lunes, 25 de mayo de 2015

Lección 71, Grado Segundo, Orden Primera (Rosacruz y Masonería Hoy y …)


Paz, Tolerancia y Verdad

Suponemos que nuestros alumnos habituales o lectores ocasionales, tras la lectura de las lecciones anteriores, habrán descubierto sus propias respuestas. 

Conclusiones por otro lado que serán lógicas y sujetas a la razón del método científico, salvo que su mente esté sujeta a las fantasías y elucubraciones propias de un Sistema educacional manipulador e inmoral que prefiere que circulen, de forma libre, cuentos sin alguna consistencia a que se conozca la única verdad.

Bien sabe el lector, se dijo con anterioridad, que no emprenderemos el Comentario de las Bodas Químicas, el tercero y último de los manifiestos rosacruces originales, y de algún modo le será comprensible dado que hasta el próximo año, 2016, no se cumplirán los 400 años de su publicación en 1616; por lo tanto, salvo que surja algo extraordinario y que sea útil para los estudiantes, pondremos aquí nuestro punto y aparte dejando también, el estudio de la Rosacruz de la masonería escocesa, para el próximo ejercicio lectivo.

No sabemos si, entre líneas, los lectores se han percatado de un asunto de trascendental importancia y que nos ha estado rondando la cabeza mientras ideábamos estas lecciones y las transcribíamos a la pantalla del ordenador: Que de algún modo, existen al menos dos rosacruces legítimas y otras muchas que no serían más que hijas putativas de aquellas.

Una Rosacruz original protestante, de mano del Círculo de Tubingia liderada por Andreae, y otra Rosacruz católica, como respuesta de parte de Jesuitas como Atanasius Kirtchner. La segunda fue como una especie de respuesta a la primera con el fin de desacreditarla y desactivarla. Estamos convencidos que ninguna de las dos tuvieron presencia física salvo en el ámbito de lo escrito, lo literario y emblemático.

El símbolo de la primera no era otro que la figura de una rosa roja con una cruz en su interior, representando al cristo que vive dentro de la naturaleza pasional del cuerpo humano. La simbología de la segunda no es otra que el pelícano alimentando, con la sangre de su pecho, a sus siete polluelos; no representando otra cosa que el sacrifico del redentor para salvar a la humanidad. La primera tiene una intención crística y la segunda redencionista de los siete vehículos del Ser Humano.

Crística en tanto en cuando se nos indica que la ilusoria materia de carácter pasional representada por la rosa roja, tan preciada en la antigua Roma, posee algo divino en su interior que debe transmutar al hombre. Redencionista la segunda, dado que nos muestra al Cristo tal y como nos es mostrado, de forma cruelmente lanceado a modo de cordero sacrificial, por la Iglesia de Roma; pero el tiempo ha querido que el crisol de la historia termine unificando ambas rosacruces en una sola gnóstica y que fuera transmitida hasta el hombre actual mediante el arcón de sabiduría que supone la franc-masonería.

Bajo el paraguas del compás, representación del Gran Arquitecto del Universo, el nuevo simbolismo nos mostraría una cruz en la que florecen rosas y a cuyo pie se encuentra el pelícano sacrificial de cuya sangre se nutren sus criaturas y sustituyendo la natural escuadra se encuentra el emblema I.N.R.I., (IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM) que en el fondo significa lo mismo que dicha herramienta de arquitectura; pero en cuyo significado simbólico y oculto no entraremos por razones obvias.

Es con el nacimiento de la masonería especulativa actual, en el siglo XVIII, que esta síntesis tiene lugar y de donde surgirían, con posterioridad y bajo el amparo de las logias masónicas, diferentes movimientos para-masónicos con el fin de que las mujeres pudieran tener acceso.

Se habla de la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema como algún tipo de Obediencia masónica independiente del resto del corpus hermético del arte real que es la Masonería; pero entendemos que se trata de un absoluto error dado que lo que nos ha quedado de aquella Institución ha sido bien poco, a pesar de que, en siglos posteriores, influyese en la constitución de diferentes órganos colaterales de la masonería denominados como rosicrucianos así como en las instituciones para-masónicas mencionadas. La Rosa Cruz de Oro más que una Obediencia fue una especie de Logia de Investigación que asumió el nombre de Rosacruz de Oro como podía haber tomado otro diferente; pero de carácter esotérico y cuya principal función era el estudio de la alquimia y de las otras artes herméticas y esotéricas.

Sea como fuere, desde el comienzo, el Movimiento Rosacruz se movió en paralelo a la historia de la sagrada Institución de la Masonería; pero saliéndose del tiesto de ésta por resultarle opresiva en el sentido de que la Rosacruz posee, de forma intrínseca, un poderoso contenido bipolar, masculino y femenino. De este crucial hecho se dieron cuenta diferentes hermanos masones y dado que la masonería Regular, hasta la actualidad, no permite la permanencia de las mujeres entre sus filas, decidieron sacarla al exterior de las férreas fronteras de dicha masonería dogmática y convertirla, en unos casos, en una suerte de para-masonería, la Golden Dawn y sus secuerlas y  en otros provocó la transformación de ciertas obediencias con el fin de que pudieran estar al alcance de sus hermanas, las féminas.

Por otro lado el tinte de la Rosacruz protestante original se mantiene en la colateralidad de las Sociedades Rosicrucianas de la Masonería Regular, dependientes de la Gran Logia de Inglaterra y la Católica, jesuítica, ha llegado hasta nosotros de la mano del Rito Escocés Rectificado, dentro del férreo brazo masónico masculino y de su para-masonería, el martinismo, abierta a las mujeres.

Estimamos que llegados a este punto, el lector se habrá percatado que lo que tenemos en la actualidad como rosacrucismo, en cualquiera de sus múltiples versiones, nada tiene que ver con lo que fuese su génesis original sino que se trata más bien de una especie de cóctel sincrético que comenzó con la interacción de la verdadera Rosacruz Original que jamás tuvo una constitución organizativa real con la contra-reforma jesuítica que, en un principio, intentara combatirla, como movimiento reformista, pero que al final pareciera haber sido fagocitada por la belleza de la primera y hermanadas en una suerte de matrimonio de los opuestos.

Pero ¿dónde se produce, con mayor fortuna, ese sincretismo ecuménico entre la Rosacruz y la Masonería? En la masonería conocida como escocista o Rito Escocés Antiguo y Aceptado o el Francés y que, en los últimos tiempos, de parte de algunas obediencias están perfectamente abiertos a la pertenencia, por igual y sin distinción, de hombres como de mujeres.

Entre las conocidas como masonerías de York o de Emulación y sus masonerías colaterales, paralelas léanse a modo de ejemplo, La Marca, El Arco, Real, Templarios o las sociedades rosicrucianas como la S.R.I.A. (Sociedad Rosicruciana in Anglia), donde es necesario pertenecer a las diferentes organizaciones para conocer sus símbolos y misterios, y el Sistema secuencial del R.E.A.A., (Rito Escocés Antiguo y Aceptado) o el Egipcio de Memphis Mizraim, donde el acceso a los misterios y alegorías es secuencial, no necesitando pertenecer a diferentes órganos colaterales y donde el Espíritu rosicruciano está presente desde el primer grado de la masonería simbólica hasta el más elevado de los rangos caballerescos y administrativos, existen diferencias mucho más allá de las meramente adquisitivas.

Sirva esto como ejemplo a seguir por aquellos que aún persisten en el error de no permitir la pertenencia de la mujer a la masonería muy a pesar de que sus Iglesias originarias, de donde surgieron en el Siglo XVIII, más concretamente en 1717 con los landmarks promulgados por el pastor presbiteriano Anderson, ya poseen mujeres ministras, predicadoras y pastoras (Sacerdotisas en suma). Esta paradoja que los iguala, en intransigencia, a la Iglesia de Roma es algo que impide el natural crecimiento de una Orden que propugna la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad  dentro de un ambiente laico y a-dogmático; pero que abre sus trabajos a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.

Si la masonería, en lo tradicional, se revierte a sus orígenes; pero no pierde de vista el natural progreso de la humanidad, retomará el espíritu rosacruz que nunca ha estado fuera de sus fronteras y abrirá sus puertas para que lo femenino penetre hasta lo más profundo de sus entrañas, sirviendo para la humanidad en lo que originalmente se constituyó: Como un movimiento ecuménico dirigido al entendimiento de todos los seres humanos sin algún tipo de distinción de género o ideología de cualquier tipo, sean estas de tipo religiosa o política.

Si después de tantísimos años de búsqueda y estudio nos encontramos en el seno de la Institución de los Maestros Canteros, y no en alguna institución para-masónica rosicruciana, es porque, desde un comienzo, sentimos la radiación espiritual de la rosacruz hasta en los más íntimos cimientos de la Institución, muy a pesar de que una gran mayoría de sus miembros no hayan sido capaces de percibirlo.

Y se encuentra íntegra en tanto en cuanto su simbolismo permanece virgen de cualquier tipo de dogmatismo o interesada interpretación, dejando a cada uno de los iniciados que los arquetipos subjetivos hablen libremente al corazón individual de los trabajadores y estudiantes, sorteando libremente las naturales fronteras del pensamiento objetivo.

Por el contrario, quien penetra en la Masonería con la intención de prosperar económicamente o medrar mediante algún tipo de prebendas gracias a relacionarse con gentes de una cierta alcurnia o nivel social, se encuentra en un auténtico error y no solo hace daño a la Institución sino a sí mismo y, si consigue sus objetivos, será por pura casualidad y poco o nada ayudará en la construcción del Templo Universal de la Humanidad.

Quien busca solo camaradería o una especie de club social donde relacionarse con sus semejantes, aún debe abrir los ojos al verdadero objetivo constructor de la Sagrada Institución. ¿Dónde se encuentra el Espíritu de la Rosacruz? Tú ya tienes la respuesta.


S.R.I.A.


La SRIA es una Orden masónica colateral, asentada principalmente en los países anglosajones y donde sus miembros deben ser, de forma ineludible, Maestros Masones Regulares y creyentes de la Religión Cristiana en cualquiera de sus variantes, sean católicos, protestantes, gnósticos, etc.

En los diferentes países anglófonos toma una nomenclatura un tanto diferente; así en Inglaterra es SRIA, en Escocia SRIS, en Canadá SRIC y en Estados Unidos SRIAm (Societas Rosacruciana in América) o MSRICF (Masonic Societas Rosacruciana in Civitatibus Foederatis)

Dado que se trata de una Fraternidad surgida de la conocida como Regularidad Masónica, sus miembros son exclusivamente masculinos y sus reuniones, como las de los Supremos Consejos y otras sociedades colaterales como Templarios o Arco Real se desarrollan en los mismos templos masónicos de las logias azules.

La Historia oficial de la SRIA se remonta al año de 1867 y, hoy en día, la Orden puede tener alrededor de unos 3000 miembros repartidos por todo el orbe.

Los objetivos de la SRIA están dirigidos, como el de toda Institución Masónica, al bienestar de la ciudadanía y al estudio científico de los grandes problemas que afectan a la humanidad; siempre desde el punto de vista de la moral cristiana.

Vestimenta Societas Rosacruciana in Anglia

Por otro lado, también se dedican al estudio pormenorizado de las antiguas artes herméticas y que han venido siendo transcritas, mediante libros, desde la más profunda antigüedad. Entre esta Sabiduría Antigua podría citarse la Alquimia, la Simbología y haciendo especial énfasis en la Cábala.

Para subir de Grado, se requiere de los Hermanos Rosacrucianos un riguroso trabajo operativo de las diferentes facetas de lo comentado en el párrafo anterior, constituyendo éstos trabajos auténticas tesinas dignas del más riguroso de los doctorados.

Al Soberano Gran Maestro o Supremo Gran Comendador, en la SRIA, se lo denomina como Mago Supremo y es el Responsable del conjunto de la Organización Masónica Rosacruciana.


El orden de sus Grados está inspirado en el Árbol cabalístico de los sephirot, mediante un sistema del árbol de la Vida zigzagueante bien conocido como del Rayo Relampagueante y la Serpiente de Nechustan.



La SRIA está constituida de tres órdenes conformadas así mismo por cuatro grados la primera, tres la segunda y, por último dos la tercera en el siguiente orden:


Primera Orden o de Aprendizaje
1 .- Zelator
2 .-Theoricus
3 .-Practicus
4 .-Philosophus

Segunda Orden o de Compañerazgo
5 .- Adeptus Minor
6 .- Adeptus Mayor
7 .- Adeptus Exemptus

Tercera orden o de Maestrazgo
8 .- Magister Templi
9 .- Magus


Es muy probable que la SRIA sea la continuadora o al menos esté inspirada en la antigua Obediencia Masónica teutona de la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema, y cuya efímera vida histórica se concretaría en las dos últimas décadas del Siglo XVIII.

Por otro lado, es importante decir que muchas organizaciones para-masónicas están inspiradas si no copiadas de la SRIA tanto en sus objetivos como rituales e incluso en el nombre de sus grados. 

La más antigua de ellas sería la Golden Dawn, creada en 1888 y cuyos tres miembros fundadores, Mathers, Wescot y Woodman habían sido masones activos de esta Fraternidad Masónica de Inspiración Cristiana; pero otros grupos como la A.A., la O.T.O. o la propia AMORC (Antiqua y Mística Orden Rosae Crucis) que fuera fundada en 1915 por el Estadounidense Spencer Lewis, basan su estructura en la propia de la SRIA., aumentando algunos grados más, hasta constituir 12 o 13 en total.

Correspondencia de Grados entre instituciones masónicas

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.

Aralba   

Lección 70, Grado Segundo, Orden Primera (Influencia de los manifiestos de la R+ en la Masonería Especulativa y V)


Herencia R+ de la M:.

Paz, Tolerancia y Verdad

Este Trabajo es el comentario de un extracto del Libro Iluminismo Rosacruz de Frances Amelia Yates.


El Movimiento, no sabemos si Organización, Rosacruz fue liderado, entre otros, por Valentín Andreae, Cristopher Besold y otros. 

Fracasado el Proyecto, dado que el monarca Ingles no quiso entrar en conflicto con la corona española, a pesar de estar casada su hija Isabel con Federico el Elector Palatino primero y efímero Rey de Bohemia después, cruzó el charco de manos del Dr. Robert Flud, cuya influencia sería decisiva junto a Elías Asmole en la transformación de la masonería operativa británica, con masones aceptados, en la puramente especulativa que ha llegado hasta nuestros días.

Y aquí es donde nuestra nueva perspectiva histórica –sigue exponiendo Yates-, puede ayudar indicando lo que quizá es un campo de investigación completamente virgen. En la Haya hubo movimientos rosacruces desde 1622, respecto a los cuales se conoce una cierta cantidad de material pero se podría encontrar mucho más. Es muy posible que la masonería organizada haya encontrado en la Haya las condiciones adecuadas para crecer, tal vez independientemente del movimiento rosacruz o en conjunto con él, en aquella atmósfera de fidelidad a una causa perdida cuya figura central, después de la muerte del ex rey de Bohemia, era su real viuda la ex reina, Isabel Estuardo, quien durante tanto tiempo tuvo su Corte en la Haya.

Los miembros de la Casa Estuardo tuvieron la tendencia a ser vehículos de la masonería, como sin ir más lejos lo demuestra la masonería que en el siglo XVIII rodeaba a los pretendientes Estuardo al trono británico. Pero quizá hay un miembro de esa Familia cuyo ambiente no ha sido suficientemente estudiado desde este punto de vista: Isabel, ex reina de Bohemia. 

Isabel Estuardo tenía un carácter muy fuerte y posiblemente ejerció su gran influencia para conservar vivo una especie de monarquismo aceptable hasta para los parlamentaristas; este monarquismo tenía algo en común con el de un exiliado bohemio como Comenius, y también fue causa de la facilidad con que se llevó a cabo la restauración de Carlos II en el trono. La fácil transición regresiva de la revolución a la monarquía siempre ha sido motivo de conjuras, y se ha sospechado que la masonería no fue ajena a ella.

Por otro lado, los nuevos paradigmas surgidos del renacimiento se trasladaron del movimiento rosacruz a las nuevas instituciones científicas como la Royal Society británica, con lo cual quedaba constituido, de forma física, el conocido como Colegio Invisible, antaño de los rosacruces.

Nuestras investigaciones históricas –matiza Yates-, pues indican que la teoría de J.G. Buhle tiene algo de verdad, aunque no como él cree. Seguramente, el fenómeno europeo de la masonería tuvo relación íntima con el movimiento rosacruz.

De todas formas, esta declaración nebulosa y provisional, está todavía muy lejos de resolver el problema, pues es evidente que los dos movimientos no fueron idénticos, aunque probablemente tuvieron relación entre sí. La masonería combina una concepción esotérica de la religión con enseñanzas éticas y el énfasis en la filantropía, y de esta manera sigue el esquema de los hermanos R.C. Pero se aleja de este esquema, como ha observado Arthur Edward Waite, en cuanto que no tiene interés en reformar las artes y las ciencias, ni en la investigación científica ni en la alquimia, ni en la magia, entre otras muchas diferencias.

De la gran reserva de fuerza espiritual e intelectual y de visión moral y reformadora representada por los manifiestos rosacruces, la masonería tomó un aspecto; los demás se concentraron en la Real Sociedad, en el movimiento alquímico y en otros muchos lugares. El Tema del Libro el Iluminismo Rosacruz –concluye Frances Amelia Yates-, es el Iluminismo Rosacruz, la Ilustración Rosacruz en su conjunto y en sus numerosas y multiformes manifestaciones, y en menor grado la canalización de algunos de sus aspectos hacia sociedades secretas, pues el interés en éstas ha tendido a opacar la importancia del Tema principal. 

Nunca sabremos, por ejemplo, si Francis Bacon fue una especie de francmasón primitivo; ni es necesario porque no tiene la menor importancia que sepamos tal cosa. Es mucho más importante identificar la influencia que ejercieron las ideas rosacruces que inventar la afiliación de cualquier personaje a una Sociedad Secreta.

Con todo, el tema estudiado en este capítulo dedicado a la relación masonería-rosacruz, el tema del secreto tiene su importancia porque conecta al Renacimiento con la iniciación de la revolución científica. Los grandes pensadores matemáticos y científicos del siglo XVII tenían muy presentes las tradiciones renacentistas del pensamiento esotérico, de la continuidad mística a partir de la sabiduría hebraica o egipcia, y de la fusión de Moisés con Hermes Trimegisto, que tanto fascinaron al Renacimiento.

Estas tradiciones sobrevivieron a lo largo de aquel periodo mediante las sociedades secretas, especialmente en la masonería. De ahí que no podamos comprender totalmente a los primeros miembros de la Royal Society si no tenemos en cuenta las influencias esotéricas renacentistas que sobrevivían en sus antecedentes formativos.

Por debajo o más allá de su filiación religiosa normal, veían al Gran Arquitecto del Universo, concepción religiosa totalizadora en la cual quedaba comprendido, y a la vez se alentaba, el impulso científico de explorar la Obra del Arquitecto. Y estos antecedentes esotéricos de los que no se hablaba, o sea, secretos, eran una herencia del renacimiento, de aquellas tradiciones de la magia y la cábala del misticismo hermético o hebraico que era la base del neoplatonismo desarrollado por el Renacimiento italiano.

Podemos ahora considerar la Fama un manifiesto perfecto, porque allí se combina en efecto la proclama del avance de la ciencia en una edad nueva e ilustrada con la sutil insinuación de la invisibilidad como característica distintiva de los Hermanos de la Rosacruz.

Para concluir, nosotros mismos, diremos que el gnosticismo en Europa había sido ocultado en el arca del conocimiento templario primero y de rosacruces y masones después.

El 17 de noviembre de 1875 Madame Blavasky y el Coronel Olcoth fundaron la Sociedad Teosófica en Nueva York, tras haber acometido múltiples viajes por el lejano Oriente, donde recabó la mayor parte de su conocimiento esotérico que supo bien aliñar a su erudición en filosofía griega. De todos es conocida la profunda relación que la Vieja Dama rusa tuvo con las organizaciones masónicas hasta el punto de que dentro de la propia Sociedad Teosófica surgiría una Obediencia propia, la Co masonería; que de algún modo fue el origen de la masonería mixta. 

La propia Elena Petrovna Blavasky repitió, hasta la saciedad, que en el arcón simbólico de la masonería se encontraba oculta la sabiduría arcana; no es de extrañar por tanto que existan dos corriente rosicrucianas que aunque en el fondo persigan un mismo fin, sin embargo, sus métodos difieren en su esencia temporal. No es que haya dos métodos rosacruces diferentes sino dos formas de ver la Realidad. Una masónica ritualista “dentro de la Francmasonería” o para masónica “en el seno de las criaturas generadas por la Golden Dawn (Aurora Dorada)” y otra mística proveniente de su previa inmersión en el pensamiento teosófico, como es el caso de las escuelas espirituales surgidas del Maestro y visionario Rudolph Steiner.

Esta Verdad, la Verdad de la Rosacruz, es la que ha venido siendo preservada con el correr de la Historia desde el origen de los tiempos, porque no podía ser de otro modo dado que la llevamos grabada a sangre y fuego dentro de lo más íntimo de nuestro ADN. Solo la Verdad y solo con la Verdad por delante es que podremos llegar a todos y cada uno de los individuos en que está fragmentada la Naturaleza humana y el propio Cosmos.

Cualquier construcción que esté fundamentada sobre los cimientos del engaño está condenada a su extinción catastrófica. Tan solo la Verdad está capacitada para abrirse camino, como un ariete, a través de los graníticos muros de la intransigencia constituida por un Sistema autodefensivo que viene trabajando, desde el principio de los tiempos, en la manipulación de nuestras mentes; sobre todo de las de los más jóvenes miembros de nuestra Especie.

El engaño, la falsedad, la mentira, están mantenidos por una fuerza de carácter centrífugo, carente de apego positivo alguno. Por el contrario, la Verdad nos viene asistida por la fuerza centrípeta del apego conocida como Amor. Tan solo el Amor puede romper las más férreas corazas y hacer que la Luz de la Gnosis despierte al inmortal Ave Fénix que mora en nuestro más profundo interior.


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En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba   

domingo, 24 de mayo de 2015

Lección 69, Grado Segundo, Orden Primera (Influencia de los manifiestos de la R+ en la Masonería Especulativa IV)


Herencia R+ de la M:.

Paz, Tolerancia y Verdad

Este Trabajo es el comentario de un extracto del Libro Iluminismo Rosacruz de Frances Amelia Yates.


Hay pues aquí una cuestión que dilucidar: ¿Qué relación tiene este tema con nuestro problema acerca de las doctrinas rosacruces y la masonería?

No tenemos respuestas claras que dar a estas preguntas, pues como aclaramos al comenzar este capítulo, del Iluminismo Rosacruz, el presente libro no se orienta primordialmente hacia el problema de las sociedades secretas. 

Todo lo que podemos hacer es tratar de indicar que los movimientos históricos aquí descritos pueden abrir nuevos caminos por los cuales los investigadores del futuro pueden ir a buscar nuevas pruebas documentales.

Supongamos –como pura y simple hipótesis, como posible camino histórico por el que puedan moverse los futuros investigadores- que en la Inglaterra Isabelina haya surgido la idea de algo semejante a lo que después fue la masonería, relacionada con los cultos de la reina y de la tradición de Dee, y a la cual se asoció a Philip Sidney. En la Inglaterra Isabelina, que se mantenía unida por un espíritu caballeresco revivido y por ciertos movimientos esotéricos renacentistas, y que así logró organizarse espiritualmente para resistir a un enemigo peligroso, parece posible que existieran agrupaciones secretas.

Cuando estos movimientos se trasladaron al extranjero, en el séquito del elector Palatino, Federico, y de su esposa Estuardo ¿no pueden haberse llevado entre otras cosas no solo las ideas caballerescas y alquímicas inglesas atribuidas a Dee, sino también la idea de una especie de pre masonería, inspirada parcialmente en el mismo John Dee, del mismo modo que inspiró tantas otras cosas en aquellos movimientos? Habría que buscar las posibles ideas místicas masónicas que pueden estar contenidas en los escritos del grupo rosacruz, especialmente de Maier y Andreae; pero por el momento no sería fácil diferenciarlas de la mística renacentista en general.

El problema se complica por el hecho de que, aunque parezca más que probable que las sociedades secretas se estuvieran desarrollando por las presiones de la época, no se sabe  cuántas de estas sociedades puedan haber existido, ni cómo se relacionaban entre sí, si es que existía tal relación.

Como ya se ha dicho, todos los movimientos secretos de fines del siglo XVI pueden haber sentido una simpatía secreta por el que se desarrolló teniendo en su centro al Elector Palatino. Sabemos que a fines del siglo XVI, debido a la situación imperante en los Países Bajos se organizó la Familia de Amor, sociedad secreta de indudable existencia real. También sabemos que muchas personas muy conocidas eran secretamente miembros de esta secta o Sociedad Secreta, que permitía que sus miembros aparentaran formar parte de alguna iglesia mientras secretamente estaban afiliados a la Familia. Estas actitudes de la Familia del Amor se parecen algo a las de la masonería.

Sabemos que entre los editores muchos eran secretamente miembros de dicha Familia, y que, por ejemplo, Plantin, el gran impresor de Amberes, no solo era miembro de esta secta, sino que le hizo propaganda con entusiasmo por medio de la publicación de las obras de quienes le tenían simpatía. Ya hemos indicado que la familia De Bry, impresores que tenían relación con la firma de Plantín, quizá era familista, y que la decisión de trasladar la sede de la empresa a territorio palatino, a Oppenheim, donde publicó obras de personas interesadas en el fenómeno Rosacruz –Fludd y Maier- quizá puede haberse debido a una simpatía secreta por los movimientos que tenían lugar en esos siglos en el Palatinado.

Los Templarios masones aceptados colaborarían con la Casa de los Estuardo para recuperar el Trono de Inglaterra y cuando la Dinastía defenestrada tuvo que exiliarse en Francia también lo hicieron los propios caballeros que le habían jurado fidelidad a los Estuardo. Con el tiempo, estas logias, dieron lugar a las actuales masonería francesa y escocesa.

Repetimos –sigue diciendo Frances A. Yates- nuestra opinión de que en el movimiento rosacruz se pueden encontrar influencias de Giordano Bruno, filósofo intensamente hermético que a fines del siglo XVI propagó por toda Europa un movimiento reformista esotérico. Este movimiento propugnaba una reforma general del mundo, como un regreso a la religión egipcia y a la magia buena. Bruno quizá formó en Alemania una Sociedad secreta, los Giorianisti; había visitado Inglaterra donde probablemente conociera a Sidney, demostrando su simpatía por los aspectos más esotéricos del culto caballeresco isabelino. También aquí tenemos una posible influencia sobre las doctrinas rosacruces mezclada con otras influencias.

Podría decirse que las influencias familistas posiblemente representaban una corriente secreta originaria de los Países Bajos, que un movimiento encabezado por Giordano Bruno, podía estimular el nacimiento de movimientos secretos en Italia, y que todas estas influencias tal vez coexistieron con un movimiento esotérico de origen Inglés, fuertemente influenciado por John Dee, que se aprestaba en los inicios de un gran esfuerzo en favor de la liberación de Europa del Yugo católico e imperial, colocando en el trono de Bohemia a Federico del Palatinado.

Tras tanta tropelía de parte de la Religión oficial, aunada a los intereses particulares que se sumaron a las ideas luteranas primero y calvinistas después, se produjo la Reforma Protestante, donde las no tan nuevas ideas de Lutero se amalgaman con las ya viejas de los valdenses que se habían mantenido en la sombra del ostracismo autoimpuesto por mera cuestión de supervivencia. Es en ese convulso panorama donde surgió la Fama Fraternitatis de los Rosa Cruces, en un intento, frustrado, de formar una confederación de países protestantes que pudieran enfrentar al omnímodo y poderoso imperio austro húngaro hispano, que imponía el Catolicismo en Europa por Orden de su Santidad el Papa.

Todas éstas, obviamente. Son especulaciones a tientas –nos dice Yates-, sugerencias posibilistas e hipotéticas, pero es necesario hacerlas para señalar las dificultades que presenta el tema de la supuesta relación entre rosacrucismo y masonería. Sabemos que la época de fines del siglo XVI y principio del XVII fue una edad de sociedades secretas, pero no sabemos cómo se relacionaban unas con otras, ni en qué se diferenciaban entre sí. 

El documento inglés de 1676 ya mencionado habla de una cena de la Asociación del Listón verde con la Hermandad de la Rosacruz, los Adeptos Herméticos  los Masones Aceptados, cuya característica común era la invisibilidad. Tal vez este fragmento represente tradiciones anteriores de lo que podría denominarse la intercomunión de las sociedades secretas, aunque en tiempos anteriores y más terribles, semejantes relaciones podrían haber sido mortalmente peligrosas.

Si dentro de esta compleja situación secreta del movimiento rosacruz alemán hubo una influencia esotérica de origen Inglés quizá derivada de un movimiento masónico relacionado de algún modo con Dee, y con el cual se combinaron influencias de los ideales caballerescos ingleses para crear el nombre de Rosa Cruz, es posible que tras los misteriosos manifiestos hubiera algo real, algo parecido a un movimiento pre masónico.

Permítasenos señalar de nuevo que estas especulaciones a tientas no pretenden ser más que hipótesis que guíen a los futuros investigadores por un camino científico-histórico todavía inexplorado por los que se interesan en la historia de la masonería primitiva; pues nadie que sepamos ha tratado el asunto de la influencia inglesa sobre el movimiento rosacruz alemán.

Si tales influencias fueron de Inglaterra a Alemania a principio del siglo XVII (llegando también por medio de la misión de Dee en Bohemia), ¿Cuándo habrá regresado, de nuevo, a Inglaterra? Pues seguramente después de la catástrofe de 1620, es indudable que se debe haber generado un intenso movimiento de lealtad y simpatía hacia los reyes de Bohemia, por los terribles acontecimientos que los obligaron a vivir exiliados en la Haya durante largos años.

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba   

sábado, 23 de mayo de 2015

Lección 68, Grado Segundo, Orden Primera (Influencia de los manifiestos de la R+ en la Masonería Especulativa III)


Herencia R+ de la M:.

Paz, Tolerancia y Verdad

Este Trabajo es el comentario de un extracto del Libro Iluminismo Rosacruz de Frances Amelia Yates.


Atuendos del Real Arco, Espada, Medallas y Daga ceremoniales
con rituales de los grados azules. Propiedad de ARALBA
La historia legendaria de la albañilería, del verdadero arte de construir, se cuenta en algunos poemas medievales (con fecha cercana a 1400), que según los francmasones modernos son documentos de la antigua masonería operativa, la del oficio y el gremio, de la cual pretende derivarse la francmasonería o masonería especulativa.

En estas Constituciones Manuscritas de la Masonería, como se llaman esos escritos, la albañilería, la construcción o la arquitectura, se identifican con la geometría. Un relato afirma que la geometría fue descubierta antes del Diluvio, y otro dice que Abrahán enseñó geometría a los egipcios. En otra versión de la invención de la geometría derivada de una fuente clásica (Diódoro Sículo), se dice que la geometría fue inventada por los egipcios para poder controlar las inundaciones del Nilo.

Esta invención se atribuye a Thoth-Hermes, o sea a Hermes Trimegisto, a quien se identifica con Euclides. De esta manera, los orígenes de la geometría y de la albañilería, y por consiguiente de la masonería, se pierden en un lejanísimo pasado hebreo o egipcio, rodeados de místicos que se relacionan claramente con la concepción renacentista de la antigua sabiduría de los Prisci Theologi o Prístinos Teólogos, donde halla su fuente toda la verdadera sabiduría.

En la mitología masónica, la verdadera sabiduría antigua se conservaba en la geometría del Templo, construido por Salomón con la ayuda de Hiram, rey de Tiro. Se creía que el arquitecto del Templo era un cierto Hiram Abif (No Hiram el Rey), cuyo martirio es tema de una representación simbólica en los ritos masónicos.

La fuente oficial de la mitología e historia mística masónicas parecen ser las Constituciones de los Francmasones, publicadas en inglés por James Anderson, que no era masón, en 1725 y que según tenemos entendido todavía se consideran un documento de gran autoridad para la historia masónica por parte de algunas de las obediencias. Contiene una declaración que debe leerse durante el rito de admisión de un nuevo miembro, que comienza diciendo lo siguiente:

“Adán, nuestro primer padre, creado a imagen y semejanza de Dios, el Gran Arquitecto del Universo, debe haber tenido escritas en su corazón las ciencias liberales, especialmente la geometría, porque desde la Caída encontramos los principios de ésta en el corazón de su prole…”

La historia de la geometría es pues buscada e identificada en todo el curso de la Biblia, hasta culminar con la construcción del Templo de Salomón.

Pero no hay que olvidar que el Reverendo Presbiteriano Anderson, en uno de sus escritos propios, se lamentara de que algunos miembros laboriosos y abnegados de la Nueva Obediencia, “en un exceso de celo, se dedicaran a destruir algunos de los más importantes papeles que demostraban la verdadera filiación de la masonería especulativa moderna” decimos nosotros, gracias a documentos que han venido surgiendo a posteriori, con las logias escocesas de masones aceptados, descendencia directa de la Masonería puramente operativa, y que supuestamente fuesen formadas por la familia Estuardo y algunos de sus protegidos caballeros templarios.

Como casi todas las historias de la masonería –sigue la Autora del Iluminismo Rosacruz-, las Constituciones, después de hablar de la construcción, de los constructores y de los edificios que figuran en la Biblia, pasan a ocuparse de la arquitectura no bíblica.

En primer lugar, el arte real de la arquitectura se difundió de los judíos a los griegos, luego lo aprendió Roma, que se convirtió en el centro del saber y del  poder imperial, llegando a su cenit con Cesar Augusto, bajo cuyo reinado nació el Mesías de Dios, Gran Arquitecto de la Iglesia. Augusto patrocinó al gran Vitrubio, hasta el día de hoy padre de todos los verdaderos arquitectos. Augusto fue Gran Maestro de la logia masónica de Roma y creó el estilo augusteo.

La historia pasa luego rápidamente por la pérdida de la masonería romana con las invasiones bárbaras, y el advenimiento del estilo gótico, mencionando que en los tiempos de la ignorancia a veces se condenaba por nigromancia a la geometría.

Refiriéndose ya a los tiempos modernos o más recientes, el relato afirma que la reina Isabel I (La Hija de Enrique VIII)  no fue favorable a la arquitectura, pero que el Rey Jacobo revivió las logias inglesas y rescató la arquitectura romana de la ignorancia gótica.

En Italia, brillantes arquitectos habían revivido el estilo clásico que fue restaurado sobre todo por el gran Palladio, cuyo rival en Inglaterra es nuestro gran Maestro Albañil Íñigo Jones. Carlos I también patrocinó a Mr. Jones, a quien se presenta como un indudable francmasón, al igual que Carlos II. Se menciona elogiosamente a sir Christopher Wren, arquitecto de la catedral de San Pablo en Londres.

Pero a fin de cuentas, esta historia no aclara el punto sobre el cual es tan necesario tener informes definitivos: ¿Cuándo se fundó la masonería moderna como sociedad secreta organizada? La mayoría de los libros que tratan de la masonería confunden la arquitectura bíblica, los relatos legendarios, la historia de la arquitectura en general y la historia de la masonería, tal como indica James Anderson en las constituciones de 1725.

Pero parece probable –y esto es algo que hacen ver los historiadores masones- que la especie especulativa de masonería y su gradual separación de la albañilería operativa, comenzaron cuando revivió el interés en Vitrubio y en la arquitectura clásica resucitada.

Y a pesar de que Anderson no hace ninguna declaración definitiva a este respecto, parece que en su historia Iñigo Jones tiene una gran importancia, tal vez insinuando que la masonería como institución, diferenciada de la leyenda masónica, comenzó a propagarse en Inglaterra en concomitancia con la introducción y difusión del estilo augusteo por obra de Iñigo Jones.

Se advierte una curiosa laguna en la historia masónica: ¿por qué no se menciona a Jhon Dee, el célebre filósofo hermético y autor de un famoso prefacio para la traducción inglesa de la obra de Euclides, en el cual elogiaba al gran Vitrubio y exhortaba a luchar por el renacimiento de Euclides, de la arquitectura y de todas las artes matemáticas? La edición inglesa de Euclides, con el prólogo de Dee, fue publicada en 1570, y con seguridad fue un monumento sumamente memorable para el sagrado arte de la geometría y el heraldo del renacimiento de la arquitectura clásica en Inglaterra muchos años antes de Iñigo Jones. 

Es difícil creer que los masones no conocieran el prólogo de Dee a la obra de Euclides, que contiene tantas citas a Vitrubio, y en verdad es bastante claro que James Anderson sí lo conocía, pues en más de una ocasión casi parece que lo está citando textualmente.

Compárense por ejemplo las palabras con las que Anderson describe el reinado de Augusto como la época en la que nació el Mesías de Dios, Gran Arquitecto de la Iglesia, con las palabras de Dee sobre Augusto “en cuyos días nació nuestro Celestial Arquimaestro”. Se queda uno con la impresión de que Dee fue puesto deliberadamente fuera de la historia oficial de la masonería.

¿Cuál puede ser la razón de esta omisión? Quizá la misma por la cual con tanta frecuencia se evitaba pronunciar su nombre: Su fama de hechicero y la publicación condenatoria de Meric Casaubon. Aunque es sumamente irónico que en su prefacio el mismo Dee deplore la acusación de hechicería que le hacen los ignorantes, exactamente como Anderson en las Constituciones afirma que en los tiempos de ignorancia a veces se condenaba por nigromancia a la geometría.

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba   

viernes, 22 de mayo de 2015

Lección 67, Grado Segundo, Orden Primera (Influencia de los manifiestos de la R+ en la Masonería Especulativa II)


Herencia R+ de la M:.

Paz, Tolerancia y Verdad

Este Trabajo es el comentario de un extracto del Libro Iluminismo Rosacruz de Frances Amelia Yates.


La nota de Ashmole sobre la iniciación masónica, según se dice, es la noticia más antigua que se conoce de la masonería especulativa en una logia inglesa. Es significativo que este primer dato sobre la masonería se refiera precisamente al hombre cuyo conocimiento de las doctrinas rosacruces fuera expuesto en el capítulo anterior del Iluminismo Rosacruz, en el cual se vio que Ashmole copió de su puño y letra los manifiestos rosacruces, a los que agregó una carta suya, también escrita de su puño y letra, en la que expresa su admiración por los objetivos que persigue la Fraternidad y pide ser admitido en ella. 

Esto parece que fue solamente un ejercicio formal, como imitación de la Tradición rosacruz respecto a los manifiestos, pero que no tenía relación con ningún grupo realmente existente que se hiciera llamar rosacruz. Ahora podemos preguntarnos si el hecho de que Ashmole fuera masón influyó de alguna manera en su ejercicio rosacruz. Una posible respuesta a este problema es que citar y aprobar los manifiestos rosacruces no era prueba de que alguien fuera rosacruz (puesto que no existía tal cosa), sino de que estaba afiliado secretamente a otro grupo.

A pesar de que en general se considera que la iniciación masónica de Ashmole en octubre de 1646 es el hecho documentado más antiguo, hay en realidad otro anterior y muy autentificado. Se trata de la admisión de Robert Moray a la logia masónica de Edimburgo, que tuvo lugar el 20 de mayo de 1641. Probablemente Moray hizo más que ningún otro individuo para lograr la fundación de la Real Sociedad y para persuadir a Carlos II de que la estableciera concediéndole su patrocinio. 

También le interesaban enormemente la alquimia y la química. Así pues resulta que las dos personas de las que tenemos verdaderas pruebas documentales más antiguas relativas a las logias masónicas fueron ambas miembros fundadores de la Real Sociedad: Moray y Ashmole.

No hay que obviar, no obstante la falta de vestigios históricos irrefutables, el indudable encuentro que en la Edad Media se diera entre los Pobres Caballeros de Cristo (Templarios) y las sectas gnósticas que habían sobrevivido a la persecución de la Iglesia Oficial, en el Oriente Medio y entre las que se encontrarían los Herméticos alejandrinos, en la rama cristiana, los Jasiditas en la judía y el Sufismo en la vía religiosa islámica chií.

Es pues evidente –sigue Frances A. Yates-, que la organización masónica existía por lo menos desde veinte años antes de que, en 1660, fuera fundada la Royal Society. Respecto a fechas anteriores es difícil encontrar documentos fidedignos.

No obstante, existe una referencia indirecta de 1638 al hecho de que comúnmente se relacionaba la idea de los rosacruces con la de la masonería. La mención más antigua que se conoce de la palabra del masón se representa en un poema publicado en Edimburgo en 1638, en el cual se habla de Perth y sus cercanías donde se dice lo siguiente:

“Porque lo anunciamos no es nada grosero/ Porque somos hermanos de la Rósea Cruz/ Tenemos la palabra del masón y una segunda vista/ Podemos predecir correctamente las cosas que vendrán…”

Quizá los hermanos de la Rósea Cruz son aquí una especie de hadas, de espíritus que conceden el don de una segunda vista, pero de todas formas es interesante que esta referencia tal vez puramente poética o literaria de los hermanos de la Rósea cruz figure en la primera mención impresa de la palabra masónica.

La primera referencia impresa a masones aceptados se encuentra en un opúsculo masónico de 1676, que dice:

“Se avisa que la Asociación Moderna del Listón Verde, junto con la antigua Hermandad de la Rósea Cruz, de los adeptos Herméticos y de los Masones Aceptados, tienen la intención de cenar todos juntos el próximo 31 de noviembre…”

A continuación se describe un cómico menú, y se aconseja a los que piensen asistir a la cena que se pongan anteojos, porque si no, se cree que las mencionadas sociedades (como hasta ahora han hecho) se presenten invisibles. 

Esta referencia es interesante, pue simplifica la existencia de toda una serie de sociedades esotéricas –dos de las cuales son los Rosacruces y los masones- cuyos miembros evidentemente son diferentes, pero que tienen suficiente en común como para que resulte natural que cenen juntos. El viejo chiste de la invisibilidad enlaza esta referencia con la antigua tradición rosacruz.

De nuevo, mucho más tarde, en 1750, se hizo en una carta la siguiente declaración:

“Los masones ingleses han copiado de los rosacruces algunas ceremonias, y dicen que se derivan de aquéllos y que son lo mismo que ellos”

Estamos en una fecha muy tardía de mediados del siglo XVIII, época en que se inició en la masonería un nuevo grado o conjunto de ritos, parece que en Francia, que recibieron el nombre de grado rosacruz. Aparentemente su mística era sin lugar a dudas cristiana (Seguía una dirección más claramente cristiana que la mística deísta de los otros grados) y quizá recibió la influencia del misticismo de las órdenes de caballería. 

Tal vez esto sea una especie de aceptación, aunque muy tardía, dentro de la misma tradición masónica, de la idea de que rosacruces y masones tienen relación entre sí.

Los templarios debieron aunar, las originales doctrinas que encontraron, en una especie de sincretismo esotérico que fue llevado hasta Europa por sus miembros itinerantes y aquí enraizó en el tejido civil mediante una serie de sociedades secretas como los Fidele D´Amore, a la que perteneciera el propio Dante Alighieri y donde se sumarían al cristianismo gnóstico primitivo, aún existente aunque minoritario por razones obvias de autoprotección, los albigenses o cátaros, los bogomilos y los valdenses.

Estas indicaciones y tradiciones tardías, por más que sean interesantes no pueden tomarse como base para iluminar el periodo de que nos hemos ocupado –dice Yates-, o sea, de los primeros decenios del siglo XVII, cuando las ideas rosacruces fueron dadas a la publicidad por medio de los manifiestos. Nos seguimos haciendo la misma pregunta: ¿Existieron en aquella época en realidad los rosacruces como organización secreta?

La Religión Oficial Católico Romana tuvo una reacción violenta ante la invasión de las que parecían las nuevas ideas y que no resultaban ser otras que las no tan nuevas; pero sí originales y puras de la Sabiduría ancestral. 

Fue más una cuestión Política que Religiosa, con la finalidad de acaparar propiedades y territorios por parte del Rey Frances Felipe el Hermoso, quien tenía secuestrado al Papa en Aviñón y lo usaba a su antojo como una marioneta, lo que provocó la forzada extinción de los Caballeros Templarios y la persecución y exterminio sin tregua, mediante el fuego, de los denominados como Cátaros o Puros y a su obispos, los Perfectos. Los Caballeros templarios que pudieron huir del holocausto se trasladaron a Holanda, España y Portugal de donde algunos, bien armados y pertrechados, pasaron a Tierras escocesas donde se refugiarían en las logias stuardistas de los masones operativos de las islas británicas.

La pregunta quizá ha variado un poco desde que al principio del presente capítulo del Iluminismo Rosacruz respondimos negativamente. Podemos ampliarla de la siguiente manera –nos propone la Autora del Iluminismo Rosacruz-; 

"si no había rosacruces, ¿había quizás en el ambiente algo así como un movimiento masónico o pre masónico primitivo?"

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba