras modificaciones. estas cinco modalidades o estados del Tatwa se llaman: "Akash", el principio etéreo. "Vayu", el principio aéreo. "Tejas", el principio del calor y de la luz. "Prithvi", el principio de tierra. "Apas", el principio del agua o líquido. 

Aun cuando el universo se tornó de estos cinco Tatwas y, por lo tanto, son la causa material del mundo, no sería del todo cierto que si, por ejemplo, quisiéramos identificar el Vayu-Tatwa con el aire, aunque el aire sea la efusión material del Vayu-Tatwa o la tierra con el Prithvi-Tatwa y el agua con el Apas-Tatwa, aunque en algo a ellos corresponde. 

El Tatwa correspondiente se puede tomar como alma de estos elementos. Realmente no llegamos a percibir estas vibraciones finas de las modificaciones etéreas porque nos falta la clave. Aunque el Akash intermedio el oído, Vayu el tacto, Tejas la luz, Prithvi el olfato y Aspas el gusto, no podríamos percibir estas sensaciones finas si no nos valiéramos de diversos otros medios que tenemos para la materia grosera. 

Tejas, el éter lumínico penetra también, como sabemos, las partes oscuras. Pero ¿por qué no vemos en la oscuridad? Fuera de la oscuridad, el éter luminoso hace vibrar visiblemente por la influencia del sol, los átomos del aire. El éter luminoso encerrado dentro del espacio oscuro carece de ese medio, las murallas que encierra no pueden ser llevadas a una vibración semejante por el Prana solar y, por lo tanto, es imposible para nuestras facultades sensibles. 

Asimismo el éter luminoso que existe en el lugar oscuro, el Tejas-Tatwa, para seguir con nuestro ejemplo, este Tatwa como alma no puede ser concebido por nosotros en condiciones normales, sino por mediación de una vibración más grosera, un medio que pueda herir nuestros sentidos y así pasa con todos los demás Tatwas del sonido, gusto y olfato. 

Los distintos Tatwas se manifiestan en diversas formas en relación con su naturaleza peculiar, movimiento y manifestación exterior.

***

La tabla siguiente lo demuestra.   

"Forma Movimiento Tono Naturaleza Gusto Color Olfato" 

Akash: Parecido a la oreja Inclinado Medio  Amargo Negro o sin color  

Vayu: Esférico En todas direcciones Muy Alto Fresca Ácido Azul hasta Verde Agrillo Acidulo 

Tejas: Triangular Hacia arriba Alto Caliente Muy picante Rojo Caliente cáustico 

Prithvi: Romboide En el centro Muy bajo Tibia Dulce Amarillo Dulce 

Apas: Forma de luna Hacia abajo Bajo Fría Astringente Blanco Astringente    

"Condiciones secundarias Aspiración Principios Sentido Direcciones Símbolo Astros" 

Akash: El espacio Poco sensible Éter Oído Media H      Ham SS  

Vayu: El movimiento 8 dedos de ancho Aire Tacto, lenguaje Norte P    Pam W    W    >>  

Tejas: La expansión 4 dedos de ancho Luz Vista Sur R    Ram Q  Q  UU  

Prithvi: La cohesión 12 dedos de ancho Tierra Olfato Este L    Lam V    V    <<  

Apas: La contracción 16 dedos de ancho Agua Gusto Oeste V    Vam R    R    TT   

Estos cinco Tatwas en su conjunto son la esencia de todo el Universo, y aunque omnipresente de uno de ellos por termino de tiempo, el tono es preponderante y entonces decimos que el Universo vibra en tal o cual Tatwa. 

Durante dos horas cada Tatwa vibra necesariamente veinticuatro minutos en su tono principal. Suponiendo el caso de que el sol salga a las seis horas veinticuatro minutos a. m., entonces inmediatamente comenzaría Akash y durante 24 minutos vibrará como tono base; a las seis cuarenta y ocho seguiría Vayu, a las siete doce Tejas, a las siete treinta y seis Prithvi y a las ocho entraría Akash. 

Ese cambio acontece en todo el Universo tanto en el Macrocosmo como en el Microcosmo. También en nuestro organismo se hace sentir durante 24 minutos un Tatwa diferente. 

Voy a dar un método sencillo para conocer los Tatwas. El lector se puede sentar en un lugar tranquilo, con la cara hacia el oriente, delante de una mesa, sosteniendo su cabeza con las dos manos, tapándose las orejas con los dos dedos pulgares, con los índices los ojos, con los medianos las narices y con los anulares y meñiques la boca. 

Todo así obstruido detenga por algunos segundos la respiración. Entonces vera poco a poco, después de breves instantes, el color del Tatwa que vibra. Repitiéndose la experiencia después de algún tiempo durante el día, cambiará el color, que aparece al principio algo vago, pero poco a poco, una vez adquirida la costumbre los vera con claridad. 

Cada uno de los colores que vemos corresponde a algún Tatwa que es el que en ese momento predomina. Entonces obsérvese uno las condiciones de su espíritu e inclinación y verá siempre que esta en relación con el Tatwa. 

Cuando nuestro organismo está en condiciones normales y con las narices limpias tratamos de absorber aire, notaremos que por un lado entra el aire con mas facilidad que por el otro, y si expulsamos el aire para fuera contra un espejo, veremos inmediatamente que un lado se empaña mas que el otro. Estas experiencias son una prueba concluyente de que un lado puede estar en actividad positiva por un lapso de tiempo y el otro por otro tiempo. 

Observando se descubre que la respiración de cada fosa nasal dura, como los Tatwas, también dos horas. Lo curioso es que a las dos horas justas viene un corto espacio de tiempo en que la expulsión es pareja por ambas fosas nasales, inclinándose ya mas al lado derecho, ya mas al lado izquierdo. 

Si bien por todos los poros de la piel estamos en contacto con Prana Universal, la puerta principal para la vida universal será siempre las narices; recordamos en esa referencia el versículo bíblico del Génesis que dice: “Y alentó Dios en su nariz soplo de vida y así fue el hombre un alma viviente”. 

Los iniciados que conocen estas fuerzas han llamado a la respiración por la ventanilla derecha suria o pingala (respiración solar), y por la ventanilla izquierda chandra o ida (respiración lunar). 

La respiración pareja en el cambio de las dos horas llamase susshuma. Para sacar, pues, todo el provecho de los Tatwas en los momentos de apuro, de necesidad, respirar por una ventanilla o por la otra, según las circunstancias del caso. Voy a dar a los lectores la clave para conocer si estamos en suria o en chandra. En todos los seres normales principiamos el día de Luna nueva en el momento en que sale el sol por chandra, a las dos horas entra suria, y así sucesivamente por tres días. 

En estos tres días la respiración comenzara al salir el sol por el lado izquierdo, al cuarto ya tenemos la respiración solar que cambia también cada dos horas el quinto y sexto, y así va cada tres días cambiando la respiración solar y lunar hasta la luna llena. Este día principia otra vez por el lado derecho cada dos horas hasta el cuarto día después de la luna llena, siguiendo el día cinco y el seis, y en el séptimo estaremos otra vez en la ventanilla derecha. 

Al enfermarnos se desorganiza aquello y la respiración no es normal en relación con la naturaleza; es, pues, un medio de tratamiento obligando a respirar bien. 

La respiración solar de la ventanilla derecha está siempre en armonía con el Tatwa Tejas y Vayu; a veces también con Prithvi y Aspas, y a veces con Tejas; susshuma corresponde siempre a Akash, como el lector podrá comprender. 

Estas respiraciones están también en relación con el dominio de los planetas; pero no entra, sin embargo, en el marco de este libro y lo dejare para otra obra mas tarde. 

Durante la respiración lunar no debe uno bañarse, porque se necesita reacción y esta reacción es mas activa en la respiración solar. Podría poner aquí una cantidad de actos que deben efectuarse cuando estemos a uno o a otro periodo de respiración, pero dejo al discípulo descubrirlo, puesto que es muy fácil.

Todos los deseos y necesidades actúan en nosotros por los Tatwas, o digamos duermen en el subconsciente de nuestras células o más bien en los átomos. No en la mente, como dicen erróneamente los teosofistas. 

El teósofo RosaCruz sabe que no es así. Cuando sentimos hambre, sed o sueño, no es que tengamos que pensar en ello, sino que las vibraciones tatwicas en nosotros reclaman alimento, bebida y descanso. Las vibraciones no solo, como sabemos, existen dentro, sino también fuera de nosotros. Si sabemos hacerlo vibrar debidamente, podemos satisfacer la sed, el hambre y el sueño sin beber, comer ni dormir. 

Hace tiempo la Prensa dio cuenta de que los médicos no saben explicarse el caso de una mujer, aquí en España, que durante años no se alimenta, sin que haya perdido el peso. Dicen que se mantiene del aire. No, señor; se mantiene por la acción de los Tatwas. 

Si estudiaran las vibraciones del éter obtendrían la explicación. Hay un método que cura el 90 por 100 de las enfermedades, y este método es el ayuno. 

Ayunando uno, dos, tres y más días, un cuerpo enfermo recupera la salud; pero esto tiene un pero: sabemos que los ayunos sin ejercicios tatwicos son peligrosos, agotan. Por eso es tan indispensable que la medicina se preocupe de los Tatwas, y entonces ¡adiós boticas, adiós con el 80 por 100 de las operaciones, y hasta adiós naturismo, homeopatía y toda esa murga! Que hagan la prueba los declarados incurables, los cansados de médicos y boticas, de hacer ejercicios tatwicos, y verán que, como por encanto, sanan en absoluto, sin gastar dinero. 

En la época actual la lucha por la vida, el camino del triunfo es más difícil que antes. Con los medios ordinarios ya no basta para vencer; es menester acudir a las fuerzas ocultas en nosotros, es indispensable conocerlas, escudriñarlas, para la actual generación. Por eso los que nos ocupamos de psicoanálisis y de todos los problemas psíquicos, debemos ser escuchados. 

Conocer estas fuerzas intimas nos da convicción, nos proporciona alientos para la lucha, nos da la seguridad para la victoria. 

Los que conocen y manejan estas fuerzas dejaran en todos sus actos el sello de su personalidad genial. Son los hombres guías, directores de los demás. Todas las cosas hermosas y grandes les gritan: ¡Conquístame, lógrame, y tienes poderes, facultades para hacerlo! 

No lo dudéis: el porvenir de la medicina pertenece a la psicoterapia y los que la ejercemos llevamos la delantera, vamos en vanguardia. La naturaleza humana, cuando enferma, solo podrá recuperar la normalidad con los medios naturales y si llega a curar con un producto químico, quiere decir que lo que obró fueron las potencias, los agentes naturales de la medicina, a los que Paracelso llamaba “arcanos”. Ahora, la esencia intima del agua, del frío, del calor, de la electricidad, de los alimentos o lo que sea, reside en los Tatwas, los que usamos como agentes curativos.

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Tomado del Libro el "El Tatwametro del Dr Krum Heller (Maestro Huiracocha)