domingo, 16 de noviembre de 2014

Lección 11 (Las dimensiones de existencia y III)


Paz, Tolerancia y Verdad


Algunos opinan que aun, encontrándonos en el siglo XXI y a punto de que todo se acabe, no se debería de abrir el baúl de los recuerdos esotéricos a todo el mundo. 

Yo, sin embargo estoy seguro de que hay que decirlo todo pues ya no queda demasiado tiempo; por otro lado, entiendo que el conocimiento esotérico exoterizado muy bien pueden guardárselo algunos en algún bolsillo vacío, pues aunque nadie entienda un carajo lo cierto es que está a disposición de todo el Mundo y lo único que necesitan es algún tipo de traductor universal.

Dicho esto, quiero decir que si aquí y en otros lugares, más, estoy contando supuestos secretos no es porque me los hayan contado sino porque yo los he encontrado, por mí mismo, y como dueño que soy de la información estoy no solo en el derecho, sino también en el deber de divulgarla antes de que mi bella parca venga a buscarme. Pues ¿Qué sentido podría tener descubrir algo y llevárnoslo con nosotros a la tumba? ¡Ninguno! Ya sabía que me comprenderían; porque además no incumplo con algún juramento y esta valiosa, creo yo, información nos ha sido concedida por el Maestro Interno, el cual no puede manifestarse más que a través de mí.

Alguien pensará que comienzo esta trascendente lección a modo de Testamento final y están en lo cierto. Tengo un pálpito y una serie de síntomas que me indican que no voy a durar mucho más y quisiera dejar dicho, lo que a continuación viene, con el fin de que si nos pasara algo, los lectores de mis trabajos tengan a qué atenerse. Lo he dicho en repetidas ocasiones y lo vuelvo a indicar aquí, ahora. No me encuentro en posesión de la Verdad Absoluta; pero tengo la certeza de que poseo una parte importante de ella. 

Los lectores, estudiantes o como os queráis llamar os habréis dado cuenta, de haber estado atentos, que en mi Obra existen múltiples contradicciones y ello es debido a que jamás tuve reparo en reconocer cuando nos hemos equivocado, por ello quisiera dejaros un pequeño consejo: Si en un trabajo anterior leéis algo y en otro posterior otra distinta o completamente diferente, haced caso del último Trabajo, pues quizá, en su momento, yo haya colocado alguna pieza del puzle de forma indebida y con posterioridad, al darme cuenta, la he colocado en la que considero su verdadero lugar de ubicación.

Por otro lado, se me ha tildado por algunos descerebrados, ignorantes y fanáticos conspiranoicos de Iluminati y satanista. Lo de iluminati, nada de nada pues desaparecieron en el Siglo XVIII, el mismo en que nacieron; lo de satanista ¿Qué es eso? Con la de palos que le doy al Gran Presuntuoso y a su cohorte de arcontes, ¡Ah, vale! Que vosotros entendéis que son Dios y su Corte de ángeles. Eso no es problema mío sino vuestro. 

Me voy a condenar, me indican, por poner piedras de tropiezo en el camino que hagan perderse a otros que vengan después. Vale, tenía dos opciones: O callarme lo que he ido descubriendo y llevármelo a la tumba siendo responsable, ahora sí, de todos aquellos que por mi silencio no hayan podido tener acceso a la Luz, o comunicarlo, a vox pópuli, para que luego, cada cual haga de su capa un sallo, lo recoja o lo tire a la basura; pero ya el problema no será mío.

En multitud de ocasiones he dicho que mi Trabajo puede ser leído de múltiples formas; pero yo recomiendo la de ficción; es decir que nadie se la tome completamente en serio y la vean como una especie de cosmología creada por un Autor de Ciencia Ficción. De verdad, prefiero eso a que se condenen en el lago de azufre eterno del Infierno cristiano; además, fíjense ¿Cómo quedaría yo? Como un Falso Profeta que por sus engaños se ha perdido una multitud. Evidentemente yo también terminaría quemándome, por toda la eternidad, en el susodicho infierno por ser vuestra piedra de tropiezo. Vamos, un auténtico desastre.

Lo importante es que se considere mi Obra como una especie de llave que os inspire a vosotros y abráis la posibilidad de manifestarse al Maestro Interior vuestro. Ese sí sabe lo que realmente necesitáis no el mío.

Con sinceridad os digo que no creo que Dios me haya concedido el Don de la Escritura, escribo desde muy chiquito, para serviros de flautista de Hamelin y arrastraros a todos los que me seguís ante el lóbrego palacio del Señor de los infiernos. Hay un dicho del Nuevo Testamento que dice: Por sus obras los conoceréis. Vosotros sabéis quien soy, lo que hago y cómo lo hago. 

No existe ningún ánimo de lucro en toda mi Obra aunque sí es cierto que me hubiese gustado haber vivido de ella; pero quizá sea mejor así, dado que el Don parece no haberse perdido. Tampoco ningún afán de notoriedad sino todo lo contrario pues he tenido que derribar muchas barreras, entre ellas la del Sentido del Ridículo, para poder deciros ciertas cosas que, bajo otras circunstancias, me hubiese callado con el fin de no crearme enemigos, que mis amigos no creyesen que estoy loco de remate o los que no me conocen, pues eso, que soy una especie de sicario del enemigo del Creador o un estafador sin escrúpulos.

El Mundo del Espíritu de Vida o del Demiurgo
Algunos investigadores de lo oculto se paran en este apartado porque dicen que ya no se puede continuar; pero indican, quizá siguiendo el guion de los anteriores planos dimensionales, que tanto este elevado Plano como los siguientes están constituidos de siete regiones diferenciadas. Como vimos en la lección anterior se trata de la cuna del segundo aspecto del triple espíritu del Hombre; es decir que emana de él el Cuerpo Vital y del que se  extrae el Alma Intelectual. No podría ser de otro modo, dado que el Demiurgo sopló su espíritu de vida en el incipiente hombre para que pudiese tener una mente y luego se echara a descansar. Eso de descansar es una metáfora, dado que el Demiurgo sigue activo a través nuestro.

Ya que estamos aquí quiero pararme un instante en el Personaje del Demiurgo porque evidentemente hay muchos exégetas de la Gnosis que interpretan que el Demiurgo y Javeh, el Gran Presuntuoso, son una misma cosa; pero lo cierto es que el falso creador, el embustero, el Dios loco no es el Demiurgo, quien con su mejor intención creó a Gaia, la Naturaleza, a todo lo existente e incluso nuestro propio cuerpo; es decir, fue el Creador por muy inexperto que fuese y muy grosera le saliese su creación.

Como vimos, esto no es así dado que se trató de una suerte de accidente o falta de previsión del propio Eón Sophía que no supo medir las consecuencias de lo que hizo al crear al Demiurgo. El Demiurgo, una vez que introduce su Espíritu en el Ser Humano, varón y hembra, recordemos porque nos será necesario saberlo más adelante, desaparece, se esfuma, voalá.

Lo que queda es su cuadrilla, los elohim, de picapedreros, los arcontes; pero ya vimos que los arcontes son una suerte de maquinaria inteligente construida y programada por el Demiurgo para realizar su creación, para que le sirviesen como obreros y que una vez desapareció se quedaron sin Jefe y por ello, al no tener quien les dijera lo que debían de hacer o dejar de hacer, si debían de continuar o desactivarse, pues continuaron como si nada hasta el día de hoy. Los arcontes son las cadenas que atan a la materia a nuestro Sistema Solar, la Fuerza de Gravedad, la Electromagnética, la Nuclear débil y la Nuclear fuerte, así como la barrera infranqueable de la Velocidad de la luz, son algunas de sus visibles consecuencias.

El Mundo de Sophía o del Espíritu Divino
Este Plano de existencia también se compone de siete regiones y sería la cuna de la más elevada influencia espiritual del Ser Humano; es decir, que de ella emanó el Cuerpo del Hombre del que se extrae la denominad como Alma Consciente.

Consideremos la lógica del asunto: Sophía ya sabemos que es un Eón o partícula diferenciada de la Mente Cósmica Universal y que fue la que creó al Demiurgo que ya no es un Eón, sino otra cosa, llamémoslo el Adam Kadmón que se disgregó en su naturaleza a la hora de Crearla. ¡Falso! Venimos todo el tiempo indicando que el Demiurgo ha creado esto y aquello y lo de más allá. 

Todo eso es inexacto, en realidad el solo construyó algo, un edificio acaso, con los ladrillos que ya poseía a su disposición ¿Qué ladrillos son esos? La Materia de su Madre Sophía, porque sí, Sophía es la verdadera Madre Naturaleza e inmaculada y de cuya materia estamos formados mediante la decisión del Demiurgo; pero esa materia, sonsacada de la Tierra, no deja de ser otra cosa que una mezcolanza de las partes material y anti material de Sophía. Nuestro Cuerpo denso se degrada, es cierto; pero se recicla en otras cosas independientemente de la mente del Demiurgo que vuelve a tomar forma una y otra y otra vez. A este Plano y al de los eones o Espíritus Virginales pertenece el espíritu del Christos redentor.

El Mundo de los Espíritus virginales o eones
Supuestamente, a parte de Sophía ningún otro eón habría debido encarnar en la materia y por ello al resto de hermanos, eones, de Sophía se los conoce como vírgenes o virginales. Son o, mejor dicho fueron antes de la caída, eso, espíritus vírgenes sin experiencia de los mundos híbridos de la materia en conjunción con la antimateria. Este Plano también estaría conformado por siete regiones, antes de la Caída y que fuesen diferenciados en el Pleroma antes de tomar forma en el Eón Sophía como los diferentes logos solares que conforman el espacio sidéreo y de los que una pareja de humanos son las almas bipolares de cada uno de ellos. 

Todo el Pleroma está consternado, todos los eones, de un modo u otro, sufrieron a consecuencia del error de su Hermana Sophía y sus embajadores están tan dormidos como nuestro Logos Solar; es cierto que viven; pero sin mente porque sus mentes, de cada uno de ellos, están contenidas en una pareja de humanos, humanoides, aliens como queráis separados entre sí.

El trastorno que se produjo en Sophía cuando ésta creó al Demiurgo, nuestro Logos Solar, influyó mediante sus embajadores del resto de eones, recuerden universos diferenciados dentro el Pleroma, y aunaron sus fuerzas para evitar que el Eón Sophía fuese fagocitada por el nuevo mundo de materia-antimateria creado.

Ellos ocuparon parte de los cuerpos que los seres humanos iban creando conforme iban copulando, luego entre los seres humanos no solo se encuentra el Espíritu disgregado del Demiurgo, el auto embajador de Sophía, sino el resto de embajadores que tienen sede dentro del Cuerpo de Sophía. Cada astro del Cielo es un Eón durmiente igual que nuestro sol y su alma bipolar está encarnada en dos personas de ambos sexos, en Gaia o en otros lugares de nuestra galaxia. 

La Misión del Ser Humano es despertar a su logos estelar, su eón por decir de algún modo aunque solo se traten de sus embajadores en Sophía y ello solo se producirá cuando esas dos células de Alma separadas se unan de forma consciente y habiendo reconocido el suceso cósmico que los llevó a encarnar como una prueba de amor a su hermana Sophía.

Al Sol pertenecen Adán y Eva en cualesquiera de sus múltiples encarnaciones; pero el resto somos la encarnación dual del resto de estrellas que hay en el firmamento. De hecho, esos astros y las singularidades que se encuentran al otro lado como galaxias diferenciadas son nuestros verdaderos cuerpos y a ellos deberemos regresar; y para eso, todos estamos programados de un modo u otro por nuestro Eón estelar. Esas estrellas, esos embajadores de otros mundos, están dormidos en un profundo sueño que solo podrá romper su alma dividida una vez que se unan en fraternal amor.

Solo nos quedaría el Mundo de Dios, propiamente dicho o de la Mente Cósmica Universal; pero de eso ya hemos hablado más que suficiente. Es la sede de todo, lo mortal e inmortal, lo eterno y lo perecedero. Digamos que todas esas dimensiones conviven unas con otras, se interpenetran unas con otras; pero las separa su diversa frecuencia vibratoria. 

Esa es la barrera que, del mismo modo, separa a las diferentes regiones dentro de los respectivos planos dimensionales de manifestación. Solo como ejemplo intuitivo pongamos una pecera enorme e irregular; pero separada en diferentes secciones para que los diferentes peces no se coman unos a otros. ¿Visto? La Pecera general, imaginémosla infinitamente grande no sería otra cosa que el Pleroma que contiene en sí el Líquido que no está separado por los diferentes sectores, esa sería la Mente Cósmica Universal del Pleroma, los sectores diferenciados para los diferentes hábitats serían los eones o universos independientes y lo contenido en ellos serían las estrellas del Universo en Cuestión.

Pues nada, espero que os haya gustado y si os consideráis preparados subid de grado.

La próxima y última Lección tratará sobre la Iniciación o Christificación efectiva, el Encuentro con el Maestro. Somos conscientes de que hemos hablado ya demasiado sobre este asunto; pero para acabar de forma coherente estas pocas lecciones y hacerlo con el sagrado número 12 nos parece de lo más apropiado.

Para saber más:

Rosacruz Luces y Sombras: Lecciones básicas imprescindibles para cualquier estudiante Rosacruz.

OJOS: Reflexiones de índoles superior para todo aquel/lla que no tenga miedo a la Verdad.

KAOS QUÁNTICO: Novela Iniciática de Ciencia Ficción

Los Artículos de KAOS QUÁNTICO: Reflexiones y artículos relacionados con la Filosofía de la Novela del mismo nombre.

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.

Aralba