lunes, 11 de mayo de 2015

Lección 64, Grado Segundo, Orden Primera (La Confessio Fraternitatis VI)


O bien:

Confesión de la Insigne fraternidad de la muy honrada Rosa-Cruz dirigida a los hombres de ciencia de Europa, año 1615.

Paz, Tolerancia y Verdad


"En negrita el Texto de la Confessio traducción de los editores Muñoz Moya y Montraveta, en rojo las indicaciones de Aralba. Hemos cortado los grandes párrafos para introducir los comentarios".

Onceavo Capítulo

Acerca del juicio emitido por la Fama sobre los impostores en cuestiones de transmutaciones metálicas y de medicina suprema en este mundo, esto es lo que queremos decir: no queremos en absoluto arruinar ni disminuir este don divino de una excelencia semejante.

Conforme vamos hurgando más en los entresijos de los manifiestos rosacruces comprobamos como la Fraternidad original de los rosacruces poco o nada tiene que ver con quienes, a posteriori, han comercializado sus siglas y amparando, en su recinto sagrado, prácticas aquí reprochadas. La alquimia, como tal, la verdadera no era otra cosa que la Química antigua y de esta es de la que habla la Confessio, como veremos en un párrafo posterior. Para los rosacruces la alquimia no era otra cosa que una Ciencia divina; pero ciencia al fin y al cabo.

Sin embargo, como no siempre aporta enseñanzas y revelaciones suficientes sobre la transformación de los metales, sobre la medicina y sobre una infinidad de otros misterios y maravillas naturales, pensamos que es justo consagrar lo esencial de nuestros esfuerzos a adquirir la comprensión y ciencia de la filosofía.

Aquí queda claro que la Rosacruz se preocupaba de la filosofía implícita en los procesos científicos, en este caso alquímicos, dejando el trabajo manual para los verdaderos artesanos del arte y renegando de todos aquellos charlatanes que escudándose en la ignorancia general se aprovechaban económicamente de un arte que en realidad no poseían.

Por ello debe evitarse iniciar en la tintura metálica a excelentes espíritus que no tengan una buena práctica anterior del conocimiento de la naturaleza.

Por ello se insta a que los hermanos o postulantes no versados en la Ciencia de la alquimia se dediquen a otros menesteres para que ni pierdan su valioso tiempo ni tergiversen la verdadera naturaleza de dicha tecnología científica.

¡Qué insaciable puede ser la avaricia de un hombre que ha llegado a ser indiferente a la pobreza, a las contrariedades, a las enfermedades, que incluso se ha elevado por encima de la humanidad entera hasta el punto de dominar todo lo que tortura, angustia y martiriza a las demás criaturas, y a quien la presencia de una mina inagotable de oro y de plata empuja sin embargo a consagrarse a ocupaciones vanas como construir casas, guerrear, o bien vanagloriarse ante este Mundo!

Este párrafo fue impreso en el Siglo XVII; pero bien podría haber sido expuesto hoy mismo. Cómo algunos individuos se elevan de forma artificiosa por encima de sus semejantes atribuyéndose cualidades cuasi divinas, haciendo daño en su entorno, con el fin de conseguir cosas de naturaleza mundana y no duraderas.

Dios ha dispuesto de otra manera: eleva a los humildes humillando y despreciando a los orgullosos. Confía a los santos ángeles el cuidado de dialogar con los hombres serenos y moderados en palabras, arrojando al desierto y la soledad a los charlatanes fútiles.

Pocas explicaciones merecen estos esclarecedores renglones. Vanidad de vanidades de aquellos que se consideran investidos del poder y de la falsa sabiduría de los tiempos. La Divinidad se muestra al humilde, sereno y educado más bien que a los prepotentes o charlatanes versados en una sofística oratoria.

Éste es el justo salario con el que retribuye al seductor romano que desborda de blasfemias contra Dios y contra el Cielo; el mismo que, pese a que en Alemania ha sido descubierta toda su abominación y su execrable infierno, incluso se aferra en pleno día a su mentira hasta el punto de colmar la medida de sus pecados y estar listo para el castigo.

Por enésima vez, en los manuscritos rosacruces se da un varapalo al imperio Romano de la Iglesia Católica; dado que tergiversó el mensaje gnóstico de Jesús y pervirtió las prédicas evangélicas en beneficios mundanos.

Vendrá un tiempo en que la víbora cesará de silbar y en el que será abolida la triple corona, tema del que trataremos más particularmente y en detalle cuando se celebre nuestra asamblea.

Se refiere al descabezamiento de la trinidad demoníaca que está constituida por el Anticristo, el Falso Profeta y la Bestia surgida del Abismo o Gran Ramera y que se menciona en el Apocalipsis de Juan. Aquí se dice claramente que se tratará el Tema en una Asamblea Rosacruz luego es posible que aun no habiendo sido jamás visible la Orden, de cara a la Historia de los hombres, sí que es probable que se estuviese preparando una conspiración para desbaratar los planes de Roma y su curia, La Gran Ramera, de su vasallo el Emperador alemán y del Anticristo: el Papa de roma.
       
Doceavo Capítulo

Al término de nuestra Confesión, deseamos recordar diligentemente que conviene proscribir la mayoría, si no todas, las obras de los falsos alquimistas que, por gusto, pasan el tiempo en abusar inútilmente de la santa y gloriosa Trinidad, en engañar al público con figuras rocambolescas y propósitos oscuros y ocultos, esquilmando el dinero de los simples.

Ya lo apuntamos al comienzo de esta lección: Que la Rosacruz no solo no estaba en contra de la verdadera Química, sino que arremetía contra los falsos alquimistas y aquellos que ocultaban su ignorancia tras enigmáticos e incomprensibles jeroglíficos que no querían decir nada. Todo ello formaba, en la época, una suerte de ocultismo que aprovechaban los charlatanes para esquilmar el patrimonio de los adinerados ignorantes.

Nuestro tiempo conoce una proliferación de libros de esta clase. El enemigo del bien del hombre los mezcla al buen grano con la esperanza de menguar el crédito de la verdad. La verdad es neta, simple y desnuda; la mentira por el contrario es fastuosa, imponente, majestuosa, rodeada con la rara aureola que prestan la sabiduría divina y la sabiduría humana.

El Siglo XVII fue prolífico en la edición de obras supuestamente alquímicas y que se escudaban tras la enigmática emblemática. Unas verdaderas joyas de la ilustración que pretendían ocultar los arcanos del arte de la transmutación de los metales y no decimos que todos ellos fuesen falsos; pero que los falsos carecían de la cualidad de la fácil interpretación, pues la ignorancia es más fácil ocultarla en el farragoso bosque de la incomprensible suntuosidad.

¡Hombres sutiles! Evitad y huid estas obras: volveos hacia nosotros que no queremos en absoluto vuestro dinero y que, por el contrario, os ofrecemos graciosamente nuestros grandes tesoros. Nosotros no corremos tras vuestros bienes inventando tinturas de charlatán, deseamos haceros participar de los nuestros.

Quien tiene ofrece y da no pide y arrebata. Por lo tanto, aquí se ve con claridad que la verdadera Rosacruz no va solicitando dinero para su pertenencia dado que quien posee tantos bienes y tesoros ¿Qué necesidad tiene de solicitar aportaciones materiales? Lo que nos indica este párrafo es que ninguna organización que se arrogue el título de Rosacruz y pida dinero por participar de su sabiduría es la verdadera Orden rosacruz, si acaso alguna bien intencionada escuela que poco o nada tiene que ver con la sagrada Orden y en el peor de los casos, de instituciones alimenticias creadas para constituirse en baluarte de timadores.

No os hablamos por adagios, queremos iniciaros en una interpretación, en una explicación, en una ciencia de los secretos que sea clara, simple, absolutamente comprensible. No buscamos vuestra acogida, vuestra hospitalidad, os invitamos a nuestras casas que son más que hoteles y palacios del Rey.

Los embaucadores se enmascaran tras lo complicado e incomprensible. La Verdad es simple y como tal es fácil su explicación y lo único que se necesita para su entendimiento es la clave que nos proporciona la Ciencia de los números. Se remarca la esencia de la Orden de no pedir como pedigüeños mendicantes, dado que quien posee el conocimiento y la sabiduría de poco o nada le sirven los bienes ajenos.

Sabed que no actuamos según nuestro capricho; quien nos incita y nos exhorta a ello es el espíritu divino, y así lo ha dispuesto nuestro padre bien amado en el testamento inviolable que nos ha dejado, obligándonos a ello las condiciones y las intenciones del siglo.

Como cualquier institución evangélica, la Rosacruz presentía que se encontraba en los tiempos profetizados por el Apocalipsis y que su lucha era contra la triple corona diabólica representada por Roma y sus vasallos; por lo tanto, se trataba de una verdadera cruzada inspirada por Dios y predicada por el fundador de la Orden. Aun siendo una Fraternidad ecuménica que buscara la unificación de toda la cristiandad, también perseguía el descabezamiento de la antigua herejía que había plantado su trono oficialista en la antigua Roma y de aquellos que prostituían, por dinero, las enseñanzas de Jesús el Nazareno.
         
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba