domingo, 24 de mayo de 2015

Lección 69, Grado Segundo, Orden Primera (Influencia de los manifiestos de la R+ en la Masonería Especulativa IV)


Herencia R+ de la M:.

Paz, Tolerancia y Verdad

Este Trabajo es el comentario de un extracto del Libro Iluminismo Rosacruz de Frances Amelia Yates.


Hay pues aquí una cuestión que dilucidar: ¿Qué relación tiene este tema con nuestro problema acerca de las doctrinas rosacruces y la masonería?

No tenemos respuestas claras que dar a estas preguntas, pues como aclaramos al comenzar este capítulo, del Iluminismo Rosacruz, el presente libro no se orienta primordialmente hacia el problema de las sociedades secretas. 

Todo lo que podemos hacer es tratar de indicar que los movimientos históricos aquí descritos pueden abrir nuevos caminos por los cuales los investigadores del futuro pueden ir a buscar nuevas pruebas documentales.

Supongamos –como pura y simple hipótesis, como posible camino histórico por el que puedan moverse los futuros investigadores- que en la Inglaterra Isabelina haya surgido la idea de algo semejante a lo que después fue la masonería, relacionada con los cultos de la reina y de la tradición de Dee, y a la cual se asoció a Philip Sidney. En la Inglaterra Isabelina, que se mantenía unida por un espíritu caballeresco revivido y por ciertos movimientos esotéricos renacentistas, y que así logró organizarse espiritualmente para resistir a un enemigo peligroso, parece posible que existieran agrupaciones secretas.

Cuando estos movimientos se trasladaron al extranjero, en el séquito del elector Palatino, Federico, y de su esposa Estuardo ¿no pueden haberse llevado entre otras cosas no solo las ideas caballerescas y alquímicas inglesas atribuidas a Dee, sino también la idea de una especie de pre masonería, inspirada parcialmente en el mismo John Dee, del mismo modo que inspiró tantas otras cosas en aquellos movimientos? Habría que buscar las posibles ideas místicas masónicas que pueden estar contenidas en los escritos del grupo rosacruz, especialmente de Maier y Andreae; pero por el momento no sería fácil diferenciarlas de la mística renacentista en general.

El problema se complica por el hecho de que, aunque parezca más que probable que las sociedades secretas se estuvieran desarrollando por las presiones de la época, no se sabe  cuántas de estas sociedades puedan haber existido, ni cómo se relacionaban entre sí, si es que existía tal relación.

Como ya se ha dicho, todos los movimientos secretos de fines del siglo XVI pueden haber sentido una simpatía secreta por el que se desarrolló teniendo en su centro al Elector Palatino. Sabemos que a fines del siglo XVI, debido a la situación imperante en los Países Bajos se organizó la Familia de Amor, sociedad secreta de indudable existencia real. También sabemos que muchas personas muy conocidas eran secretamente miembros de esta secta o Sociedad Secreta, que permitía que sus miembros aparentaran formar parte de alguna iglesia mientras secretamente estaban afiliados a la Familia. Estas actitudes de la Familia del Amor se parecen algo a las de la masonería.

Sabemos que entre los editores muchos eran secretamente miembros de dicha Familia, y que, por ejemplo, Plantin, el gran impresor de Amberes, no solo era miembro de esta secta, sino que le hizo propaganda con entusiasmo por medio de la publicación de las obras de quienes le tenían simpatía. Ya hemos indicado que la familia De Bry, impresores que tenían relación con la firma de Plantín, quizá era familista, y que la decisión de trasladar la sede de la empresa a territorio palatino, a Oppenheim, donde publicó obras de personas interesadas en el fenómeno Rosacruz –Fludd y Maier- quizá puede haberse debido a una simpatía secreta por los movimientos que tenían lugar en esos siglos en el Palatinado.

Los Templarios masones aceptados colaborarían con la Casa de los Estuardo para recuperar el Trono de Inglaterra y cuando la Dinastía defenestrada tuvo que exiliarse en Francia también lo hicieron los propios caballeros que le habían jurado fidelidad a los Estuardo. Con el tiempo, estas logias, dieron lugar a las actuales masonería francesa y escocesa.

Repetimos –sigue diciendo Frances A. Yates- nuestra opinión de que en el movimiento rosacruz se pueden encontrar influencias de Giordano Bruno, filósofo intensamente hermético que a fines del siglo XVI propagó por toda Europa un movimiento reformista esotérico. Este movimiento propugnaba una reforma general del mundo, como un regreso a la religión egipcia y a la magia buena. Bruno quizá formó en Alemania una Sociedad secreta, los Giorianisti; había visitado Inglaterra donde probablemente conociera a Sidney, demostrando su simpatía por los aspectos más esotéricos del culto caballeresco isabelino. También aquí tenemos una posible influencia sobre las doctrinas rosacruces mezclada con otras influencias.

Podría decirse que las influencias familistas posiblemente representaban una corriente secreta originaria de los Países Bajos, que un movimiento encabezado por Giordano Bruno, podía estimular el nacimiento de movimientos secretos en Italia, y que todas estas influencias tal vez coexistieron con un movimiento esotérico de origen Inglés, fuertemente influenciado por John Dee, que se aprestaba en los inicios de un gran esfuerzo en favor de la liberación de Europa del Yugo católico e imperial, colocando en el trono de Bohemia a Federico del Palatinado.

Tras tanta tropelía de parte de la Religión oficial, aunada a los intereses particulares que se sumaron a las ideas luteranas primero y calvinistas después, se produjo la Reforma Protestante, donde las no tan nuevas ideas de Lutero se amalgaman con las ya viejas de los valdenses que se habían mantenido en la sombra del ostracismo autoimpuesto por mera cuestión de supervivencia. Es en ese convulso panorama donde surgió la Fama Fraternitatis de los Rosa Cruces, en un intento, frustrado, de formar una confederación de países protestantes que pudieran enfrentar al omnímodo y poderoso imperio austro húngaro hispano, que imponía el Catolicismo en Europa por Orden de su Santidad el Papa.

Todas éstas, obviamente. Son especulaciones a tientas –nos dice Yates-, sugerencias posibilistas e hipotéticas, pero es necesario hacerlas para señalar las dificultades que presenta el tema de la supuesta relación entre rosacrucismo y masonería. Sabemos que la época de fines del siglo XVI y principio del XVII fue una edad de sociedades secretas, pero no sabemos cómo se relacionaban unas con otras, ni en qué se diferenciaban entre sí. 

El documento inglés de 1676 ya mencionado habla de una cena de la Asociación del Listón verde con la Hermandad de la Rosacruz, los Adeptos Herméticos  los Masones Aceptados, cuya característica común era la invisibilidad. Tal vez este fragmento represente tradiciones anteriores de lo que podría denominarse la intercomunión de las sociedades secretas, aunque en tiempos anteriores y más terribles, semejantes relaciones podrían haber sido mortalmente peligrosas.

Si dentro de esta compleja situación secreta del movimiento rosacruz alemán hubo una influencia esotérica de origen Inglés quizá derivada de un movimiento masónico relacionado de algún modo con Dee, y con el cual se combinaron influencias de los ideales caballerescos ingleses para crear el nombre de Rosa Cruz, es posible que tras los misteriosos manifiestos hubiera algo real, algo parecido a un movimiento pre masónico.

Permítasenos señalar de nuevo que estas especulaciones a tientas no pretenden ser más que hipótesis que guíen a los futuros investigadores por un camino científico-histórico todavía inexplorado por los que se interesan en la historia de la masonería primitiva; pues nadie que sepamos ha tratado el asunto de la influencia inglesa sobre el movimiento rosacruz alemán.

Si tales influencias fueron de Inglaterra a Alemania a principio del siglo XVII (llegando también por medio de la misión de Dee en Bohemia), ¿Cuándo habrá regresado, de nuevo, a Inglaterra? Pues seguramente después de la catástrofe de 1620, es indudable que se debe haber generado un intenso movimiento de lealtad y simpatía hacia los reyes de Bohemia, por los terribles acontecimientos que los obligaron a vivir exiliados en la Haya durante largos años.

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba