Los símbolos que voluntariamente
hemos escogido para este Blog son el Emblema o Escudo de Armas de Martín Lutero
constituido por una rosa blanca de cinco pétalos en cuyo centro se encuentra un
corazón rojo y en el interior del corazón una cruz negra; el emblema de la
Iglesia Evangélica Valdense constituido por una mecha, vela encendida, sobre una palmatoria, desprendiendo doce rayos y siete estrellas amarillas sobre un fondo verde, y con el lema de Lux Lucet in Tenebris (La Luz alumbra en
las tinieblas) y el lamen de la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema, donde sobre una cruz dorada se representa, en su centro, una figura de Jesús de Nazaret y sobre él una rosa Roja y con la Palabra IMMA NUEL (Dios está entre nosotros).
Hemos tomado estos símbolos prestados
porque para nosotros representan la plena esencia del Movimiento Rosacruz. Un
Movimiento Cristiano evangélico, de
carácter ecuménico, cuya inspiración se remontaría a los primitivos cristianos de las
iglesias gnósticas egipcias; de ahí el símbolo Valdense, mal denominado Cátaro,
y que tomaría el nombre de Rosa Cruz por el expreso deseo de los autores reformistas
de los manuscritos rosacruces del Siglo XVII.
La Rosa silvestre, blanca y de
cinco pétalos representa el cuerpo del Ser Humano en cuyo centro, el pecho, se asienta su
rojo corazón y en cuyo interior debe nacer el cristo representado por la cruz
negra. Esa cruz es negra y no de otro color porque representa al Cristo dormido
sin despertar aún. La misión de todo estudiante rosacruz es despertar al
durmiente que mora en su interior y alimentarlo con la roja sangre de su
personalidad para que esa rosa cruz se convierta en la cruz de oro rosada que nos haga hermanos en Jesús y conscientes de ser hijos del, Padre o Principio Cósmico Universal. El círculo interior representa al Mundo celeste y el exterior dorado el Pleroma o Mundo Original.
La mecha encendida representa la
Luz de Cristo alumbrando las tinieblas del mundo con los doce rayos de las constelaciones zodiacales. El fondo es verde porque a
pesar de la ignorancia aún queda la esperanza y las siete estrellas representan
la perfección chrístificada de los siete arcontes planetarios, del septuple Hombre nuevo, christos, y cuya luz celestial ayudará a
sus congéneres a encontrar el camino de regreso al Hogar Celeste o de
Salvación.
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