Paz,
Tolerancia y Verdad
7
– El Carro
Por encima del bien y del
mal, montas tu carruaje pertrechado para la guerra, mi Señor. hijo mío te venía
llamando hasta ahora. Padre mío, ahora te debo de llamar porque el Padre se
convertirá en el Hijo y el Hijo en el Padre.
Tu unión mística, mi héroe
y señor, con la redimida naturaleza ha conseguido la perfección; pero es una
perfección, cual revolución, debe ser mantenida para que pueda seguir viva. Una
onda sinusoidal, si no se la realimenta siempre termina desvanecida y muerta.
Tú Khrisna que creaste todo a partir de ti mismo, porque no existe la Nada, no
existe el Vacío pues donde parece no haber nada se encuentra el perenne éter,
que por siempre ha permanecido presente. Allí donde pertrechado con tu arco
mantienes el Universo para que no decaiga, se disperse o desaparezca.
En tu carruaje,
representación del poder, tú no vas solo, te acompaña Arjuna, el Hombre, que
sin ti no podría poseer su alma. Tú, el caótico Loco, como Mago te reflejaste
en un mundo virtual que no existía. Al hacerlo, Krishna, Adam Kadmon, no
creaste un mundo de la nada. Ciertamente allí, antes, no había lo que ahora sí
hay porque al penetrar en tu creación fuiste descompuesto cual Osiris
descuartizado por Seth, debido al Poder de la Sacerdotisa, en infinidad de
partículas que terminarían conformando el útero de la Emperatriz así como sus
criaturas.
Una vez que el Héroe toma
consciencia de la verdadera situación y se ha unido, a sabiendas, con la
Naturaleza, ahora sí el dios se ha hecho Hombre. Lo Espiritual y lo material se
han unido como en una sola fuerza para que puedan cabalgar juntos, los cielos y
la Tierra.
Todo permanece, al
presente, porque tú mi Señor lo mantienes en perpetuo movimiento. Esa es la
lucha del guerrero celestial que iluminando al guerrero humano, pueden hacer
posible que este mundo, ahora sí, se haya convertido en la escuela de la Vida.
Una escuela de teatro donde tanto dioses como hombres fraternizan encima del
escenario en una cósmica interpretación. Un escenario que no deja de moverse
surcando los espacios infinitos hacia un destino que aún, aquí, todavía me es
velado a mí.
Un destino que tú si
conoces mi Señor y que sé guardado se encuentra en mi corazón. Mis genes
contienen la información esencial que, hasta el momento definitivo, no se
deberá de revelar. Lo impensable ha sucedido. La materia y la antimateria han
maridado para que el Espíritu del Mundo Original incorrupto e imperecedero
pudiera manifestarse en otro oxidable y presuntamente mortal.
Pero yo me pregunto, mi
señor, mortal ¿desde que punto de vista? ¡Desde el punto de vista humano! Tú
solo ves cambio y transformación; pero el espíritu es único y lo abarca todo.
No la creación virtual del Mago sino todo lo que ha existido siempre, desde más
allá del cosmos.
Khrisna, el Capitán del
Carro, siempre permanece despierto y atento a todo lo que sucede en sus mundos.
A él nada le es indiferente; pero nuestra finita concepción del bien y del mal
no casa con sus divinos principios que se encuentran en un nivel de existencia
incomprensiblemente superior.
El Carro, mi señor, por
donde circula, la creación le sigue como una estela electromagnética; pues
donde algo se eleva otra cosa decae. Cuando un punto de las ruedas del carro
está en lo alto, otro permanece en lo bajo; pero esa situación no permanece
estable, siempre está cambiando. Muerte, vida, muerte y vida permanecen como un
binomio que se auto-mantiene para que ambas existan; pero que ninguna de las
dos prevalezcan la una sobre la otra.
Ahora sí la Batalla ha comenzado
¿Quién prevalecerá, lo material o lo espiritual?
Tú, Khrisna, mi Señor
inmortal, tienes la última palabra.
Concepto
Rosacruz Verdad - Realidad
¡La Realidad es múltiple,
cuasi infinita, Verdad solo existe Una!
Mal comenzamos ¿verdad?,
con una aseveración tan taxativa; pero lo cierto es que tras la explicación se
comprenderá perfectamente lo que tratamos de significar. Cada Ser, cada
individuo observa y vive una realidad diferente. No hay dos realidades exactamente
iguales, pueden ser parecidas pero no iguales. La forma de percibir la realidad
depende de múltiples factores. Somos, como dijera Ortega, nosotros y nuestras
circunstancias. Ese binomio conforma la realidad individual; luego, existirían
las realidades colectivas, regionales, nacionales, etc., etc.…
Ahora bien la Verdad, con
mayúsculas, no la verdad en minúsculas que hasta cierto punto podría tomarse
como un sinónimo de realidad, solo es una, independientemente de la posición
del observador. Cuando los físicos relativistas afirman que algo depende de la
posición del observador se están refiriendo a la realidad; pero la Verdad,
persiste idéntica a sí misma independientemente de cualquier circunstancia
exterior. Esto quiere decir que la física cuántica no le afecta.
Si imaginamos la Verdad
como un inmenso, infinito conjunto, podríamos decir que las realidades son los
subconjuntos formados por los puntos de vista de innumerables observadores. Eso
de que el hombre crea su entorno, su realidad, es absolutamente cierto; pero
aunque modifique, a cada instante su realidad, no significa que la Verdad
pudiera ser modificada. Esto también nos lleva a afirmar que los científicos y
filósofos conocen parte, una insignificante, de la Verdad y que debiera ser
denominada como simple realidad; y no puede modificarse porque cuando se
modifica una realidad, automáticamente se modifican el resto de realidades,
para conseguir que la Verdad pueda
seguir siendo inmutable.
Religiosamente, la Verdad
podría muy bien definirse como Dios, el Todo; pero también las realidades
particulares podrían definirse como, dioses, divinidades particulares; Ya que
no estamos en esa historia para críos, nos gusta definir la Verdad como el
Conjunto de todo lo que existe, Energía y Materia “Es la misma cosa con
diferente densidad”. Cada entidad o grupo de entidades, individualizadas, en un
subconjunto particular, utiliza esa parcela de Verdad para conformar su
Universo, su Historia, su Vida en definitiva.
Nuestra realidad
universal, la Verdad sería multiversal, puede ser explicada mediante las
ciencias que conocemos y algunas de sus herramientas más importantes como son
las matemáticas y la geometría; pero con mucha probabilidad si intentásemos
explicar otros universos completamente desconocidos para nosotros, con dichas
herramientas, no lo conseguiríamos pues esas herramientas no tendrían
significación, correspondencia alguna, con esos otros mundos de dimensiones tan
diferentes.
Para poder entender otros
Universos, no nos estamos refiriendo a otras galaxias de nuestra propia
dimensión, deberíamos situarnos en un
nivel de observación por encima de nuestra realidad y de las realidades
jerárquicas que estuviesen situadas por encima de la nuestra; pero para ello,
deberíamos encontrar un sentido de observación que no estuviese sujeto a la
realidad de nuestro Mundo. Ese sentido existe pero se encuentra dormido en la
mayoría de nosotros y es conocido desde tiempo inmemorial. No se trata ni de la
glándula pineal ni de los sentimientos del corazón ni tan siquiera de lo que se
ha venido en denominar como sexto sentido o intuición.
Ese sentido único conforma
una unidad del Ser supra-consciente y es conocido como Espíritu. El Espíritu,
similar al de Pentecostés, es el auténtico Ser que merece seguir vivo por
siempre jamás, de hecho es eterno. Cuando el Espíritu ha despertado, las
cáscaras de cebolla de la personalidad irán despareciendo y cuando sea capaz de
construir su vehículo de manifestación, transformando el Alma del
individuo, entonces el Ser se sitúa por
encima de las realidades particulares y puede entonces vislumbrar la Verdad y
observar las realidades de otros mundos. Dicho de otro modo, puede plasmar en
el nuestro, mediante el lenguaje, las realidades particulares que suceden en
otros universos.
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y
Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro
Cuerpo material.
Aralba