Paz Tolerancia y Verdad
Olvidémonos del concepto espacio.
Pensemos en un Sistema multidimensional infinito y sin fronteras al que vamos
eliminando materia hasta dejarlo supuestamente sin nada, vacío. Tendríamos,
aún, la Mente Universal; una especie de océano de cuerdas desactivadas, un
campo de Higgs que los contemporáneos de Tesla conocían como Éter y los
antiguos griegos como el Nous; algo que a los científicos de nuestra época les
parece como un caos donde bulle un ingente caldo de partículas cuánticas,
subatómicas.
Ese Nous es el Espíritu de todo
que se encuentra en todo y es origen de todo. ¿Tuvo un principio el Nous? En
lecciones anteriores dijimos que tanto el espacio como el tiempo solo son conceptos
y que nuestra percepción de ello es pura ilusión basada en un condicionamiento
cultural determinado y muy sofisticado que nos hace pensar que somos simples
criaturas creadas por una determinada divinidad con el fin de satisfacer su
divina curiosidad. Todo esto, como iremos viendo es un engaño provocado para
que sigamos durmiendo y proporcionando energía cósmica a unas entidades
fantasmales, egregóricas, de las que hablaremos en una próxima lección.
Esta mente Universal, fuente
primigenia de la que todas las religiones toman la figura de su Dios infinito,
eterno y todo poderoso es algo estable, inmutable y libre de fuerzas
contrapuestas. Si se pudiera observar desde el exterior cosa por otro lado
imposible, veríamos que no existe el mínimo parpadeo u oleaje de su materia
primordial; vendría a ser, algo así como el agua transparente de una piscina
que no es azotada por el viento; pero esa observación sería tremendamente engañosa pues estamos hablando del Pleroma de los
Gnósticos, del Multiverso de nuestros actuales físicos.
El Océano de Nous está en
continua actividad espiritual desde siempre y hasta siempre; dado que jamás
tuvo un principio y jamás tendrá un final y en su seno conviven una infinitud
de seres individuales, también eternos y no nacidos, conocidos por los gnósticos
como eones y por nuestros científicos como universos. Esa espiritualidad de la
que hablamos es una continua fuente de información de la Mente del Pleroma que
se extiende por su infinito Ser y por lo tanto permeabilizando a todos y cada
uno de los infinitos eones que la componen.
Nosotros somos respecto de los
eones, ya hablaremos en la siguiente lección de forma más completa sobre el
Tema, lo que nuestras células son respecto de nuestro Cuerpo físico completo;
pero sin embargo, los eones no serían ni siquiera eso respecto al Pleroma; dado
que si pudiésemos observar el conjunto de la multidimensional mente universal, no
habría forma de observar, mediante algún instrumento imaginable, cualquiera de
esas células conocidas como eones o universos individuales dado el contraste de
tamaño infinito que existe entre ambas. Bien, nuestro Universo no sería otra
cosa que una de esas insignificantes células de la mente Universal. Una célula
que, por otro lado, en nuestra compleja pequeñez nos parece un lugar
infinitamente grande.
Este sagrado conocimiento de que
no hay espacio vacío dado que todo está repleto de la mente divina es lo que hace
que los rosacruces puedan mantener ese espíritu ecuménico que tan bien los
define; dado que, todas las religiones denominan como Dios a una insignificante
parte de la Mente Cósmica; pero aun así, siendo parte sustancial de esa mente
multiversal no existe motivo para retirarle el calificativo de divinidad; por
otro lado, del mismo modo se puede entender que el propio Ser Humano es Divino
y su espíritu es eterno; es decir, que nunca nació y jamás morirá porque nada
de la mente universal se pierde aunque sí se transforma y es falso hablar de
evolución.
La Mente Universal no evoluciona con sus criaturas, simplemente es y
se encuentra en una transformación permanente aunque ello no fuese perceptible
si se pudiese observar como un solo Conjunto, dado que las acciones de los
eones provocan reacciones en los eones abyacentes y que enmascaran, entre sí, sus acciones,
provocándose una especie de reacción en cadena en el conjunto de los eones manteniendo
al Multiverso como un Objeto estable y donde aparentemente no existiesen ni
movimiento ni vida.
Los verdaderos rosacruces, no sus
sucedáneos, consideran un lamentable error formar imagen alguna de la Mente Universal
de donde todo surge, donde todo se nutre y en donde todo se transforma; menos
aún antropomórfizar la Mente Divina Universal como una figura humana. Es cierto,
no obstante que todo lo que existe está creado a imagen y semejanza de la Mente
Universal, Gran Arquitecto de los Universos si se lo quiere denominar así; dado
que solo existe una sucesión de macro y microcosmos, desde lo más inmenso e
infinitamente grande hasta lo más diminuto e infinitamente pequeño.
Sí, nuestro
Universo nos parece infinito siendo, tan solo, una infinitesimal partícula de
la mente universal del mismo modo que a cualquier habitante minúsculo de
nuestro cuerpo, el conjunto de su hábitat, nuestro cuerpo, le deberá parecer
infinito o al menos sin fronteras y así podríamos subir hacia lo más grande o
bajar hacia lo más minúsculo y que nuestros instrumentos de investigación son
incapaces de sondear.
Considerar panteísta al concepto
de la Mente Universal es tan incorrecto como adjudicarle algún tipo de
personalidad sujeta a altibajos emocionales. Solo son conceptos humanos con los
que intentamos identificar aquello que nos ha proporcionado el poder
manifestarnos de otro modo que no sea nuestra naturaleza espiritual; pero
ciertamente las cosas suceden según la programación de esta mente que todo lo
contiene, dado que existe un flujo continuado de información por todo el Ser
debido a los neutrinos, monopolares, que inundan el Éter, el Nous porque en la
Mente Universal no existen los contrarios ni una lucha bipolar entre los
opuestos; cosa que, por el contrario sí sucede dentro de las células bipolares,
ya veremos, conocidas como eones o universos particulares.
Por lo tanto, es inútil calificar
a la mente universal con calificativos humanos. La Mente Universal es
completamente amoral y conoce todo desde una atalaya imposible de atisbar. Para
ella no existe el nacimiento y la muerte tal y como nosotros los concebimos. No
entiende ni de dolor ni de placer salvo como paquetes de información que
transcurren por su cuerpo y sí hay aspectos, sin embargo, con los que sí
podemos denominarla: La Mente Universal es vida, información e inteligencia así
como Amor, Verdad y Luz. Amor, en el sentido de aglutinarlo todo en su propio
cuerpo y no prescindir de ninguna de sus partículas; cosa que por otro lado
sería imposible pues fuera del Éter o Cuerpo de la Mente Universal no es que no
haya nada es que la propia nada es incomprensible desde el punto de vista de la
Mente Universal.
La Nada solo es un concepto ilusorio del condicionamiento
mediático de la mente humana. Es Verdad porque es irrebatible, no podríamos
estar escribiendo sobre este asunto si el Nous, el Éter o la Mente Universal no
existiera y es Luz porque sin ella sería imposible la manifestación de las
ideas o las formas. Cuando hablamos de luz no nos referimos solamente a la
visible mediante nuestros ojos. Toda energía es una frecuencia electromagnética
y cuando hablamos de luz lo hacemos, del mismo modo, de fuerzas
electromagnéticas que hacen posible la manifestación del Teatro de la Vida que
se produce dentro de las islas universales de los eones.
Nada que solicite adoración de
cualquier tipo, súplicas, rezos y oraciones tiene que ver con la Mente
Universal, con el único y verdadero Dios o Supremo Arquitecto de los Universos,
del que en suma todos formamos parte. La Mente Universal simplemente trabaja
como siempre lo hizo sin algún comienzo pasado y como siempre lo hará sin algún
final futuro. Está siempre planificando y para ella no existen, como conjunto
único, ni el espacio ni el tiempo. Cualquier punto del infinito Multiverso
podría considerarse el centro y la periferia de su Cuerpo; el tiempo tampoco
existe para la Mente Universal pues cualquier cosa que sucede en cualquier
punto es conocida instantáneamente en cualquier otro punto de su Cuerpo.
Como veremos en las siguientes
lecciones, existen muchos suplantadores del verdadero Dios y que solo son meros
constructores que construyen manipulando la materia primordial de la Mente
Universal. Existen otras, no me gusta denominarlas criaturas, formas de
inteligencia artificial que sin ser absolutamente nada sustancial también se
hacen pasar por Dios sin serlo y que exigen adoración rezos y obediencia. Esas
formas con la que nos dirigimos a los impostores los alimenta, dado que el Ser
humano como cualquier otra forma de inteligencia en el Universo somos como
baterías cósmicas que alimenta a nuestras criaturas; pero todo esto, tan
alucinante como cierto, lo iremos viendo en entregas sucesivas.
A la Mente Universal no se puede
acudir en forma de ayuda como sí lo podríamos hacer a alguno de nuestros
semejantes o incluso a cualquier criatura viva pero domesticada. Para poder
usar a nuestro favor los benéficos frutos de la Mente Universal debemos conocer
su funcionamiento y ponernos a favor de su corriente de acción. Si por
desconocimiento hacemos lo contrario seremos segados del mundo y nuestra mente tendrá
que buscar un nuevo cuerpo de manifestación; pero si consideramos que todo es
infinito y no existe el tiempo como una verdadera realidad tampoco tiene mayor
importancia los cuerpos que podamos perder; pero eso sí tiene un límite en
nuestro Universo, por un error que sucedió y al que todas las religiones han
denominado como la Caída; pero para ver eso aún queda un poco.
No debemos confundir la Mente
Universal con las fuerzas de la Naturaleza. La Mente Universal no es bipolar
sino unipolar y sus paquetes de información, los neutrinos, no poseen
bipolaridad alguna. Las fuerzas de la naturaleza se dan en las islas eones que
son los universos particulares y son producto de la interacción, ya se verá, de
las fuerzas bipolares centrípetas o de Amor y centrífugas o de Odio. Acción y
reacción son aspectos desconocidos en la Mente Universal vista como un único
Conjunto a pesar de que sí se reproducen en el interior de los subconjuntos,
universales, que la componen.
Para terminar debemos entender
que la Mente Universal no debemos tenerla como algo ajena a nosotros, a nuestra
vida y a nuestro entorno; dado que todo y cada cosa que existe formamos parte
consustancial con ella. Cuando miramos a nuestra pequeña mascota contemplamos
una parte de Dios, de la Mente Universal, cuando hacemos daño a algún semejante
nuestro, actuamos como tontos, pues hacemos daño a una parte de la mente
universal y de forma directa, no indirecta, también lo estamos haciendo a
nosotros mismos. Ese proceder estúpido solo es producto de un condicionamiento
provocado por agentes que pretenden que gente tan poderosa como somos la
humanidad, sigamos sumidos en un profundo sueño con ensueños inducidos y que
nos hacen creer lo que no somos y nos hacen olvidar lo que realmente somos:
Parte de la Mente Universal, dioses con toda la acepción de lo que significa esa
palabra, con el fin de poder manejarnos a su antojo y en su propio beneficio.
En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor;
que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo
material.