martes, 18 de noviembre de 2014

Lección 13 (Observación, Voluntad, Discernimiento)


Paz, Tolerancia y Verdad



Ante la duda de lo que puede pasar en el futuro, os dejé la Lección 12, indicando la actitud y los ejercicios necesarios para poder convertirse en un Iniciado efectivo. Con esto quiero deciros que todo lo que venga, a partir de ahora, será algo importante pero accesorio y llegaremos hasta donde podamos o nos deje el Sistema.

Si habéis intentado realizar alguno de los ejercicios comentados en la lección anterior, sea el vespertino de retrospección o el matutino de concentración; os habréis dado cuenta, que a pesar de la facilidad de explicación del método; es algo así como un poco dificultoso de realizar. Os habréis percatado de la fuerza de voluntad que se requiere para mantener la concentración y visualizar nuestros objetivos, sean estos los que sean.

Por ello, en el Ejercicio de Concentración se suele aconsejar que intentemos ver lo que realizaremos en el día que se nos viene encima a modo de una película y que nos imaginemos como una especie de lienzo blanco donde el guion que hayamos previsto se vaya desarrollando.

Digamos que aparte de estar desarrollando la Clarividencia de los mundos internos, también lo hacemos con la Fuerza de voluntad; o dicho de otro modo, es imprescindible para realizar los ejercicios de Concentración y retrospección de una mínima fuerza de voluntad y sin la cual, la desidia y el sueño harán que fracasemos en el intento.

No desesperéis vamos a realizar un par de ejercicios fáciles que sí podremos ejercitar estando despiertos; es decir en estado pleno de vigilia. Ya, me consta que a algunos de vosotros os parecerán perogrulladas sin alguna importancia; pero en este caso lo importante es conocer que cosas, tan importantes en nuestra vida cotidiana como son la Observación y el Discernimiento, son imprescindibles para poder acercarnos a los planos internos.

Antes de internarnos en éste conocido bosque debemos decir que con el Ejercicio matutino de concentración, repasar lección anterior, desarrollamos la fuerza de voluntad necesaria para enfrentarnos a todas las pruebas que tendremos que superar en los planos internos y que con el Ejercicio vespertino de retrospección vamos limpiando nuestros vehículos sutiles, sin cuyo hecho será imposible que nuestro Guardián interior nos deje cruzar el umbral. Y esto, como veremos en la próxima lección es algo bueno para nosotros.

El Guardián del Umbral a pesar de parecer, por su fealdad y violencia, un enemigo; es, sin embargo, nuestro mejor aliado, dado que traspasar el Umbral sin estar preparado nos puede deparar muy graves consecuencias y conducirnos a estados de supuestas posesiones y locura irreversibles; no obstante, acercarse con miedo a los planos internos es lo peor que podemos hacer. Si sentimos que no estamos preparados aún, es mejor que desistamos y lo dejemos para un momento más oportuno.

Porque el cielo no es para cobardes y mediocres, el Cielo lo toman por asalto los valientes; pero no está mal que nos acompañe, en nuestro trascendental camino, una pizca de prudencia y sentido común. Lo más importante de todo, por sus obras los conoceréis, es que nos hayamos transformado en, literalmente, una buena persona y, si esto es así, nada tendremos de que preocuparnos pues todo saldrá rodado y como natural efecto de la causa de que seamos como somos y no de otra manera. 

En caso de intentar sumergirnos en los planos internos sin la más mínima preparación o actitud positiva necesaria, no egoísta sino filantrópica, podremos conseguir una caída abismal que nos aleje irremediablemente de la verdadera iniciación efectiva o nos traslade al lado oculto de la contra iniciación.

La Observación
Pensamos que esta facultad es algo consustancial con nuestro Ser ¿No es cierto? Todos los hombres, al menos una inmensa mayoría, gira su rostro al pasar por su lado una mujer explosiva. A las mujeres os pasa exactamente lo mismo; pero esto no es verdadera observación, es un producto reactivo de nuestros instintos. La verdadera observación consiste en grabar todo lo que acontece a nuestro alrededor en nuestra memoria de la Naturaleza. Este ejercicio es necesario hacerlo nuestro, en estado de vigilia, con el fin de retener mínimamente los acontecimientos que investiguemos en los planos internos.

Fijaos lo dificultoso, no imposible, que es encontraros con una persona y que luego nos pregunten ¿Qué calzado llevaba, el color de su camisa o el olor de su perfume? Bien, me habéis captado, esa es la idea, hacer que la facultad de observación sea algo consustancial con nuestra actividad cotidiana. Que entendamos que todo lo que sucede a nuestro alrededor tiene mucha importancia, que nada nos sucede de forma casual.

Todo tiene un sentido aunque, de momento, no seamos capaces de comprenderlo porque nos falta información importante. Todo lo que observamos de forma consciente pasa a través de nuestra respiración a la sangre que, no siendo el Alma, sí que es su vehículo físico y la que mantiene vivas a cada una de las células de nuestro cuerpo. 

Esta sentencia Rosacruz es algo que están a punto de descubrir nuestros biólogos del siglo XXI; pero al presente son solo elucubraciones para los científicos más valientes y avezados. Todo lo que se respira se memoriza, así de claro; pero para ello debemos hacer consciente tanto nuestra respiración como nuestra mirada, oído o sensaciones táctiles.

La Voluntad
Aquí también es necesaria la fuerza de voluntad y es por esta causa que ninguno de los ejercicios es anterior al otro. Podemos desarrollar los ejercicios de retrospección, concentración, observación y discernimiento de forma simultánea porque cualquier de ellos nos servirá para construir todos los otros; pero, repetimos, sin la fuerza de voluntad nada podremos hacer y nos sumiremos en la somnolencia de la más insoportable vaguería.

La Fuerza de voluntad se adquiere con el esfuerzo y la insistencia; pero podemos ayudarla un poquito con un fácil ejercicio diario que nos llevará unos pocos instantes por la mañana, justo después de levantarnos de nuestro lecho. Siempre delante del espejo mirándonos fijamente a los ojos y conociendo cual o cuales son las dificultades que queremos superar y nos diremos que eso podemos hacerlo. 

No que lo vayamos a intentar sino que lo vamos a superar, que nada de eso nos da miedo y que lo conseguiremos. Esa sentencia la repetiremos durante unas cuantas veces y luego intentaremos olvidarnos de ello. Evidentemente, este ejercicio lo repetiremos tantos días como sean necesarios hasta que hayamos superado nuestro reto.

Con el tiempo, nos daremos cuenta que aquellas cosas que nos parecían imposible que pudiésemos acometerlas y mucho menos completarlas se habrán convertido en algo factible y a nuestro alcance. Ahora, cada uno de nosotros sabrá cuales son nuestras dificultades a superar y que tendremos que exponer, de mañana, ante nuestra propia imagen. 

Sé que me diréis que es una perogrullada más denominada autosugestión y así es; pero lo importante es caer en la utilidad de dicha actitud para empezar a construir una personalidad con una fuerza de voluntad suficiente para poder introducirnos en los planos internos y, por ende, para que podamos enfrentarnos con cierta garantía a los retos más rutinarios de la Vida; pero en este caso no estamos buscando un beneficio egoísta sino general y en beneficio de la humanidad, pues nuestra transformación y crecimiento individual afectará positivamente al conjunto de nuestra Especie y por lo tanto también del mundo y del entorno que nos rodea.

El Discernimiento
Agradezcamos a Aristóteles que nos mostrara la lógica y lo importante que es la razón. Hasta tal punto es importante el discernimiento que es lo que nos diferencia como una divinidad individual, en formación, del gregarismo animal colectivo y pasivo.

Necesitaremos discernir entre unas cosas y otras, en los planos internos, porque si ya son ambiguas ciertas cosas en el que conocemos como mundo de la realidad imaginaos cuanto lo son más las que se nos muestran en los planos internos y debemos usar la lógica y la razón para discernir si algo es útil y necesario o inútil y prescindible; si lo que se nos aparece es solo un fantasma o verdaderamente un Maestro de verdad y eso solo lo sabremos con la observación de sus hechos y discerniendo sus obras. 

Si son negativas, no productivas intentaremos pasar de ellas y el evento, no os quepa duda, pasará sin más y no nos molestará más; si por el contrario discernimos que aquello que nos está aconteciendo es bueno, productivo y útil para todos, no solo para nosotros, sabremos que pertenece a algo positivo y probablemente suministrado por nuestro Maestro Interior y lo aceptaremos como cosa loable, de interés y aprendizaje.

El Discernimiento, como la Observación, podemos desarrollarlo y potenciarlo durante las horas de vigilia en nuestra vida cotidiana, dado que solo tenemos que ser conscientes de todo lo que nos acontezca y valorarlo. Usar el sentido común, tan poco común como dirían algunos. El Discernimiento, si nos atenemos a los hechos, es pura lógica binaria de sí o no.

¿Esto nos es útil? Sí o no ¿Podemos hacer algo positivo con ello? Si o no ¿Nos beneficiará o nos perjudicará? Si o no ¿Tendrá consecuencias positivas o negativas para terceros? Si o no. Ante nosotros se nos presentan, cada día, cantidad de hechos que tenemos que resolver con un sí o con un no. 

Bien, reconociendo que se trata de otra perogrullada, solo os pido que seáis conscientes de todas las cosas que aceptáis durante el día así como de las otras que son rechazadas y meditar el por qué hemos actuado del modo en que lo hemos hecho y no al contrario.

Esto también nos será útil durante el ejercicio vespertino de retrospección, dado que nos ayudará a discernir cuales son las cosas que hemos hecho bien durante la vigilia y aquellas que hemos realizado mal y que deberíamos de rectificar. Así de simple.

Estos ejercicios, tan perogrullescos, han sido transmitidos hasta nosotros por los iniciados de cada época y desgraciadamente se vende por el mercado de la New Age como el Pensamiento Positivo para conseguir amor y riqueza. 

Quizá los ejercicios que se os venden sean efectivos; pero no es menos cierto que lo importante no es el corto plazo ni nuestros beneficios particulares sino el largo plazo y el beneficio colectivo. Ningún verdadero iniciado se enriquecerá con el conocimiento del funcionamiento de las leyes naturales sino que las pondrá a merced del beneficio colectivo de la humanidad. 

El verdadero Iniciado jamás buscará notoriedad sino que permanecerá en un segundo o tercer plano reconociendo que la fama es solo vanidad y dejando el protagonismo a terceros. Recordemos que todo lo que nos venga del Banco de la Naturaleza, de un modo u otro, deberemos devolverlo con sus respectivos intereses y multas en caso de que hubiésemos realizado un mal uso de ello. 

En nuestras manos queda que miremos a corto plazo o nuestras miras las coloquemos más allá de la aparente realidad percibida por nuestros limitados sentidos y en lugar de crear riqueza aquí donde el hollín y la carcoma termina destruyendo, lo hagamos en el plano celestial donde las fuerzas destructivas ni llegan ni poseen poder alguno.

En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.

Aralba