viernes, 7 de noviembre de 2014

Lección 3, Grado Segunda Orden, Primera Orden


Paz Tolerancia y Verdad

Ya hemos decidido en que escuela rosicruciana estudiar y conocemos lo más básico de la Historia que esconde el término Rosacruz. Con el tiempo y cuando el Discípulo se encuentre preparado aparecerá el Maestro. El Maestro que nos proporcione enseñanza especial y personalizada.

La mayoría de las escuelas rosacruces poseen una serie de cursos por correspondencia, ahora muchas online, en las que imparten la enseñanza básica proporcionada por sus fundadores. Algunos estudiantes considerarán que aprenderse de memoria dichas enseñanzas será parte importante de su progreso espiritual; pero se encuentran muy equivocados. Esas enseñanzas en realidad sirven para que los nuevos alumnos vayan familiarizándose con la terminología particular de la Escuela en cuestión; dado que, cada Organización Rosacruz posee sus diferencias y matices particulares.

En realidad, podría decirse que un Estudiante se puede tirar en la Escuela toda una vida y aun así no haber alcanzado la Iniciación efectiva dado que no ha pasado del Atrio; es decir de la simple comprensión de la Letra Muerta y, quien dice la letra dice el significado oficialmente aceptado, por la mayoría, de los símbolos, ritos, invocaciones, mantras y demás jerga utilizada.

Hemos visto a un cinturón marrón de kárate vencer a un cinturón negro décimo Dan y esto es así porque ni el tiempo ni el estudio prolongado ni los exámenes y cinturones hacen al Maestro. Pueden, eso sí, ayudar a despertar al Maestro; pero si el Maestro no va con uno, por mucho que nos esforcemos yendo en una dirección equivocada, el Maestro jamás aparecerá.

En los ámbitos iniciáticos sucede otro tanto de lo mismo. Muchos comienzan con buen pie y sus miras son el alcanzar la Iniciación efectiva; el estar preparados para que el Maestro nos encuentre; pero con el tiempo viene la rutina y con ésta nos podemos convertir en simples coleccionistas de grados y diplomas. Grados y diplomas que no nos ayudan en la búsqueda interior sino que nos envuelven de orgullo y soberbia y comenzamos a mirar a los nuevos estudiantes por encima del hombro. Llegados a ese punto el Maestro ya no tiene importancia porque, de un modo falso, nosotros mismos nos consideramos maestros.

Algunos, de forma inocente, se dejan llevar por supuestos maestros que lo que en realidad poseen es un gran carisma o poder de atracción hacia los buscadores sinceros; pero incautos. En realidad, esos pseudo-maestros jamás buscaron verdaderos discípulos sino esclavos que trabajen para ellos y que los adoren como si de dioses se trataran. Eso les hace sentirse poderosos y es el combustible que alimenta su orgullo y también su material carisma.

El culto a la personalidad es algo que cualquier sincero buscador debe de evitar y, si lamentablemente lo encuentra, apartarse de dicho camino pues no lleva más que a vías sin salida. Caminos que ya hollaron otros antes que él y que se encuentran incompletos, sin acabar; pero los que están con él, los acólitos de la Escuela, tampoco dejarán que prosiga el camino a partir de donde el supuesto maestro, ya finado, lo dejara inacabado. Esto es así porque el Trabajo del Fundador se habrá convertido en Doctrina y Dogma inmutables y todo aquello que no concuerde con lo registrado en sus enlatados escritos será tachado de herejía desechable y perseguido como anatema.

En realidad, querido Amigo, las escuelas rosacruces deberían ser tenidas en consideración como si de escuelas de párvulos se trataran. Unas escuelas donde se nos ofrecen los conocimientos más básicos porque las enseñanzas importantes son secretas y no pueden darse a cualquiera; pero no me mal interpretéis porque esas enseñanzas importantes de las que hablamos no están impresas en ningún lado exterior sino en lo más profundo de nuestro interior y solo pueden sernos ofrecidas por el verdadero Maestro; es decir, solo cuando estemos preparados para salir fuera del parvulario es que el Maestro se hará manifiesto y habrá encontrado a su discípulo, nosotros mismos.

En los manifiestos rosacruces se nos habla del libro más importante de todos y donde se encuentra escrito el conocimiento universal. Este libro es conocido como el Libro de la Naturaleza y al contrario de lo que pudiera parecer no es solo, aunque también, el conocimiento metódico y científico de todo lo que nos rodea sino el verdadero conocimiento divino que viene grabado en nuestros genes, en el centro de todas y cada una de las células de nuestro Cuerpo y que, como parte importante de la Vida, representamos mediante nuestro propio Corazón.

Cuando se nos dice que la verdad se encuentra en el centro del círculo se está transmitiendo el conocimiento secreto de que el verdadero conocimiento se encuentra en el núcleo de la célula, donde se encuentra su contenido genético, la información con la que hemos sido construidos y que nos induce a conseguir unas determinadas experiencias de la Vida, las que realmente necesitamos y hemos venido a buscar, y no otras.

Uno puede llegar a ser el mejor instructor posible dentro de una Escuela Rosacruz. El que mejor se conoce las enseñanzas de los maestros fundadores y quien mejor sabe transmitirlas al pie de la letra; pero ni eso nos convierte en verdaderos iniciados. 

Algunos vemos como se conforman con ello y está bien porque quizá sea su real cometido en su vida actual. Están sirviendo como correa de transmisión del conocimiento heredado de sus avatares o maestros del pasado; pero solo el que es capaz de descifrar su propio Libro de la Naturaleza, leer su propio Código Genético, es capaz de ponerse en contacto con el único y verdadero Maestro.

Algunos, de forma tremendamente equivocada, creen que pueden conectar mediante la meditación con los supuestos maestros ascendidos o con los múltiples espíritus de la Naturaleza, llegando a considerarlos, a dichos fantasmas egregóricos, como los verdaderos maestros. Ellos dicen traer hasta éste Mundo las enseñanzas de los adeptos ascendidos mediante la mediumnidad, ahora denominada canalización; pero lo único que nos traen es lo que ya poseen en el interior de sus micro cosmos, lo propio, nadie les ha proporcionado nada más que lo que ya tienen en su interior. De algún modo es su propio Maestro quienes les habla; pero los canalizadores no los reconocen como tal.

Cada Individuo es un micro cosmos dado que somos reflejos semejantes del macro cosmos, el Universo. Todo lo que hay en el Universo se encuentra perfectamente reflejado en nuestro interior, en nuestro microcosmos y el Maestro, nuestro Maestro, el que nos busca y a quienes esperamos tan impacientemente solo puede encontrarse dentro de nuestro Universo particular. Él es el único que nos mostrará la forma de interpretar o traducir el conocimiento que trajimos con nosotros, en nuestro código genético, en el mismo momento de nuestra concepción. Mientras más tiempo perdamos buscando fuera lo que llevamos dentro más tarde podrá dar el Maestro con su Discípulo, con nosotros.

Otra cosa importante que todo alumno o estudiante rosacruz debe de tener presente es que la búsqueda de la verdad no debe buscarse con exclusividad en los escritos de los maestros fundadores de su elegida escuela sino que como verdaderos herederos de Christian Rosentkreutz, hombre del Renacimiento, nosotros debemos convertirnos en estudiosos multidisciplinares porque la verdad está fragmentada y nadie la posee en su totalidad. Desde aquí instamos a nuestros lectores a que lean y estudien todo lo que puedan no solo aquello que le pueda proporcionar su propia escuela, sino lo de las otras y que fueron fundadas por otros maestros porque es del único modo en que algún día pueda cerrarse el círculo de su búsqueda, llegar al centro de su círculo celular y mostrarse pacientemente preparado ante el Maestro que allí, sin duda, lo encontrará.

Dentro de su prolongado estudio, en los libros y documentos generalistas o particulares, podrá encontrar algún día la llave que abra, simbólicamente hablando, la puerta de su biblioteca interior y la rosa roja del corazón, encarcelada tras barrotes de carne, vea la majestuosa luz del "Pleroma". Esa Rosa, nuestra Alma bendita, es el Maestro que tanto ansiamos y esperamos. Ese capullo cerrado y somnoliento pero que, sin embargo, nos mantiene vivos deberá despertar algún día y tomar las riendas de nuestra Vida. Ese Ser que vive en nuestro Interior es el único y verdadero Maestro de cada cual y una vez que tome consciencia podremos sentir nuestra vida plena de significado porque sabremos la verdad y conoceremos como somos conocidos.

Esa Rosa roja de pasión teñirá con su color los siete aspectos de nuestro micro cosmos y se mostrará en forma visible como siete rosas rojas surgiendo de la oscuridad de la materia de nuestra cruz, muy a pesar de que nuestro verdadero Ser espiritual, mostrado mediante el pentagrama del Hombre de Vitrubio, es blanco e inmaculado y se cierne en el mar celeste del macrocosmos.

Sobre el múltiple simbolismo de la Rosacruz trataremos en la siguiente lección; pero de momento era necesario conocer esto para que el estudiante neófito no se deje llevar por las falsas luciérnagas de los supuestos maestros exteriores. Está bien que aprendamos todos de todos; pero no está bien que nadie se cuelgue de nosotros o nosotros de ellos, porque el llevar tan pesado lastre hará imposible que nuestro Espíritu inmortal pueda retomar el vuelo y elevarse hacia los planos espirituales de su morada celestial.

El Maestro aparece cuando el Discípulo se encuentra preparado. Espero que haya quedado aclarado para nuestros lectores, como incipientes o veteranos estudiantes rosacruces. Solo la paciencia, el silencio y la prudencia o discreción, el permanente estudio no sectario sino universalista, o renacentista si se quiere, el estar atentos a todo lo que nos rodea y considerando nuestro entorno como lecciones proporcionadas por un Maestro al que aún no llegamos a vislumbrar porque como dijera el aforismo del frontispicio del Templo de Delfos: "Hombre conócete a ti mismo".

Porque solo conociéndonos a nosotros mismos podremos conocer a nuestro único y verdadero Maestro. El Discípulo podrá convivir con su Maestro y el Maestro nos habrá encontrado. Paso previo; pero necesario para ser verdaderamente iniciados y convertirnos en un verdadero Adepto de la Gnosis ancestral, un verdadero Hermano de la Rosacruz.

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


Aralba