Paz, Tolerancia y Verdad
Laicismo: Doctrina que
defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente
del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa.
Tolerancia: Respetar las
ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a
las propias.
Sincretismo: Sistema
filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes.
Ecumenismo: es la
tendencia o movimiento que busca la restauración de la unidad de los cristianos,
es decir, la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas.
Hemos traído a colación las
diferentes definiciones de estos conceptos tan manidos y muchas veces mal
interpretados y que son tan importantes tanto para el Movimiento Rosacruz en
general como para los estudiantes rosacruces en particular.
Pueden existir grandes
diferencias doctrinales entre las distintas escuelas, del mismo modo que las
hay en las disciplinas de los diversos sojos de Kung Fu; pero estos cuatro
conceptos deben de ser una característica común entre todas ellas para
considerarse como auténticas organizaciones rosicrucianas.
Quizá la más difícil de entender
sea el Laicismo, tan identificado con lo profano, y que, a primera vista, pudiera parecer contradictoria con la
tenencia de algún tipo de doctrina, cristiana en nuestro caso; pero si lo
miramos desde su verdadero punto de vista comprenderemos que es tan simple como
no hacer uso de cualquier tipo de proselitismo con el fin de atraer miembros a
las escuelas; es decir, la Rosacruz está abierta a todo aquel que se acerque a
ella con verdadero espíritu de búsqueda, pero las diferentes corrientes
rosacruces jamás deben de intentar imponer sus diferentes doctrinas a los demás,
siendo cada uno y a su manera, quien se autoimponga, de un modo seglar, su propia Creencia primero y
Fe o “Gnosis” después; por lo tanto, incluso en el interior de cada organismo rosacruciano
es más que probable que no haya dos estudiantes que crean exactamente en lo
mismo, y es por ello que el Laicismo o la secularidad debe de ser nuestra Seña de Identidad,
sobre todo, de cara a la Sociedad. Evidentemente no podemos serlo para con
nosotros mismos o para con nuestros hermanos más cercanos, en el sentido que le da la Real Academia de la Lengua, y cuyas creencias sean casi las mismas que las nuestras.
Cada Ser Humano debe de ser
independiente y libre de elegir su camino de búsqueda o incluso quedarse amodorrado
en su sofá hasta que llegue el día del Juicio Final. Nunca se debe de imponer a
nadie algún tipo de Doctrina o Creencia. Esto es así y no, por ello, debemos de
ver a quienes así actúen por encima del hombro y mirada misericorde, pues cada
uno de nosotros estamos cumpliendo con nuestro Destino, siendo éste diferente para
cada uno de los seres humanos, y no siendo nosotros quienes para interferir en el camino de los otros.
Todo Rosacruciano es Laico o secular en
tanto en cuanto no depende de ningún sacerdote externo; dado que éste lo lleva
en su seno y al que se conoce como Maestro Interior. Un Maestro particular de
cada uno que ni puede, ni quiere, ni debe imponer su criterio a los demás. Por
lo tanto, la verdadera Rosacruz Cristiana no es sacerdotal sino lega.
Acerca de la Tolerancia hay menos
controversia; pero lo que sí está claro es que hay muchas formas de
interpretarla. Algunos dicen que tal como predicara Jesús, aquello de que cuando
te abofetearan en una mejilla habría que poner la otra. Otros que debe de haber
un límite y que no es otro que las injusticias y otra forma de verlo sería lo
de ser tolerantes solo y exclusivamente con aquellos que lo fueran con
nosotros. Empezando por esta última acepción, debemos decir que sería lo
loable; pero cualquiera con dos dedos de frente entiende que es utópico, pues
el nivel de tolerancia varía del estado evolutivo humanístico, cívico y
espiritual de cada individuo. Ese nivel depende del grado de ignorancia y es
evidente que será más responsable, ante sus actos, aquel que mayor grado de
conocimiento tenga. Por lo tanto, seamos conscientes que nuestro nivel de
Tolerancia debe de ser independiente del que veamos en los demás.
El grado
intermedio que mencionamos está reflejado en el acto de cortar la oreja con su
espada, por parte de Pedro, en el momento en que el soldado romano apresa a
Jesús para llevarlo y ser juzgado. Es evidente que Pedro era uno de los más
cercanos discípulos de Jesús y algún grado de tolerancia debía de poseer; pero
el entendía que todo tiene un límite y ese límite estaba situado en la
injusticia que él entendía se estaba cometiendo con Jesús, su Maestro. El hecho
de Pedro es reprochado por el mismo Jesús de tal modo que repara el daño
producido al soldado romano por su discípulo. Nosotros no somos quienes para
indicarle a nadie cómo debe de ser su tolerancia y el grado o nivel de ésta;
pero si los estudiantes rosacruces somos seguidores de las enseñanzas jesuíticas
e imitadores del propio Jesús, es fácil deducir que la verdadera Tolerancia es
la predicada por Jesús:
Lucas 6:27-31
“27 Pero yo os digo: el que oye: Amad a vuestros enemigos, haced bien a
los que os aborrecen, 28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os ultrajan. 29
Al que te hiera en una mejilla, ofrece también la otra, y al que te quite
capote prohíbe no tomar la túnica también. 30 A todo el que te pida, dale; y al
que te quite tus bienes no se lo reclames. 31 Y como queréis que hagan los
hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos lo mismo.”
Mateo 5:38-42
“38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente: 39 Pero yo os digo que no os resistáis al mal, pero cualquiera que te
hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40 Y si alguien te
demanda ante la ley, y quitarte la túnica, déjale tu capote también. 41 Y
cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al
que pide de ti, y al que quiera tomar de ti prestado no le vuelvas la espalda.”
Biblia versión Reina/Valera
Biblia versión Reina/Valera
Que cada cual, vistos estos
pasajes, elija el grado de tolerancia que debe de tener para con
los demás; pero ese grado, dependiendo de lo elevado que sea, demostrará lo
cercano que se encuentra a la Imitación del Maestro Jesús.
La Doctrina Rosacruz es Sincrética,
no hay de qué avergonzarse por ello, dado que recoge de la Tradición oral y
escrita de todas y cada una de las creencias humanas aquello que considera útil
para la elevación espiritual del Ser Humano. Bien, a ese conjunto de conceptos
lo conocemos como La Gnosis. El origen Rosacruz como hemos venido viendo hasta
esta lección es Cristiano y además protestante; pero sin perder su origen
renacentista y por lo tanto mistérico y mágico, herencia del Cristianismo
primitivo alejandrino que fuera traído a Europa en la Edad Media por los
herejes, hermanos evangélicos, “mal denominados cátaros” así como por los
templarios.
Es por dicha causa que muchos
conceptos de las antiguas religiones y filosofías orientales pueden encontrarse
en el rosacrucismo; dado que son herencia de la humanidad para con la humanidad
siendo su origen simplemente anecdótico, importando solo el que un ser humano,
nominal o anónimo, en un instante determinado de la historia, encontrara alguna
respuesta importante y la trajera del mundo de las ideas al mundo real para
compartirla con sus congéneres y siendo aceptada por estos dado que vibraba en
una frecuencia vibratoria que resonaba con sus propios sentimientos;
independientemente de lo lógica o ilógica que pudiera resultar a su mente
objetiva mediatizada por el adoctrinamiento de cada lugar y época.
Ese conjunto de ideas
trascendentes, sembradas por diferentes sabios durante el transcurso de la
Historia, y habiendo sido debidamente cosechadas bajo la égida del Cristianismo
Primitivo de Oriente es lo que ha llegado hasta nosotros rebautizado, en el
Siglo XVII, con el nombre de Doctrina Rosacruz. Una Doctrina “de Amor,
puramente Cristiana” que es diferente para cada ser humano, pues a cada uno nos
muestra una misma enseñanza desde diferentes perspectivas, la que cada cual
necesitamos en un momento vital determinado.
Por lo tanto, los estudiante
rosacruces, no debemos huir del sincretismo sino aceptarlo y popularizarlo pues
en la unión se encuentra la Fuerza de la Doctrina del Amor. Todo lo que proviene
de la separación, de la división “por eso se habla del Diablo, el Divisor”
produce debilidad y confusión. El Sincretismo no es más que una suma sinérgica
que produce un resultado mayor que las individualidades tomadas por separado;
pero un sincretismo lógico, comprensible por nuestra mente, y resonante con
nuestros sentimientos más profundos. No vale aceptar todo aquello que sintamos
o entendamos como supersticioso y basado en la simple especulación ignorante.
Como la original Rosacruz, todos
los estudiantes rosacruces debemos enarbolar la bandera del ecumenismo; pues
fueron el movimiento ecuménico “La Milicia Crucífera Evangélica de Simón
Estudión primero y del Movimiento Rosacruz del siglo XVII después”, en su
orígenes, los que pretendieran reunir en una sola cosa, La Cristiandad, un único y
verdadero cristianismo artificialmente dividido durante la Reforma Protestante a
causa de la aborrecible corrupción y de la cruel intransigencia del omnímodo
catolicismo romano de la época. El diálogo, no se trata de otra cosa, entre y
con nuestros hermanos cristianos de las más diferentes denominaciones,
entendiendo que las diferencias doctrinales entre nuestras diversas
concepciones de la Doctrina única, son cuestiones menores y que lo más
importante del Cristianismo, lo verdadera y únicamente importante, la
Doctrina del Amor, nos une a todos como una única Entidad o Iglesia Universal.
Es por todo lo dicho, tan importante, que los estudiantes rosacruces, como verdaderos cristianos que somos, reconozcamos el verdadero significado de todos y
cada uno de los conceptos mencionados en esta lección. Somos laicos y
tolerantes en tanto en cuanto somos nuestro propio Sacerdote y aborrecemos, aunque entendamos, la ignorancia y el fanatismo a ella inherente; sincréticos y ecuménicos en cuanto consideramos al resto de los seres humanos, porque lo son en verdad, como
nuestros hermanos y con los que conformamos una unidad divina indisoluble mediante el etérico pegamento del Amor Universal.
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor;
que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo
material.
Aralba